Pequeño, pero…

Geely, la marca madre de Volvo, sabe mucho de eléctricos, vendió 30.000 en China el año pasado, y más de 10.000 híbridos. China absorbe el 62 por ciento de las ventas de eléctricos en el mundo y pretenden que en la próxima década el 90 por ciento de los Geely sean electrificados. La matriz ha desplegado un enorme paraguas de marcas, no solo Volvo, de las cuales solo la recién creada Geometry se consagrará a eléctricos puros. Polestar nació con un potentísimo híbrido en serie limitada, el Polestar 1, de 600 caballos, que se acompañará en la gama “asequible” por un Polestar 2 eléctrico, de 300 kW, y ya está anunciada la llegada del Polestar 3, también eléctrico puro, con estética SUV. Lynk, que nació como “el primer coche conectado”, se dejó ver como eléctrico, pero también será receptora de las futuras mecánicas híbridas de la nueva sociedad, lo mismo que Lotus o la malaya Proton. Aunque China sea un gigante del mundo de las baterías, Geely no ha dudado en tender la mano también a Corea, también deseosa de entrar en ese mercado, acordando el pasado junio la creación de una empresa conjunta de baterías con LG Chem. Con ellos, más un acuerdo con el gigante chino CATL, se garantizan suministro de baterías para toda la próxima década, con dos suministradores en sus dos zonas de producción. En Alemania, Geely inauguró en mayo un centro de I+D para acelerar el desarrollo de electrificación, aunque también aumentar el ritmo en sistemas de conducción autónoma y conectividad. La nueva empresa conjunta de motores pretende ofrecer sus mecánicas de nuevo desarrollo también a marcas fuera del grupo.