AUDI Q3 VS MERCELES GLA 200 Y VOLVO XC40 T3
Ya está aquí la segunda generación del Q3, el SUV compacto de Audi. Con su motor de gasolina de 150 CV y 1,5 litros se enfrenta en su primera comparativa a sus contrincantes de clase premium: Mercedes GLA 200 y Volvo XC40 T3. ¿Será capaz de imponerse?
La segunda generación del SUV compacto de Audi se enfrenta en su primera comparativa a sus contrincantes de clase premium.
NO HA SIDO NADA MALO EL FIN DE vida comercial del Audi Q3. Incluso con su segunda generación anunciada desde hace meses, cierra 2018 superando en nuestro mercado las cifras de ventas de rivales como el GLA —8.735 unidades frente a 8.306 del modelo de Mercedes—, duplicando ambos las ventas totales del XC40 en el mismo periodo, modelo con apenas un año de vida y aún en plena proyección comercial. Contadores a cero tras un año que ha dejado unas ventas totales de SUV compactos muy por encima de modelos en formato turismo en esta categoría —más de 50.000 unidades a favor de aquellos—, y donde no dejan de llegar nuevos modelos premium, como el Lexus UX, disponible a partir de marzo. La fiebre SUV, está claro, es mucho más que un hecho.
Para su primera comparativa, el Q3 se presenta en su variante 35 TFSI, con motor de gasolina de 1,5 litros, 150 CV y tracción delantera. El Volvo XC40, en su variante T3 con motor de gasolina de tres cilindros y 156 CV, ya sólo está disponible con caja de cambios manual de seis velocidades. Aparte de la nuestra, la gama del XC40 ofrece dos variantes con motor de gasolina y dos con Diesel de mayor potencia. Aún mayor es la oferta del Mercedes GLA, disponible con motores gasolina y Diesel en un rango de potencias de 122 a 381 CV. El 200 rinde 156 CV y lleva de serie caja de cambios manual, pero nuestra unidad viene equipada con la de doble embrague 7G-DCT. UN MERCEDES EQUILIBRADO. Si bien cuenta con un precio habitual en su categoría, su equipa-
miento de serie no está completamente a la última en materia de conectividad, y tampoco ofrece el cuadro de instrumentos digital que podemos encontrar en sus contrincantes. Sin embargo, siendo objetivos, no hay mucho que criticar en el GLA. Bueno, no es que ofrezca mucho espacio: en ambas filas de asientos resulta bastante más estrecho que la competencia. Hay que destacar, sobre todo, lo bajo que es el techo y, aparte del volumen del maletero, el estrecho portón trasero podría haberse mejorado. Aparte de eso, no es posible entrar por las puertas traseras sin encoger un poco la cabeza.
El GLA tiene otras ventajas, como su motor. Aunque este cuatro cilindros de 1,6 litros no produzca potencias espectaculares, responde con precisión a las órdenes del acelerador, corre como la seda y brinda las mejores cifras de esta comparativa. La suavidad y reactividad de la caja de cambios de doble embrague también contribuye bastante en la impresión general que provoca el motor, con lo que casi nunca te dan ganas de accionarla manualmente. Una buena dinámica, un comportamiento seguro y neutro en las curvas, así como una dirección ajustada al milímetro completan la imagen de un vehículo compacto bastante armonioso que, sin embargo, no tiene mucho carácter de SUV. Sin sus problemas de espacio y con unos frenos algo mejores, el GLA habría quedado muy por delante. UN VOLVO ACOGEDOR. Probablemente, habría adelantado al XC40, que se presenta a nuestras prue-
bas provisto de un motor de tres cilindros y caja de cambios manual. Por desgracia, esto no lo hace mucho más barato: la versión básica del XC40 cuesta 31.650€ como mínimo. La unidad que nosotros probamos, con acabado Momentum, se ponía incluso en 34.420€. Es cierto que incluye un equipamiento bastante amplio, el sistema City Safety y el asistente activo de mantenimiento de carril siempre están ahí, a lo que hay que añadir indicadores completamente digitales, climatización automática y pantalla táctil.
Lo importante de un motor es qué tal se maneja, independientemente de los cilindros que tenga o deje de tener. Aquí, el motor del T3 puntúa bastante bien. Por su suavidad y nivel de ruidos, jamás sospecharíamos el hecho de que tenga un cilindro de menos. Tan solo en trayectos rápidos por carretera se echa en falta algo más de par a bajas revoluciones.
UN AUDI ESPACIOSO. Entonces, ¿la competición es un paseo para el nuevo SUV compacto de Audi? No exactamente. Para empezar, el Q3 es el coche más caro de esta comparativa, con un precio de 35.920€ para el motor de gasolina básico. Con S tronic y el equipamiento Advanced, se pone ya en 42.310€. Mucho dinero para un vehículo que prácticamente pertenece a la clase del Golf. La cosa no es muy distinta para sus dos contrincantes, y el Q3 tiene mucho que ofrecer por ese precio. Por ejemplo, una gran cantidad de espacio que comparte con sus hermanos
MQB del Grupo VW. Tanto en los asientos delanteros como en los traseros es bastante más holgado que el XC40, por no hablar del GLA. Y no sólo es espacioso, sino también cómodo y manejable. La pantalla táctil y los botones de selección directa y del volante se manejan algo mejor que los de muchos modelos de mayor tamaño de la marca. Aunque nuestro coche de pruebas también se tenga que conformar sin chasis ajustable, la amortiguación resulta rígida, pero sin sacudidas molestas. Por tanto, no es indispensable invertir en los amortiguadores adaptativos opcionales, aunque sí que resultan recomendables los faros LED matriciales.
A pesar del menor consumo durante las pruebas (8,4 l/100 km), sus 150 CV y 250 Nm de par no están a la altura de las expectativas. El cuatro cilindros reacciona con un acusado retraso a las órdenes del pedal, además la caja S tronic es bastante lenta y, como el Q3 pesa 96 kg más que el Mercedes, sus prestaciones son más bien mediocres, aunque no tanto como el XC40, aún más perezoso. En lo que a seguridad se refiere, el Q3 se muestra a la altura de las circunstancias: es, con diferencia, el que mejor frena, y tiene un arsenal de dispositivos comparable al del Volvo. Por desgracia, dispone de un ESP asustadizo, lo que le hace moverse de un modo, si bien muy seguro, también bastante poco dinámico. Se comporta de un modo tranquilo, seguro e impávido: vamos, como un auténtico campeón de comparativa.