Starck Paris, la casa de perfumes que diseña las estrellas
PHILIPPE STARCK VIVE UNA HISTORIA DE AMOR CON TODO LO QUE PROVIENE DEL CIELO. SU COLECCIÓN DE PERFUMES ASÍ LO DEMUESTRA.
Philippe Starck es el diseñador de las estrellas. Recientemente, conocíamos que el icónico creador será el encargado de idear el módulo comercial habitable que la NASA planea montar en la Estación Espacial Internacional a partir de este año. Sin duda, lo del francés ha sido una historia de amor con todo aquello que proviene del cielo. Es más, si nos detenemos un segundo, comprobaremos que su nombre ya nos habla de esos esteroides luminosos que arden en el firmamento. Y es que el lexema de su firma significa estrella en inglés. Al mismo tiempo, el también interiorista posee Starck Paris, una colección de perfumes entre los que no sólo encontramos los célebres Peau de Soie, Peau de Pierre y Peau d’ailleurs, sino también Peau de Lumière Magique y Peau de Nuit Infinie.
Peau de Lumière Magique
Este viaje por los aromas del sistema solar está potenciado por la pimienta, las flores blancas, el jazmín o el jengibre de la fórmula de Peau de Lumière Magique, un perfume que habla de la luz y que simboliza la vitalidad de los rayos de Sol que alcanzan la superficie terrestre cada mañana.
Peau d’ailleurs
Nos traslada a Júpiter, uno de los planetas gaseosos más grandes, con su aroma a almizcle que nos recuerda a la humedad que escala por las paredes en las frías tardes de invierno.
Peau de Nuit Infinie
El camino también está adornado por la bergamota, el limón, el ámbar gris o las notas de cuero de Peau de Nuit Infinie, una oda a la noche serena, lúgubre y misteriosa que nos cubre con su manto cálido.
Peau de Pierre
Esta fragancia nos lleva a Mercurio, uno de los cuerpos rocosos de nuestro sistema solar, gracias a su toque amaderado y sus notas terrosas.
Peau de Soie
Las notas atalcadas de Peau de Soie nos transportarán a Venus, el planeta bautizado en honor a la diosa romana del amor.
Decididamente, estas cinco fragancias nos demuestran cómo el universo puede convertirse en una fuente de inspiración, en un viaje a realizar sin movernos de la Tierra y, por qué no, en una obra de arte que todo el mundo querría tener.