El control del gasto pasa por la congelación de todos los desarrollos
De nada sirve poner un control de gasto si es imposible controlarlo. Para ejercer un control de verdad hay que poner freno a todo. Los coches no podrían sufrir evolución de ningún tipo. Para compensar la diferencia de prestaciones se puede aplicar en cada carrera baremos diferentes en tiempo en los cambios de ruedas, como pasa en los GT. Limitar el personal a 30 técnicos por equipo, incluyendo mecánicos, ingenieros… y imitación en el resto de personal. Prohibición de comunicaciones con la fábrica, usando solo el material disponible en el circuito, en consecuencia se anula el muro virtual. Prohibición de los hospitality actuales, usando las instalaciones suministradas por las organizaciones, como se hace fuera de Europa. Los argumentos en contra serán que los coches son muy sofisticados y requieren más personal. La respuesta es sencilla: “Esto es lo que hay si quiere seguir en la F1. Los coches son fiables y si no se pueden hacer carreras con estas premisas, habrá que volver al Cosworth”. La F1 si quiere subsistir tiene que olvidarse de ser vanguardia tecnológica, que por otra parte cada vez lo es menos y en ese aspecto puede ser superada por la Fórmula E en breve. No hay más que ver las marcas involucradas en la FE: Jaguar, Mahindra, Grupo Renault con Nissan, Grupo PSA con DS, Grupo Volkswagen con Porsche y Audi, Mercedes, BMW , Venturi y los chinos de NIO.