Seat Tarraco
Si la llegada del impuesto al Diesel te hubiera hecho dudar entre qué tipo de combustible elegir en el Tarraco, ahora, con él en el aire, deja que el sentido común tenga el peso específico necesario en la decisión de compra de un coche grande, alto, pesado y con tan gran capacidad de carga.
EL SEAT TARRACO SE ESTRENÓ con éxito en Autopista compitiendo con los siete rivales más competitivos de la categoría —número 3.081—, en ese momento, con una de las motorizaciones más exóticas de la gama, el 2.0 TDi de 190 CV con cambio DSG/7 y tracción total 4Drive, transmisión también indisoluble para la segunda versión más potente de la gama, el 2.0 TSi de 190 CV, ambos disponibles desde el acabado Excellence en adelante. Hoy, nos "pasamos" al otro extremo de la gama, sus dos versiones de 150 CV, un para cada tipo de combustible, en el caso del gasolina representada por el motor 1.5 TSi con sistema de desconexión de cilindros; en el Diesel, por el bloque 2.0 TDi. Ambos abren la gama Tarraco y por tanto están disponibles desde el acabado Style, aunque pueden adquirirse también en los tres siguientes niveles, pudiendo optar sólo el TDi/150 del cambio automático, aunque siempre ligado a la tracción total. Una de las ventajas que tiene el Tarraco es una estructura de gama con más posibilidades que la mayoría de competidores, siendo uno de los pocos modelos de este tamaño y capa- cidad en que las versiones de gasolina pueden tener cierto sentido para aquellos clientes que, por una razón u otra, quieran poner veto al Diesel.
MÁS QUE NÚMEROS. Antes de entrar a comparar los motores, cabe citar que todas las posibles versiones están disponibles con cinco o siete asientos, existiendo una diferencia importante en cuanto a capacidad, cotas de maletero y segunda fila de asientos entre ellos. Por ejemplo, los cinco plazas ofrecen de 64 a 82 cm de cota de piernas en la segunda fila, frente a los 60-78 cm de los Tarraco con siete asientos, espacio, eso sí, sobresaliente en ambas configuraciones. Si bien, y considerando el habitáculo con sólo cinco asientos levantados, el 5 plazas también cuenta con mayor capacidad de carga —de 600 a 775 litros frente a 520-695 litros del 7 plazas, éste con 205 litros útiles con los dos asientos levantados de la tercera fila—, aunque su maletero tiene una cota de anchura mínima inferior: 92 frente a 101 cm —en ambos casos, la mayor cota de anchura es de 140 cm—. Igualmente, también difieren en la pro-
CON IMPLICACIÓN, EL TSI "TE MOVERÁ" ÁGILMENTE Y CON BAJOS CONSUMOS; SIN ELLA, EL TDI TAMBIÉN
fundidad del piso de carga hasta la segunda fila: 90 cm para el 5 plazas frente 107 cm del 7 plazas, así que está claro que no sólo se ha "abierto" el hueco para la tercera fila, sin más. Aunque por habitabilidad no es el modelo de referencia —entre los siete plazas de tamaño semejante, destaca el Santa Fe o el Sorento—, el Tarraco es un extraordinario modelo familiar.
Mientras que la tercera fila de asientos aporta unos 40 kilos de sobrepeso, la diferencia por tipo de motor es bastante mayor: casi 100 kilos a favor del 1.5 TSi, más pequeño y fabricado íntegramente en aluminio, de tal modo que mientras que esta versión tiene que lidiar con 869 kilos sobre
el eje delantero, el 2.0 TDi lo hace con 948 kilos, en ambos casos, poniendo sobre la báscula versiones equipadas con la rueda opcional de 18 pulgadas y neumáticos Continenental ContiSportContact5 que tan buen rendimiento han demostrado en las pruebas de frenado. Si bien, el tren delantero del Tarraco está sobradamente preparado para asimilar el mayor peso y, sobre todo, el superior par del TDi/150 —bien por las excelentes geometrías del coche, bien por la afinada electrónica, la capacidad de tracción y la precisión de trayectoria de ambas versiones es uno de los mejores valores del coche—, aunque el Diesel tendrá que cargar a la larga con un mayor coste de mantenimiento por desgaste de neumáticos.
NO SOLO AMORTIZACIÓN. Con nuestros consumos —sólo con el conductor a bordo— bajo
una utilización al 60/40 por ciento carretera/ ciudad, tardarías en amortizar el TDi/150 algo más de 170.000 kilómetros, una cifra bastante razonable siendo un coche de planteamiento tan rutero, pero esa cifra será tanto más baja cuanto más circulación urbana hagas o más cargado viajes, condiciones en las que los consumos del 1.5 TSi se van a disparar mucho más que en el caso del 2.0 TDi, siempre más lineal o menos sensibles a los cambios de ritmo. Así las cosas, mientras que ni en ciudad ni en carretera te encontrarás con cifras de dos dígitos por mucho que desatiendas la conducción del Tarraco TDi —aparte del coste del uso, la otra ventaja es la autonomía—, con el TSi es más fácil que puedas moverte en esos valores, aunque bien es cierto que cuando se mima mínimamente la conducción el TSi vuelve a demostrar su ejemplar rendimiento, marcando mínimos entre modelos de gasolina semejantes.
Independientemente de que el 1.5 TSi aporte una mayor capacidad de aceleración, el TDi/150 hace del Tarraco un coche todavía más agrada- ble, especialmente en uso en ciudad, donde el rearranque de los Diesel suele ser más "explosivo" y la suavidad y refinamiento de los gasolina hacerse más notable. Aquí no es el caso, y no por demérito del buen TSi, sino por la excelente afinación que ofrece el TDi sobre esta voluminosa carrocería. Y es que, uno de los beneficios más notorios de la versión de gasóleo lo encontraremos, curiosamente, en los desplazamientos urbanos: se modula mejor la arrancada y por su mayor elasticidad se mueve en zonas de segunda o tercera marcha a bajo régimen sin tirón alguno, mientras que el 1.5 TSi no permite bajar tanto la guardia e incluso requiere tener que recurrir puntualmente al embrague. En carretera, el 1.5 TSi demuestra ser un motor muy valioso, ágil y con buen medio régimen, pero seguir el ritmo del TDi también exige mayor implicación con el cambio y usar el motor más de medio régimen en adelante, Si no descuidas el régimen de giro del motor del TDi en su marcha más larga, siempre te va a demostrar tener mejores pulmones.