CONSULTAS express
Estas son las respuestas a las consultas más interesantes que nos han llegado esta semana.
De frenos a polvo
Hace algún tiempo hablaron ya en esta sección de unos frenos reservados a los Porsche, que apenas se desgastaban. Después de leer que casi la tercera parte de las emisiones de partículas son debidas al desgaste de las pastillas y de los neumáticos de los vehículos, ¿no creen que se deberían promover este tipo de discos y pastillas de los que nadie habla? Hablar, se habla (o se escribe), dado que confiesas que lo has visto aquí. Tienes razón en que no se sabe mucho más, no se hace ruido mediático, entiendo que se debe más al coste de producción de una superficie de disco tan resistente, no por falta de interés. Y el precio de la opción en Porsche -la marca que lo utiliza- está solo a mitad de camino de lo que encarece un freno carbocerámico, varios miles de euros (a coche nuevo). Resulta importante el dato que apuntas (que un tercio de las partículas que emiten los vehículos no las produce el motor de combustión), revelador del interés de esta tecnología, que evitaría hasta el 90 por ciento de las partículas que emiten los frenos. Este tipo de frenos (iDisc es el nombre comercial que le ha dado Bosch) no tendrán mucho predicamento mientras no bajen los precios -los costes de discos y pastillas son consumibles relativamente baratos-, porque su mayor longevidad tampoco consigue llegar a un punto de equilibrio económico. La otra vía para la difusión del iDisc sería que la legislación considerase las emisiones de partículas de todo el vehículo, en lugar de medir solo las que se expulsan por el tubo de escape. Entonces podrían tener mucho más sentido para los fabricantes incorporarlos, aunque es cierto que la proliferación de los coches electrificados, con su alta participación de frenado eléctrico, podría también compensarlo (antes habría que definir también cómo serían esos ciclos que midieran las emisiones mencionadas durante el propio rodaje y en la frenada). Según Bosch, esos discos con una capa de carburo de tungsteno tendrían una mejor respuesta después de no haber sido utilizados -propio de los eléctricos-, porque evita la deposición de una capa finísima de corrosión que impide buen mordiente y frenado iniciales. ¿Razón suficiente para que lo veamos en el eléctrico? Complicado, porque el precio no compensará. Ni siquiera teniendo en cuenta que no habrá que limpiar las llantas tan a menudo, ni con líquidos agresivos, aunque vaya usted a saber, si en un futuro se me mira la contaminación del coche hasta este detalle, algo que muchos signos externos hacer pensar que sí, hasta el límite de estrangularlo...