A vueltas con los humos
He publicado el siguiente artículo en Linkedin, que espero que sea de su interés. "Llama poderosamente la atención, que desde hace años se centre el problema de la contaminación en una sola causa: el tráfico rodado. Fraudes y pillajes al margen, véase el famoso caso dieselgate del grupo VAG (y no son los únicos), lo cierto es que desde los años 90, en los que se empezó a poner más atención al tema de las emisiones, los fabricantes de automóviles, siempre en general, han intentado estar dentro de los límites legales que marcan las leyes de cada país. Suficientes o no, eso sería otro factor a valorar, desde que empezó la Euro 1, hasta hoy, con la entrada en vigor de la Euro 6C, los coches vendidos en los años correspondientes a las distintas normativas Euro han cumplido con el rango de emisiones. Dejando tecnicismos aparte, para hacernos más o menos una idea, un coche de hace veinte años contamina lo mismo que unos cuarenta coches actuales. Da que pensar. Y todo esto lo digo por intentar arrojar algo de luz a los políticos de hoy, que se les ve perdidos en la materia, aunque dudo que lean esto. Voy a centrarme en Madrid, ciudad en la que vivo. La solución no pasa por atacar al usuario de vehículos. Últimamente nos hacen sentir delincuentes. Les aseguro que la inmensa mayoría no usamos el coche para ir a por el pan. Lo usamos por necesidad. Es precioso decir que usemos el transporte público, lo hacemos siempre que podemos. Pero no a todo el mundo le cuadran los horarios ni las distancias. Consecuencias de vivir en un mundo moderno. La movilidad personal es una necesidad y opciones de hacerla más eficientes existen, pero son medidas quizás a largo plazo y caras, y entiendo que sale más económico y queda mejor ante la galería cortar calles, fomentar el uso de bicicletas y patinetes con plenos derechos sobre la calzada pero ningún deber ni norma que cumplir. Es mejor también seguir ahogando, pero no a base de humo, sino a base de impuestos, al usuario final del automóvil (de dos, cuatro o más ruedas, ojo), porque al final la vida sigue, y les guste o no a nuestros "gobernantes", tienes que seguir con tu vida. Me pregunto si será necesario que, en invierno, los edificios públicos tengan su calefacción central puesta a todo trapo. Edificios de viviendas, con gente en manga corta en su interior, y muchas veces con ventanas abiertas. Me pregunto hasta qué punto es necesario que todas las oficinas y empresas tengan a sus trabajadores fichando a la misma hora punta mañanera y hay trabajos que se pueden hacer desde casa. Llama la atención que nadie hable del tráfico aéreo, de las diversas industrias, de la incineradora de Valdemingómez, etc.
TICO
ME PERMITO REPRODUCIRLO (y recortarlo) por su interés por compartirlo, y me consta que muchos -políticos incluidossuscriben. Puntualización: los fabricantes, o están dentro de la ley o no les dejan vender.