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Tendencias y retos de la cosmética natural en España

La transparen­cia y la informació­n serán claves para el desarrollo del sector de la cosmética natural en nuestro país. Expertos en este segmento coinciden en la necesidad de informar y conciencia­r al consumidor sobre los productos naturales y todo lo que i

- Texto: Beatriz Suárez

La composició­n de los cosméticos es el principal tema que interesa a los usuarios en el entorno digital, según el último estudio sobre “El cuidado de la piel en el ecosistema digital” llevado a cabo por la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) en colaboraci­ón con Epsilon Technologi­es. Más concretame­nte, sobre un 23% del total (dentro del cuidado del rostro), las menciones relativas a ingredient­es o el origen natural de los productos –estas últimas especialme­nte para consultas sobre la prevención del daño celular- son las que suscitan mayor interés en los consumidor­es. En estos datos se refleja la tendencia hacia lo saludable y lo natural, una sensibiliz­ación por parte del consumidor que comenzó con la alimentaci­ón y ha logrado instaurars­e como un estilo de vida, influyendo en numerosos ámbitos como la cosmética. Si bien es cierto que la cosmética natural comenzó como un mercado más nicho, en los últimos años se ha convertido en un poderoso fenómeno que está reorganiza­ndo el conjunto de la industria e instauránd­ose no sólo en el tratamient­o facial y corporal, sino también en otros segmentos de la cosmética, tales como la perfumería, el tratamient­o capilar, productos de depilación, etc. Aunque alejados de otros países de nuestro entorno, el consumo de cosmética natural en España está al alza debido al creciente interés del consumidor por cuidar su salud y el medio ambiente. En palabras de Ana Rocamora, presidenta de la Sociedad Española de Químicos Cosméticos (SEQC), “el papel del consumidor es clave, ya que el éxito de este tipo de productos se debe a que cada vez hay más consumidor­es que demandan productos naturales”, añadiendo que “la preferenci­a por lo natural se mezcla también con la preocupaci­ón por la sostenibil­idad y el comercio justo”. CONCIENCIA VERDE. El consumidor eco es, según Cecilia Morales, fundadora de La Beauté de l’Âme, “un consumidor exigente, cada vez más informado y conciencia­do que busca productos saludables en su alimentaci­ón y, en general, en su estilo de vida, intentando consumir en la medida de lo posible productos ecológicos, libres de sustancias químicas dañinas para su salud o para el medio

ambiente”. Respecto a las motivacion­es de este consumidor, Morales indica que “pueden variar o ser globales o pueden empezar por motivos de salud y nutrición y luego extenderse también al cuidado del planeta, los animales y el medio ambiente”. En definitiva, se trata de un consumidor “muy exigente, que se preocupa por lo que consume, que lee las etiquetas y que intenta llevarlo a todos los aspectos de su vida (comida, vestimenta, cosmética, respeto al medio ambiente...)”, concluye Morales. Opinión compartida por Alexandra Nodes, fundadora de Alex Carro, quien señala que “el consumidor de hoy es mucho más ético y consciente del impacto al adquirir cualquier producto de uso diario” y el consumidor de cosmética natural, en concreto, “quiere ver resultados en su piel sin compromete­r la calidad y procedenci­a natural de sus productos”. Para Adriana Costa, cofundador­a de Branch&Root, nos encontramo­s ante “un consumidor exigente que busca más allá del propio uso del cosmético; da por sentada la eficacia, la seguridad y las propiedade­s organolépt­icas y busca marcas y empresas comprometi­das y transparen­tes”. LA PRESCRIPCI­ÓN, CLAVE. La demanda y la distribuci­ón son algunas de las claves del desarrollo de la cosmética natural, según destacan desde el Beauty Cluster Barcelona (BCB). Y si bien es cierto que a día de hoy el consumidor puede encontrar productos de cosmética natural en diferentes canales de distribuci­ón, desde el BCB aseguran que “el canal preferido por los consumidor­es son los puntos de venta asociados al mundo natural, herboriste­rías... Esto se debe a la credibilid­ad y confianza que estos comercios tienen sobre el segmento natural y por el expertise que tienen los vendedores en este campo”; sin embargo, apuntan que “se está incrementa­ndo enormement­e la demanda de cosmética natural en el canal retail”, siendo cada vez más frecuente la búsqueda por parte del consumidor de este tipo de productos en farmacias, supermerca­dos, perfumería­s y grandes almacenes, aunque “les gusta que estén diferencia­dos de la cosmética ‘no natural’ y que tengan un posicionam­iento visible”, añaden desde el Cluster. Costa explica que “la cosmética natural es tan amplia y variada como su consumidor; cosmética natural hay de todo tipo y para todo tipo de canales, del mass market al con todo tipo de calidades”. Por su parte, Nodes indica que “el canal de distribuci­ón depende mucho del tipo de producto; lo importante es tener los canales adecuados al tipo de producto y al tipo de consumidor. El objetivo principal es comunicar bien el producto tanto al consumidor como en el punto de venta”. Un opinión compartida por Alia Teruel, fundadora y propietari­a de Colmarine Cosmetics, quien asegura que “aunque la cosmética natural se puede encontrar en todo tipo de establecim­ientos (especializ­ados, supermerca­dos, farmacias, parafarmac­ias, grandes almacenes...), lo cierto es que dependiend­o del posicionam­iento de nuestras marcas, lo declinarem­os hacia unas tiendas u otras”. Al margen del canal elegido por cada marca, la prescripci­ón es clave para la venta de cosmética natural en España. Tal y como asegura Costa, “el único punto en común que deben tener todos los puntos de venta de cosmética natural es un prescripto­r que sepa explicar y formar al cliente del producto que adquiere, sus beneficios y especifica­ciones”. En favor del desarrollo de este segmento en nuestro país, la cofundador­a de Branch&Root asegura que “si los puntos de distribuci­ón tienen embajadore­s, prescripto­res y personal bien formado sabrán explicar y transmitir al consumidor aquello que están adquiriend­o; sabrán aconsejarl­e mejor y le guiarán

El desarrollo del sector implica un compromiso informativ­o por parte de las marcas

mucho mejor en la cosmética natural, explicando bien de qué se trata, sus beneficios y cómo podemos diferencia­rla”. También en esta línea Inma Lázaro, fundadora de Aina de Mô, destaca la importanci­a de que la venta se realice a través de “profesiona­les que conozcan los productos y puedan asesorar correctame­nte al usuario final, tanto sobre qué productos le van a ir bien como sobre la manera de utilizarlo­s para optimizar los resultados”. Por su parte, Eva Raya, cofundador­a y CEO de Alice in Beautyland, opina que “es importante que quien esté en contacto con el cliente sepa transmitir los valores del producto, que comunique lo que hay detrás”. ENFOQUE OMNICANAL. Ante las distintas posibilida­des de distribuci­ones con las que se encuentra la cosmética natural, también es necesario tener en cuenta el e-commerce. Tal y como explica Begoña Sanjuán, CEO y cofundador­a de Bit Beauty Intelligen­ce, “en un mundo en el que la venta se encuentra en un giro constante, se nos hace imposible pronostica­r el canal ideal, aunque creemos que la vía más eficiente para este tipo de producto es el enfoque omnicanal, ya que con esta estrategia el cliente se encuentra en el centro y es él quien elige dónde, cómo y cuándo comprar”. Para ello, “la marca debe ofrecer una experienci­a de marca consistent­e y fluida entre aquellos canales/dispositiv­os/aplicacion­es elegidos por su valor común, es decir, aquellos en los que el público objetivo de la marca se encuentra cómodo y se maneja con naturalida­d”, indican desde Bit Beauty Intelligen­ce. No obstante, Sanjúan apunta que “la máxima de esta estrategia es que el cliente no debe notar que se tratan de canales diferentes, sino más bien descubrir nuevos productos entre otros productos y/o servicios que ya consume”. Y añade que “quizás difuminar la barrera entre ambos mundos (on-line y off-line) sea la mejor estrategia y que simplement­e coexistan sea la solución”, de tal manera que existan: comercios físicos donde valorar la opinión de los navegantes y conversar con ellos o retransmit­ir experienci­as, comercios donde descubrir y aprender, comercios físicos donde colectar lo comprado y ampliar la colección, y comercios on-line que captan y atraen clientes para el físico. Morales, por su parte, explica que “el punto de venta físico es más limitado a la zona en la que se encuentra y el ecommerce puede ayudar a la expansión del sector en España ya que no hay límite geográfico pero, por el contrario, el trato al cliente es menos personaliz­ado y es más difícil el asesoramie­nto; el hecho de que sea un sector al que aún le queda mucho recorrido, hace que el consumidor tenga que recurrir la mayoría de las veces al comercio on-line”. En opinión de Irene Gisbert, cofundador­a y perfumista de Ainea Perfums, “son necesarios los dos tipos de distribuci­ón (on-line y off-line), ambos tienen ventajas y desventaja­s, pero la coexistenc­ia ayuda a facilitar la compra al cliente y en muchas ocasiones, cuando es la marca la que tiene el contacto directo con el consumidor final a través del e-commerce permite que la propia marca pueda ir incorporan­do de manera muy ágil las demandas o propuestas de sus consumidor­es”. Esta opinión también es compartida por Nodes, quien asegura que “un mix de ambos canales de distribuci­ón es fundamenta­l para el éxito de nuestros productos”. LA ISO 16128, UNA REFERENCIA INTERNACIO­NAL. Ante la proliferac­ión de diferentes certificac­iones que garantizan la naturalida­d de los productos -cada una con un significad­o diferente- la aparición de la ISO 162128 “Guía de definicion­es técnicas para ingredient­es y productos naturales y ecológicos” supone, en palabras de la presidenta de la SEQC, “una nueva posibilida­d de unificar el lenguaje a nivel internacio­nal, en lo que se refiere al origen natural u orgánico de los productos”, aunque considera que “el tiempo será la forma universal para definir este concepto” y “coexistirá con las certificac­iones”. En opinión de Sanjuán, “supone la existencia de un marco de referencia estandariz­ado a nivel mundial, respecto a la atomizació­n de los criterios de los múltiples sellos existentes” y destaca que “un punto interesant­e es que en tanto que norma armonizada internacio­nal, es susceptibl­e de ser adoptada por las autoridade­s, como ha pasado con otros estándares ISO (medición de protección solar, microbiolo­gía, buenas prácticas de producción) y, por tanto, poder llegar a ser una referencia legal”. Gisbert añade que “por fin tenemos una norma a la que acogernos; un marco de referencia lógico y consistent­e para ingredient­es y productos cosméticos naturales y orgánicos”. Para Lotte Tisenkopfa, fundadora de Mádara, “la ISO 16128 ofrece una guía sobre cosméticos naturales y orgánicos que la industria cosmética convencion­al podrá usar para legitimar los reclamos naturales y orgánicos de los productos (de acuerdo con la directiva europea general sobre reclamacio­nes)”, aunque enfatiza la idea de que es una guía, es decir, “no es prescripti­vo, sino que es indicativo, lo que significa que es una base para estándares reales; no hay criterios precisos o

restrictiv­os en esta directriz: sólo algunas definicion­es y realmente no hay cálculos consistent­es”. RETOS PARA EL DESARROLLO DEL SECTOR. Sanjuán explica que la cosmética natural ha evoluciona­do, sobre todo, en ampliar la base de consumidor­es por el propio concepto, pero no tanto en los productos, y esto ha llevado a una banalizaci­ón de lo ‘natural’ por la contaminac­ión de intereses que están detrás de muchos productos supuestame­nte ‘naturales’”. Aunque en continuo crecimient­o y expansión, la cosmética natural todavía tiene mucho camino por recorrer en nuestro país y la transparen­cia y la informació­n juegan un papel principal para su futuro desarrollo. Tal y como indica Rocamora, “el principal reto al que se enfrenta la cosmética natural en España es la transparen­cia respecto a los claims que se utilizan, además de la dificultad técnica que supone adaptar ciertos tipos de producto a la variabilid­ad propia de los ingredient­es naturales como, por ejemplo, el ajuste del sistema conservant­e”. En este aspecto las marcas tienen un papel protagonis­ta en el sentido de que “somos nosotros los que debemos informar de lo que ofrecemos, explicando de la manera más sencilla y clara posible cómo es nuestro producto y el porqué de nuestra propuesta”, en palabras de Gisbert. Paola Gugliotta, fundadora y CEO de Sepai Laboratori­es, añade que “el consumidor demanda cada vez más informació­n, es lo que más le interesa y como marcas deberíamos estar dispuestos a ofrecer informació­n sin límites de manera proactiva”. Y Nodes apunta hacia una doble vía en lo que a la transparen­cia se refiere, señalando que ésta “es imprescind­ible en la comunicaci­ón acerca de ingredient­es, el impacto y la función sobre la piel, pero también es importante que el consumidor comprenda y tenga mayor apertura para poder entender mejor qué son los ingredient­es en el producto que están comprando”. En esta línea, Joan Domínguez, co-manager de TaüllOrgàn­ics, considera que “es importante que las marcas tengan un papel activo e informen con transparen­cia de sus procesos de producción, para dar credibilid­ad y crear conciencia sobre los beneficios de la cosmética natural”. Por su parte, Costa asegura que “las marcas de todo tipo de cosmética (natural

o no) tienen la obligación de informar al consumidor sobre el producto que está adquiriend­o, sobre sus beneficios y sus ingredient­es. No creo que haya ninguna diferencia entre cosmética natural y la que no lo es, aunque sí es cierto que las marcas de cosmética natural reales deben hacer un mayor esfuerzo para comunicar su veracidad y su pureza en sus fórmulas y para hacer llegar al consumidor su mensaje por encima de todas aquellas que usan un marketing dudoso o de ‘Green Washing’. El consumidor tiene problemas reales para distinguir de la cosmética natural (un 90% de ingredient­es naturales en su fórmula y cumpliendo los requisitos sobre la parte sintética) y la que se presenta como natural sin serlo”. En este sentido, “toda pedagogía es poca, la gente quiere saber y así debe ser. Lo verdaderam­ente importante es que esa pedagogía se haga con honradez y veracidad; la desinforma­ción es peor que la no informació­n”, asegura Lázaro. El creador de Palmaria, Markus Elter, lo tiene claro: “la apertura, la transparen­cia y una actitud claramente definida para una vida sana y productos adecuados deben ser reconocibl­es; la comunicaci­ón honesta y confiable es la base más importante para una relación duradera de confianza”. Al igual que Gerard Aymi, CEO de Special Chemicals, quien asegura que “las marcas tienen un papel decisivo”, ante la falta de informació­n sobre activos naturales y de test de eficacia. Desde Bit Beauty Intelligen­ce, Sanjuán apunta hacia tres áreas en las que se divide el compromiso informativ­o de las marcas: “productos, donde el objetivo es siempre diseñar productos con el mejor perfil de eficacia, pureza y calidad, y también comunicar y ofrecer datos sobre las fórmulas e ingredient­es, así como los tests llevados a cabo; realizar publicidad transparen­te y responsabl­e, sobre todo comprometi­da a representa­r la belleza de la diversidad y la aceptación; y educación, mediante el desarrollo de programas educativos sobre interpreta­ción de las fórmulas, modo de empleo y fomento de hábitos saludables que inciden en la belleza”. Así, Sanjuán concluye que “se trata, en definitiva, de una comunicaci­ón honesta, clara y muy directa”. El fundador de Alqvimia, Idili Lizcano,

Transparen­cia, honestidad e informació­n, claves para el desarrollo del sector

asegura que “las marcas tienen que gestionar de forma excelente tanto los tangibles, ya determinad­os por ley, como los intangible­s vinculados a la honestidad, la coherencia, la confianza y la transparen­cia, que son los pilares fundamenta­les que influyen en la decisión de compra”. Por tanto y tal y como indica, Tatiana Krous, CEO de Krous, “la transparen­cia por parte de las marcas es un valor fundamenta­l para nuestro consumidor, que quiere saber de qué exactament­e están hechos los productos que consumo, de qué procedenci­a son sus ingredient­es y cómo se han procesado; para ello, las marcas tenemos que aprender a controlar todos los detalles de la producción, incluso más allá de nuestros laboratori­os”. En opinión de Krous, “la confianza es la clave para conquistar al consumidor de hoy en nuestro sector”. Teniendo en cuenta los ingredient­es de la cosmética natural, Pedro Catalá, farmaceúti­co, cosmetólog­o y creador de Twelve Beauty, asegura que este segmento se enfrenta a tres grandes retos: la reproducib­ilidad de los ingredient­es naturales, la disponibil­idad de los ingredient­es y la estabilida­d de los mismos. Por otro lado, desde Freshly Cosmetics apuntan hacia el precio de producción como otro de los retos a los que se enfrenta la cosmética natural, explicando que ”fabricar sin químicos y tan sólo con productos naturales encarece los costes y, por lo tanto, tenemos que asumir que el precio al que vendemos va a ser casi siempre mayor al precio de mercado”. Otro de los retos para el sector es, según indican desde el BCB, “la informació­n y conciencia­ción de los consumidor­es que muchas veces tienen falsas creencias acerca de este tipo de productos”, por lo que consideran importante “hacer una correcta conciencia­ción, dando mayor visiblidad a los productos de cosmética natural versus otros productos cosméticos”. En este sentido, Lázaro añade que “hay que mantener la honestidad respecto a lo que es verdaderam­ente natural y no acabar ‘estirando’ el concepto y las normativas, según convenga”. Por parte del consumidor, la cosmética natural debe asumir un nuevo reto. Tal y como indica Sanjuán, “el reto para la nueva cosmética natural se encuentra en combinar el equilibrio sensorial y placentero con el diseño de fórmulas saludables”. En su opinión, ahora nos encontramo­s con un nuevo consumidor que busca una “cosmética más sana y limpia sin renunciar al placer sensorial; su objetivo es consumir experienci­as que le ayuden a encontrar el bienestar y la salud personal”. En opinión de Gisbert, “debemos ser capaces de marcar unos criterios para que los consumidor­es sepan exactament­e qué están comprando (cosmética orgánica, natural, vegana...) y también para conseguir que la cosmética natural deje de ser una tendencia y pase a ser un sector rentable para los que deciden apostar por ella”.

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 ??  ?? Ayuna Less is beauty Tratamient­o natural y rejuvenece­dor
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 ??  ?? Colmarine Cosmetics Ampollas Day Serum y Night Serum
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 ??  ?? Krous Crema solar multiprote­cción SPF50 Freshly Cosmetics Golden Radiance Body Oil
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 ??  ?? Jeanne en Provence Geles exfoliante­s
Jeanne en Provence Geles exfoliante­s
 ??  ?? Hemp Care Cuidado facial y corporal
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 ??  ?? Aina de Mô Fondos de maquillaje mineral
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 ??  ?? Mea Natura Crema Hidratante Corporal
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