DOS EQUIPOS Y CUATRO PILOTOS

El cambio de normativa o los cerebros que han escapado de Mercedes hacia Red Bull han dado un vuelco a la jerarquía que se vivía en la F1, o mejor dicho a la tiranía que se ha vivido durante casi 8 años. Digo casi, porque hasta la última vuelta del último de los ocho años de la era híbrida el dominio de Mercedes era aplastante. Sin embargo con la nueva normativa técnica parece que se ha dado la vuelta al panorama. Si antes era solo Mercedes y el último año, Mercedes y Red Bull, ahora han cambiado los protagonistas.

Red Bull sigue siendo protagonista en esta nueva película, pero se ha añadido Ferrari, cuyo motor y un excelente chasis han dado una nueva vida al campeonato. Ferrari se va a jugar el título a la regularidad y Red Bull a la genialidad. La regularidad de Charles Leclerc y Carlos Sainz les permite estar en el podio en las dos primeras carreras y liderar el campeonato de constructores con 40 puntos de ventaja sobre Mercedes y uno más sobre Red Bull. En el apartado de pilotos las cosas están más apretadas, y solo 20 puntos separan al monegasco de Max Verstappen. Según parece esa será la tónica general de la temporada hasta que Mercedes despierte. La lucha entre Max y Leclerc fue limpia, dura y se saldó a favor del más aguerrido, que no tenía otro remedio que ir a por todas ya que llevaba un cero en su casillero. Sin duda Max es el principal candidato al título, pero la ventaja de Leclerc es que tiene un coche, que parece un poco más lento que el Red Bull, pero que puede ser más regular, y el título en una temporada con 22 carreras se va a decir a la regularidad y no a chispazos. En Ferrari son conscientes de ello y aplauden la actitud de sus pilotos que sacan lo mejor del coche en cada situación. Carlos Sainz no es escudero de Leclerc, aunque lo parezca, pero por las razones que sean y que Carlos conoce le alta esa confian a ue le ermita sacar esa décima que se le quedó en el tintero en las dos primeras carreras.