EAU DE ROCHAS
EDICIÓN LIMITADA 2019
EN BUSCA DEL PARAÍSO
Desde 2016, Rochas ha convertido su edición veraniega, Escapade, en una cita esperadísima por los amantes del perfume. Más aún: un objeto para coleccionistas que no quieren perdérselo por nada del mundo. Es también una oportunidad para reinterpretar este frasco icónico, año tras año, vistiéndolo de colores radiantes y alegres. En el primer viaje se dirigió a las calas del Mediterráneo, el siguiente a una playa de la Riviera, y el año pasado, a una jungla exuberante de vegetación abundante y generosa... ¿Cuál será el destino de la edición de 2019? ¿Qué nos reserva el nuevo episodio de esta gran y hermosa historia olfativa firmada por Rochas? Escapade Exotique…
UNA ESCAPADA EXÓTICA
Inmediatamente pensamos en algún lugar lejano, un vuelo de largo recorrido y un equipaje ligero para disfrutar plenamente de un paraíso perdido. El exotismo también evoca muchas fantasías y una cierta sensualidad. Un islote aislado al que nadie puede venir a turbar la felicidad de vivir. Una pausa lejos del mundo moderno, un lugar imaginario al margen del bullicio cotidiano, un paréntesis, simplemente, fuera de la realidad. En esta época nos hemos concienciado de lo importante que es cuidarse. Escapade Exotique es el reflejo perfecto de ello: tomarse tiempo para disfrutar de una pausa, pasear sin rumbo guiados por los colores de la naturaleza, escuchar a ese pájaro cuyo canto delicado turba la tranquilidad del lugar. Darse un baño de luz y colores suaves, calmantes, sin la más mínima agresividad. Para transcribir en perfume este viaje sensorial en busca de “nuestro” paraíso, el perfumista Michel Almairac, autor de las Escapades anteriores, imaginó un nuevo frescor, suave e increíblemente delicado. ¿Cuál es la idea central de su creación? Frutos golosos colmados de agua pura, sumergidos bajo una fresca cascada. Una reinterpretación de Eau de Rochas en forma de cóctel fresco y soleado, pero a la vez muy contrastado, muy fluido y aéreo. La salida es crujiente, sorprendente, irresistible con sus notas de manzana, grosella negra y naranja sanguina. Una salpicadura acidulada que hace la boca agua, seguida de frutos de agua frescos y golosos, típicos del verano y de los viajes. La sandía y el melón, acariciados por pétalos de jazmín, crean adicción e imprimen en la piel sus notas delicadas. Y para fijar definitivamente esta emoción exótica y suave, almizcles, maderas blancas y ambroxán crean una onda mullida y envolvente que se prolonga con el paso de las horas.
EL DISEÑO
Este frescor suave y afrutado, muy poético, también se refleja en el frasco y el estuche, vestidos para la ocasión con un alegre rosa difuminado y un refrescante azul cielo, sin olvidar al grácil y revoloteante colibrí: solo él sabrá encontrar el camino que conduce a este paraíso secreto, exótico, casi mágico.