SUPERCOMPARATIVA
Los familiares son tanto o más prácticos que UN SUV, con la ventaja de que dinámicamente son más competentes y económicos, entre otras cosas. La demostración está en estos dos, con cualidades que les permiten encajar en tu día a día.
Skoda Octavia Combi frente al Ford Focus Sportbreak, dos familiares con cualidades que les permiten encajar en tu día a día.
DESDE SU LANZAMIENTO, ni en la gama del Octavia ni en la del Focus ha faltado una versión familiar. El formato, en recesión por el éxito de los SUV, está caracterizado por sus dos volúmenes con un portón trasero más vertical que inclinado. Como los otros 32 familiares a la venta, estas carrocerías siempre quedan vinculados a otra carrocería, hatchback o berlina.
No hay ningún fabricante que ofrezca más opciones familiares que Skoda, que cuenta en su porfolio, además de con el Octavia, con el Fabia y Superb. La marca checa es una especialista en este tipo de carrocerías. Ford está en el siguiente escalón, con dos modelos con variante familiar: el Mondeo y este Focus. Como curiosidad, el Focus Sportbreak —Sport es uno de los térmi
nos más usuales para estas carrocerías: lo emplean en el nombre siete de las 20 marcas en el mercado— es uno de los familiares más grandes vinculado a gamas compactas. Lo mismo que ocurre con el Astra Sports Tourer. Como contrapartida, el Skoda Octavia es uno de los familiares ligados a berlinas medias más pequeños.
Así, Focus y Octavia, coinciden en tamaño. El m rma r a re te el e la erl a equivalente de cinco puertas, ambos construidos con la, aquí bien estirada, plataforma MQB del Grupo Volkswagen. Por su parte, el Focus Sportbreak alarga el voladizo posterior de su base C2 compartida con el hatchback de cinco puertas. Es la fórmula habitual en muchos modelos para ganar capacidad de maletero dejando inalterada, por razones de obvia economía, la distancia entre ejes. La batalla es, a la pos