EN BUSCA DEL CONSEJO
Salvo el parón forzoso provocado por la COVID-19, lo cierto es que el sector de la dermocosmética progresa adecuadamente. Sí es cierto que la situación sanitaria actual y, en especial, la incertidumbre que existe entre los consumidores “ha provocado una ralentización del consumo en general, incluso más aún en la farmacia para la categoría de dermocosmética”, según reconoce Tamara
Franco López, directora Comercial de SingulaDerm en España, aunque matiza que “se producirá un incremento del consumo en este sentido en un corto/medio plazo”. “La cosmética facial y color ha sufrido una leve caída en ventas en el canal farmacia, completamente previsible debido a las circunstancias”, apunta en la misma dirección Tamara Soengas, Brand manager de Mavala en España, y comparte también el optimismo al afirmar que “la previsión para final de año es volver a tener el mismo volumen anterior al inicio de la pandemia, en donde nuestra marca experimentaba un crecimiento positivo. También hay que tener en cuenta que el consumidor buscará establecimientos donde las medidas sanitarias sean muy estrictas y la farmacia como punto de venta es uno de ellos”. Estamos viviendo un tiempo convulso que, indudablemente, afectará a la dermocosmética”, añaden, por su parte, desde Usu Cosmetics, “en este momento, estamos recobrando la calma que necesitan los profesionales de farmacia para atender esta parte de su oferta, pero hemos observado una tendencia al alza de la demanda, tanto a través del canal online como en el propio despacho farmacéutico”. También desde Ecoelum, su co-fundadora, Alicia Sandoval, es optimista al declarar que “las ventas de productos cosméticos en farmacia van en continuo aumento”, es más, desde la marca reconocen que cada vez son más los centros farmacéuticos especializados en dermocosmética y cuidado para la piel que, incluso, realizan diagnósticos faciales a sus clientas para recomendarles los productos más indicados para ellas. “Entendemos que esta tendencia se irá incrementando de cara al futuro, ya que cada vez existe más preocupación por el cuidado personal y las farmacias son un canal de confianza en el que los clientes de este tipo de cosmética se sienten seguros adquiriéndolos”, aseguran.