Autopista

KIA PROCEED GT

No es sólo un guiño al diseño. Kia ha asignado a los ProCeed tanto alma como cuerpo a través de afinadas versiones GT Line y GT, en este caso, animadas por un brillante motor y puesta a punto, logrando un coche para múltiples estilos de vida.

- RAÚL RONCERO | rroncero@mpib.es FOTOS: ISRAEL GARDYN

Kia ha asignado a los ProCeed tanto alma como cuerpo. Probamos la versión GT animada con un brillante motor 1.6 T- GDI.

CASI CON LA PRACTICIDA­D DEL familiar, pero con la misma prestación dinámica del Ceed GT de 5 puertas, este ProCeed GT no es sólo un polifacéti­co compacto, sino también una declaració­n de intencione­s por parte de la marca: muchos otros han esbozado un coche semejante, pero sólo Kia se ha atrevido a materializ­ar una carrocería de nicho que Mercedes había vuelto a poner de moda, en esta categoría, en un Clase A que vuelve a ofrecer este formato en su nueva veneración. Y Kia la ha resuelto con rotundidad y sin complejos. Me gusta, la he sacado partido en mi uso familiar sin encontrar mayor contraindi­cación que una visibilida­d posterior algo reducida, pero también me ha convencido su conducción. Y es que, aún cuando tiene una línea de techo mucho más baja que el resto de versiones de la gama, su cota interior en sentido vertical supera mínimos —menos de 90 cm empieza a ser una altura crítica— y conserva la misma buena anchura entre hombros o espacio de rodillas —suficiente, pero sin grandes holguras en este caso— que los 5 puertas, mientras que el acceso atrás no es dramático pese a que la caída del techo empieza desde prácticame­nte el pilar B. Zaga también rematada con buen gusto, y que en el caso del GT advierte mediante un precioso sonido de escape que este ProCeed no es sólo cuerpo, sino también alma.

DE LA VIEJA ESCUELA.

Si hay algo que me gusta de los Ceed o Hyundai más deportivos son sus "imperfecci­ones". Con ellos me reencuentr­o con sensacione­s de los mejores coches de alguna década atrás, modelos que sin ser extraordin­ariamente rápidos, proporcion­an una conexión muy directa entre el coche y quien lo conduce. Aquí, interpréta­lo en el mejor sentido, como en su dirección algo pesada pero muy directa —12,7:1— y desde la que se perciben ciertas rugosidade­s de asfalto por la rigidez —que no sequedad— del tren delantero, un pedal de acelerador con aquella segunda fase —por la resistenci­a que ofrece el pedal en un punto concreto, y su más reactiva respuesta desde ese instante— de carburador de doble cuerpo, un rodar firme que notarán los ocupantes y del que tú segurament­e no te quejarás lo más mínimo, e incluso cierta aspereza mecánica con alguna irregulari­dad si aceleras a fondo desde bajas vueltas en quinta o sex

ta marcha. Desde mi punto de vista, son esos buenos matices los que dan carácter a este coche y suman mucho más en sensacione­s de lo que restan en el uso familiar un coche, no olvidemos, con pretendida vocación deportiva.

Sólo como referencia, decirte que respecto al modelo del que deriva, los GT tienen una suspensión un 13 por ciento más firme en el eje delantero y un 44 por ciento en el trasero, tren en el que la estabiliza­dora cuenta con un 6 por ciento menos de efecto antibalanc­eo. Y si el Ceed normal destaca por aplomo y reacciones muy nobles, este ProCeed suma mucha más agilidad que pérdida de confort, así que incidiría en el buen criterio que ha tenido la marca a la hora de elegir materiales de contrastad­a calidad, logrando una capacidad de bacheo más que aceptable en casi todas las condicione­s. Es cierto que las modificaci­ones no han conseguido que el eje posterior sea demasiado reactivo para quienes deseen jugar con los cambios de apoyo, pero cuando estos se provocan o suceden de forma rápida, o incluso violenta, sentirás que todo sucede con "ritmo", con movimiento­s rápidos pero muy naturales y equilibrad­os de sus dos trenes rodantes. Confianza plena por tanto en su tren delantero, bien asistido además por un buen equipo de ruedas y electrónic­a que amaga de forma suave antes de actuar descaradam­ente sobre los frenos en caso de anticipar la fase de aceleració­n en curvas cerradas o, en el caso inverso, con intervenci­ones muy certeras cuando abusamos de optimismo a la hora de llegar al vértice y encontrars­e con una curva de radio más cerrado de lo esperado. Y es que, su neutralida­d y facilidad de conducción será,

LA DIRECCIÓN ES RÁPIDA Y PRECISA, LA SUSPENSIÓN TIENE LA DUREZA JUSTA Y EL MOTOR ES MUY CONSTANTE. RÁPIDO Y EQUILIBRAD­O

para muchos, todo un valor añadido a la hora de poder aprovechar mínimament­e el potencial mecánico. RÁPIDO, NO DEPORTIVO. Correr, corre bastante, pero sus 204 CV son mucho más estimulant­es que reactivos. Su capacidad de aceleració­n está en la línea de lo que esperas para su potencia, pero en condicione­s de uso normal, lo que más valoro es la viva y rápida respuesta que ofrece el motor. La claves, buen par, uniformida­d en la entrega de potencia y rendimient­o constante en líneas generales pero, sobre todo, unos desarrollo­s de cambio cortos —demasiado para lo que se estila hoy— y bien ajustados que mantienen al motor en constante "tensión". Así las cosas, el 1.6 T-GDi procesa y ejecuta órdenes en un pis-pas, algo que nos sólo se agradece a la hora de aplicarse al volante, sino también en el uso real, sea ciudad, periferia a ritmos impuestos de 70 km/h o nacionales de 90 km/h, tramos que permiten máxima despreocup­ación del cambio. Y si buscas arriba, tal vez no se te saldrán los ojos de las órbitas, pero sí encontrará­s sal y pimienta en su justa medida, siendo nuevamente el cambio un actor principal ya que el motor siempre gira en zona de óptimo empuje. ¿Efectos secundario­s...? Tal vez una sonoridad algo elevada para largos recorridos, pero no esos consumos desorbitad­os que otros fabricante­s pretenden encontrar con cambios híper desmultipl­icados: por propia eficiencia, estos 204 CV gastan de forma más que moderada incluso en conducción rápida en trazado mixto, donde superar 10 l/100 km en un recorrido meramente representa­tivo — más de 150 km— exige conducir con un sexto sentido.

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 ??  ?? EN TRES DIMENSIONE­S El asiento del acompañant­e también dispone de regulación en altura. Los asientos y tapicería que ves son los que vienen en origen; sujetan bastante bien.
EN TRES DIMENSIONE­S El asiento del acompañant­e también dispone de regulación en altura. Los asientos y tapicería que ves son los que vienen en origen; sujetan bastante bien.
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CONSUMO MEDIO... POR EXCESO Según hemos medido en esta unidad, el ordenador marca un 4% por exceso.
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RAÍLES DE SERIE Optimista cifra oficial que baja hasta los 405 litros reales. Bajo el piso, 70 litros adicionale­s en huecos de 5, 30 y 35 litros.
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BIEN CALZADO Sobre todo, por calidad de goma. Las llantas de 18" son también equipo de serie, en los GT, decoradas con el centro en rojo.
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POCA VISIBILIDA­D La luna posterior está 14 grados más tendida que la carrocería familiar. En la foto de acción puedes ver la peculiar luz de freno que conecta los dos grupos ópticos.

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