¡CUíDALAS BIEN!
A las especias les gusta la oscuridad, los lugares secos, fríos y herméticos. Tener cuencos o vasos sin tapa en la cocina no es lo más aconsejable. Si queremos usar un vaso a toda costa, mejor que sea de un cristal oscuro, para que lo traspase la menor luz posible, lo contrario a nuestro bodegón. Si quieres tener todo a mano, llena de especias diferentes recipientes cerámicos que evitan la entrada de calor y humedad. A propósito de humedad: muchas veces nuestro estante de especias está sobre los fuegos de la cocina. Parece práctico, pero el vapor al cocer la pasta, el calor de la sartén y los olores de los guisos de carne siempre acaban llegando hasta nuestras especias más caras. Una pena, ¿no crees?