Autopista

FIAT 500E

1957 vio el nacimiento del primer Fiat 500. En 2007 llegaría la reactivaci­ón de este icónico modelo que movilizó Italia y ahora, en 2020, y 6 millones de unidades más tardes, llega la tercera entrega para dar un nuevo salto apostando por la nueva movilid

- JUAN CARLOS PAYO | autopista@mpib.es FOTOS: FIAT

Probamos la nueva generación que llega con más espacio y un eléctrico perfecto para la ciudad.

Precio (desde) 29.900 €

SPotencia

Consumo

EIS MILLONES DE FIAT 500 SE HAN VENdido desde su lanzamient­o en 1957. De esta cantidad, dos millones correspond­en a la generación que ahora reemplaza el nuevo Fiat 500e, un modelo que solo apostará por mecánica eléctrica aunque convivirá con el Fiat 500 de segunda generación que se sigue fabricando en Polonia y que manteniend­o gran aceptación comercial, como lo demuestran las 190.000 unidades vendidas en Europa el pasado año.

El Fiat 500e es completame­nte nuevo frente a la generación saliente, aunque su diseño sea mucho más evoluciona­rio que revolucion­ario. Crece seis centímetro­s en longitud, otros seis centímetro­s en anchura, su batalla se incrementa dos centímetro­s y gana también 3 centímetro­s en altura. Este aumento de dimensione­s a nivel visual se traduce en un coche que se ve más asentado en la carretera mientras que interiorme­nte destaca el incremento de la cota interior de anchura a la altura de los hombros. A nivel de espaciosid­ad, los dos centímetro­s que se incrementa la distancia entre ejes poco redundan sobre todo en unas plazas traseras demasiado angostas a nivel de rodillas y de casi imposible acceso para un adulto de tamaño grande, aunque por el contrario sí se percibe una sensación de mayor amplitud en las plazas delanteras por el piso casi plano que ofrece el modelo, por la verticalid­ad del salpicader­o, y por la limpieza del mismo. Tampoco crece el cubicaje del maletero en este nuevo Fiat 500e que se queda en 185 litros. Resumiendo, 3.622 mm de longitud, 1.683 mm de ancho y 1.527 mm de alto, con una batalla de 2.322 mm.

Exteriorme­nte nos llama la atención ese frontal donde la parrilla de ventilació­n del motor térmico ya es historia —en la anterior generación ya se coqueteaba con esta ausencia de toma delantera de aire en

Comerciali­zación homenaje al primer Fiat 500 que montaba motor trasero— y solo queda una toma inferior que se utilizará para canalizar aire adicional que ayudará a refrigerar el paquete de baterías en combinació­n con una primera refrigerac­ión líquida. También son llamativas las ópticas circulares cortadas por el capó —seguimos viendo guiños al Fiat 500 de 1957—. En el lateral, líneas muy limpias ya que lo que manda es el zado. En esta nueva entrega, se ubica el intermiten­te capó —más retrodiseñ­o aprovechan­do el pasado— y las manetas de las puertas no sobresalen sino que forman parte del nervio lateral cromado que recorre el conjunto. También destacan llantas de nueva concepción y mayor tamaño, hasta 17 pulgadas. Detrás, nuevas ópticas también en forma de C.

En el interior se mantiene la informació­n frontal con formato circular —digital de siete pulgadas en su presentaci­ón— y se combina con una apaisada pantalla central de 10,25 pulgadas, quizás en una posición algo baja ya que en un coche tan pequeño, los ojos del conductor se sitúan muy encima. Botonería justa —climatizac­ión bajo la pantalla y debajo las posiciones del cambio, dejando junto a la guantera central el botón de modos de conducción y volumen de la radio—. En este nuevo 500e, a nivel de conectivid­ad se pueden enganchar a la vez dos teléfonos y el sistema de navegación lo suministra Tomtom. Curioso el sonido que emite el coche para advertir a los peatones —tomado de la película Amarcord— y que también se comparte en el interior al arrancar o detener el coche. En cuanto a calidades, de primeras mucho plástico aunque habrá llarán estas primeras percepcion­es —nuestros coches de prueba eran preseries—.

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