RALLY DAKAR 2019
Nasser Al-Attiyah ganó brillantemente su tercer Rally Dakar, de forma casi perfecta y sin cometer apenas errores en una edición 2019 muy complicada. Nani Roma, segundo, fue el mejor de los 9 españoles de la categoría de coches que vieron la meta en Lima.
Así ha terminado está mítica prueba en esta edición 2019, muy complicada.
TERCER TRIUNFO PARA NASSER AL-ATTIYAH; PRIMERO PARA TOYOTA EN EL DAKAR
PARA ENTENDER EL CALADO DE LA victoria de Nasser Al-Attiyah en este Dakar y el mérito de haber llegado a meta del resto de participantes, tenemos que regresar a los días previos, en que se preveía una edición 2019 muy incierta. Tan sólo un país para las 10 etapas y los 3.000 km de especiales, con un 70 por ciento de dunas y arena. ¿Un Dakar rápido o lento? ¿Descafeinado o animado? A lo primero, basta con calcular la media de velocidad del ganador: 34 horas y 38 minutos, sin penalizaciones y sin cometer prácticamente ningún error... ¡88 km/h de media! Muy, muy rápido para tratarse de un Dakar en el que, en algunos casos, se superaron los 200 km de dunas en un único día. El año pasado, con más pista, montaña, altura... la media de Carlos Sainz para hacer los 4.087 km cronometrados fue de 83 km/h (49 horas y 16 minutos en total).
Quizás desde el punto de vista del espectador, no ha sido un Dakar tan animado, sobre todo porque Nasser tomó la directa ya desde la tercera etapa y no soltó el liderato. Lo que sí podemos asegurar, en boca de muchos pilotos, es que esta edición 2019 ha superado a la anterior en cuanto a dureza, que ya es mucho decir. En estos terrenos, Nasser Al-Attiyah y Matthieu Baumel se movieron como peces en el agua. El qatarí es el mejor entre las dunas y partía como favorito para muchos de sus contrincantes. Y eso que, en teoría, el terreno era mucho más favorable para los buggies, lo que da todavía más mérito a su victoria con el Toyota Hilux 4x4 y a la segunda plaza de Nani Roma y Álex Haro con el Mini JCW Rally 4x4. UN GRAN NANI. La fiabilidad y dureza del coche del catalán ha quedado demostrada en este Dakar, así como la habilidad de Roma para calcar al dedillo su estrategia inicia: mantenerse “vivo” en carrera y ahuyentar los máximos errores posibles. Tuvo tiempo incluso de socorrer a Stéphane Peterhansel (compañero en X-Raid, pero en estructuras diferentes) cuando se quedó atrapado en la arena. "Monsieur Dakar" cometió muchos errores este año con su Mini JCW Buggy, viéndose obligado a la retirada el penúltimo día por los
dolores de espalda de su copiloto, cuando luchaban por ser segundos. El mejor clasificado entre los buggies fue al final su ex compañero en Peugeot, un Sébastien Loeb que llevó un Peugeot 3008 DKR del 2017 (en manos de PH Sport, un equipo privado) a la tercera posición final. El galo fue el piloto con más victorias de etapa (4), por las 3 de Al-Attiyah, las 2 de Peterhansel y por 1, en la última, de Sainz.
El “Matador”, junto a Lucas Cruz, sufrió más de la cuenta este año y se vuelve a España con la 13ª posición final. En la etapa 3 perdió 4 horas y 20 minutos reparando su Mini JCW Buggy tras chocarlo contra un agujero en un fuera de pista. Luego, entre el “fesh-fesh”, las dunas, los problemas mecánicos en el sistema de inflado y desinflado de los neumáticos, de los gatos hidráulicos y de la dirección asistida, sacó su fuerza interior para seguir en carrera (con dolores de cuello incluidos) y ayudar en todo lo posible a sus compañeros, cargado hasta arriba de piezas de repuesto por si se daba el caso. “Se podría haber retirado el año pasado, se podría haber retirado en 3 ocasiones en este Dakar, pero decidió seguir y encima va y gana la última etapa. ¿Por qué? Porque hace lo que le gusta y... los tiene bien puestos!!”, tuiteó el otro Sainz, su hijo.
CUATRO ESPAÑOLES, ENTRE LOS 26 MEJORES DEL DAKAR EN COCHES