COSMÉTICA EMOCIONAL, UN PROCESO ARTESANO DE LUJO SOSTENIBLE
Hay que devolverle a la naturaleza todo lo que nos da. Ese es nuestro compromiso y nuestra filosofía Gisella Gil Fundadora de The Emotions Lab
Con el cuidado y el respeto de la naturaleza como premisas, The Emotions Lab nos ofrece una nueva forma de entender la cosmética tomando el conocimiento del lenguaje de la piel como elemento fundamental. Su Cosmética Emocional combina lujo y sostenibilidad a través de un método patentado que habla el lenguaje de la piel a través de las plantas.
Lujo y sostenibilidad pueden y deben ir de la mano y The Emotions Lab es un claro ejemplo de ello. El sector de la cosmética se encamina, cada vez más, hacia la sostenibilidad, no solamente en la formulación de sus productos sino en su globalidad: valores de marca, packaging o distribución.
Así, el sector de la cosmética se alinea con el sentir y vivir de la sociedad, cada vez más concienciados de la necesidad de un cambio en la forma de producción y consumo. Desde sus inicios, ahora hace seis años, The Emotions Lab ha caminado de la mano de estas premisas: cuidado y respeto de la naturaleza. en su quehacer: km 0, cero residuo y skinimalismo para que el impacto de la empresa sea sostenible en todos los eslabones de la cadena productiva. Sus formulaciones se elaboran con bases orgánicas, aceites de primera prensada en frío, aguas florales y certificados BIO en materias primas. Todo ello con productores locales y de proximidad que permiten reducir la huella de carbono durante la elaboración y distribución de los productos. Una producción controlada de lotes con pequeñas cantidades y con un procedimiento prácticamente manual.
La sostenibilidad y el cuidado del planeta es una de las prioridades de la marca de Cosmética Emocional durante todo el proceso de elaboración de sus productos así como en el punto final de entrega a sus clientas con cosméticos en envases reciclables y packaging de cartón reciclado. No utiliza plástico en sus productos y todos los envases son de vidrio.
En palabras de la fundadora de The Emotions Lab, Gisella Gil, “en The Emotions Lab seguimos unos valores para reducir nuestro impacto en el planeta y la naturaleza. Hay que concienciar y reeducar a la gente hacia el skinimalismo: un consumo responsable y consciente”. Y es que el skinimalismo también es sinónimo de sostenibilidad, ya que se trata de una rutina sencilla, sostenible, versátil y eficaz que logra atender todas las necesidades de la piel: físicas, emocionales, nutricionales y energéticas, tal y como explican desde la firma.
“Hay que devolverle a la naturaleza todo lo que nos da. Ese es nuestro compromiso y nuestra filosofía”, explica Gisella Gil. Es por eso que The Emotions Lab trabaja en un proyecto de cooperación con ONG’s orientadas a la preservación del fondo marino.