LEXUS / TOYOTA
La ambición de la industria
del automóvil debe orientarse a reducir cada vez más las emisiones contaminantes. No obstante este proceso requiere unos cambios no solamente tecnológicos en el automóvil, sino mucho más estructurales y en un ámbito más allá de la propia industria del automóvil, ya que la dependencia energética, y con ella la de los combustibles fósiles, afecta a muchas más industrias y a la balanza energética del propio país. Creo que debemos trabajar en un plan de transición energética lógico y que dé sus pasos de forma sólida y consistente. En este contexto, considero arriesgado afirmar que en 2040 podamos eliminar completamente los motores de combustión. Por otro lado, el borrador presentado requiere una visión más amplia que la movilidad eléctrica basada únicamente en baterías. Por ejemplo, se menciona el hidrógeno como tecnología pero no se plantean las cuestiones relativas a la necesidad de una infraestructura para la implantación de esta tecnología. Toyota trabaja, desde hace más de 20 años, en una visión a largo plazo del coche ecológico definitivo, unida a nuestro compromiso medioambiental 2050 de reducción de emisiones contaminantes tanto en el vehículo, como en su proceso de fabricación y en fábricas. La transición hasta 2040 y más allá deberá pasar por un abanico tecnológico amplio, pero no mediante exclusiones y prohibiciones taxativas. Por tanto, nuestro compromiso será continuar ofreciendo las soluciones más adecuadas para cada caso, con una electrificación paulatina y en diferentes niveles, manteniendo los híbridos convencionales como espina dorsal puesto que hoy por hoy se manifiestan como la mejor opción sostenible para muchos usuarios, al no suponer un cambio de hábitos ni depender de unas limitaciones de recarga o autonomía. Con la evolución de la demanda, ofreceremos también híbridos enchufables, eléctricos de baterías y pila de combustible de hidrógeno.