FÓRMULA 1

Estas semanas de reclusión deben servir para que la F1 despierte de su letargo, frene su escalada, que viene durando 30 años, y tenga la humildad de dar un importante paso atrás en el tiempo.

¿Qué están haciendo los equipos durante el confinamiento por la crisis del coronavirus?

LIBERTY, CON CHASE CAREY AL FRENte, no atraviesa los mejores momentos debido a la crisis del COVID-19, que ha colapsado el mundo. El desembolso realizado para llegar hasta Australia, el organizador con todo montado, los patrocinadores con sus estructuras instaladas, que en Melbourne son muchas… todo listo para que diera comienzo el espectáculo, un costo millonario para poder encender el semáforo de la temporada, y un positivo por el COVID-19 provocó la estampida. Atrás quedaron los millones gastados, los contratos incumplidos, el público decepcionado. Todo se fue al traste en unas pocas horas en una ciudad que hasta ese momento vivía ajena a la pandemia y que ahora Si la F1 sirvió de alguna manera para que los australianos se pusieran en marcha en la lucha contra lo que se venía encima, para la F1 en su conjunto debe servir para que ésta se “despierte” de su sueño y ponga los pies en el suelo. No puede mirar hacia otro lado como ocurrió en las anteriores crisis, especialmente en la que comenzó en 2008.

En www.autopista.es hemos dados pautas de lo que debiera ser la F1 del futuro y, como si hubiese servido de guía, muchos de los principales ”actores” de la F1 y de fuera de ella, como Alejandro Agag, han compartido las tesis en sus declaraciones posteriores, y es que se van dando cuenta de que hay que ahorrar gastos y adecuar la estructura a los tiempos que vienen.