ELLOS Y ELLAS
Después de comer a menudo se hace deporte. Y después del deporte se come. En eso podemos estar de acuerdo... ¿O acaso tampoco? Hoy: después del gimnasio
Dos formas diferentes de entender la vida
ÉL se sube a la báscula en el vestuario. Sonríe. Se toca los músculos del brazo. Entran otros dos hombres justo cuando él está marcando bíceps. Sonríe. Se viste despacio. Va al bar del centro de fitness. Arroja ruidosamente la bolsa de deporte al rincón. Dice: “Joselito, un batido de claras de chocolate de medio litro. Y una barrita de proteínas. No, que sean dos”. Vuelve a marcar ambos bíceps, todavía están bien. Dice al grupo allí reunido: “¡Un entrenamiento la ostia de duro hoy! Resistencia y fuerza máxima”. Y añade: “El mejor rendimiento personal del año. Así se consiguen resultados, chavales”. Los presentes asienten con educación. “Ahora lo importante es no consumir carbohidratos en las próximas 48 horas”. Mira el teléfono móvil, dos mensajes. Los amigos quieren ir a tomar algo. Confirma por WhatsApp. Bebe de un trago el batido de claras de chocolate. Abre la primera barrita con los dientes y le da un sonoro mordisco. Paga a Joselito mientras mastica. Abre la segunda barrita y le hinca el diente. Se va. Escribe en el teléfono móvil. “Enseguida estoy ahí. Ve pidiendo. Para mí pizza de prosciutto y una Mahou bien fría.” Añade emoticonos. Regresa porque se ha olvidado la bolsa de deporte. Dice de nuevo al grupo allí reunido: “48 horas, chicos. La vida es cojonuda”.
ELLA
se sube a la báscula en el vestuario. Mira con preocupación. Se palpa la tripa, se mira el culo en el espejo. Entran dos mujeres justo cuando está metiendo tripa. Sonríe de manera forzada. Se viste rápidamente. Va al bar del centro de fitness. Posa en una silla la bolsa de deporte Nike Woman. Dice: “Hola, José. Zumo de manzana con agua con gas. Hoy nada más.” Vuelve a meter tripa, se sigue sintiendo gorda. Dice al grupo allí reunido: “Buff, ha sido agotador. Doble de abdomen, piernas y glúteos. Y una hora de yoga Iyengar”. Y añade: “No sirve de nada”. Los presentes asienten con educación. “Quizás ayude una dieta ‘low carb’, una semana sin carbohidratos”. Mira el teléfono móvil: dos mensajes. Las amigas quieren ir a tomar algo. Confirma por WhatsApp. Deja el zumo de manzana intacto. Abre la bolsa, se pone pintalabios. Paga a José. Abre la bolsa, se pone rímmel. Se va. Escribe en el teléfono móvil. “Enseguida estoy ahí. Para mí no pidáis nada, solo un zumo de manzana y agua con gas”. Añade emoticonos. Regresa porque se ha olvidado la bolsa de deporte. Dice de nuevo al grupo allí reunido: “Buff, mejor dos semanas sin nada. La vida es tan puñetera”.