Bike

MÁS KM QUE...

FALTA DE MÁS EXPEDICION­ES A LA LUNA, HEMOS TENIDO QUE SER NOSOTROS EN BIKE LOS QUE HEMOS IDO ALLÍ A DAR “UNA VUELTA” CON UNA CANYON NEURON. 10.000 KILÓMETROS LE HAN CAÍDO, UNA VUELTA COMPLETA A NUESTRO SATÉLITE, CASI NADA...*

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...la Neuron AL de BIKE, con todos los respetos al baúl de la Piqué. El primer test de larga duración en alcanzar la gran cifra de... ¡¡10.000 Km!!

COMENCÉ LA PRUEBA EL 21 DE ENERO DE 2017 Y LA TERMINÉ EL 31 DE DICIEMBRE DEL MISMO AÑO. HAN SIDO 10.000 KILÓMETROS BASTANTE VARIADOS, DESDE UN POCO DE CARRETERA CONDICIONA­DO POR EL BARRO, salidas de todo tipo y hasta 230 kilómetros y algún viaje de bikepackin­g de 800 Km en cuatro días. Presento brevemente a la protagonis­ta de la prueba: Se trata de una bicicleta con rueda de 29”, muy polivalent­e, con cuadro de aluminio y recorrido de suspension­es 120/110 mm (horquilla Fox Float 34 y Float trasero), geometría muy cómoda pero no torpe, transmisió­n y frenos Shimano Deore XT M8000, ruedas DT XM1501, tija teléscópic­a RockShox Reverb y componente­s Canyon de aluminio.

El trato de la bici es como si fuese mía, sin un cuidado excesivo, ni descuidado. Exactament­e igual que en mi bici particular para que la prueba sea real.

Por el comentado barro (arcilloso), cambié los neumáticos desde el principio, poniendo unos más finos que los 2,4” que trae de serie. Suelo poner unos de bicicleta híbrida o de ciclocross, que me permiten salvar las peores zonas o incluso hacer carretera para evitarlas. Los suelo

alternar con los de montaña y por comodidad, uso cámaras para cambiar más rápido. Cuando acaban las lluvias, ya pongo los de montaña y uso tubeless. En el total de kilómetros, unos 565, son de carretera. Se nota que ha sido un año seco.

AVERÍAS: MANTENIMIE­NTO Y POCO MÁS QUE CONTAR

Las únicas incidencia­s que he tenido durante la prueba han sido las pérdidas de dos guíacables del latiguillo del freno trasero y tija (los dos de los extremos) y una rotura de cable de cambio (8.860 Km), además de rajar el flanco de la cubierta delantera (5.793 Km).

Si atendemos a los elementos de desgaste, se sustituyó la primera cadena a los 1.804 Km, la segunda a los 4.503 y las siguientes a los 6.663 y 8.577. En total, cinco cadenas, incluyendo la original. También hubo que sustituir las pastillas de freno traseras a los 7.623 Km, aguantando las delanteras (muy al límite) hasta el final. Los discos, aunque presentan algo de escalón, todavía están dentro del espesor recomendad­o por Shimano. A nivel de cubiertas, las originales acabaron con 3.707 Km (hasta el corte del flanco) y la trasera, la quité con 1.711, al no conseguir tubelizarl­a por una pequeña raja. Además, acabé de gastar unos Michelin Transwolrd Sprint que tenía a medias (de bici híbrida), un Hutchinson Python y sin acabar, he dejado un Hutchinson Cobra y otro Python, además de unos Schwalbe Land Cruiser (finos, para la parte final de la prueba, en la que ya hubo alguna lluvia). Tengo que reconocer que prefie- ro las bicicletas de doble suspensión a las rígidas, pero para hacer el grueso de kilómetros de entrenamie­nto (suelen ser unos 10.000 o algo más al año), prefiero una rígida, por el mantenimie­nto de articulaci­ones, ruidos, etc… que suelen tener las dobles tras muchos kilómetros. De esa manera, los kilómetros de competicio­nes (unos 1.500-2.000), puedo hacerlos con la doble, sin apenas desgaste. Pero en este caso, me habría equivocado, puesto que en el total de la prueba, no ha habido ningún ruido procedente del cuadro. Tan sólo un poco de ruido de rodamiento­s de pedalier, aproximada­mente a los 8.000 Km, que dejó de hacerlo el mismo día. Tras ver el desgaste apreciable a simple vista, toca desmontar la bici. Al acabar de hacerlo, lo primero que miré fue el estado de los rodamiento­s de todas las articulaci­ones. Salvo uno de una bieleta (presentaba algún punto duro, que se soluciona abriéndolo y engrasando), todos giraban limpiament­e. Normal que no haya habido ruidos. Aquí, se puede apreciar el trabajo “oculto” que hacen algunas marcas, poniendo elementos de buena calidad, aunque pasen desapercib­idos en un principio. Es cierto que, como ya he comentado, suelo tener cuidado para evitar embarrar la bici sin sentido, pero no es menos cierto que este año ha sido muy seco y he circulado por zonas con polvo muy fino (como harina), que se cuela por todos sitios.

Una vez desmontada la bici, haría una sustitució­n preventiva de los rodamiento­s, pero no de manera obligatori­a. Igualmente, aunque el funcionami­ento ha empeorado muy poco, la revisión de ambos elementos de la suspensión es

“obligatori­a”. Se tendría que haber hecho varias veces durante la prueba, si atendemos a los consejos de la marca. Son totalmente correctos y fiables, pero si no los hacemos, nos arriesgamo­s a que la avería sea más cara; aunque en mi caso haya funcionado, no es recomendab­le alargar tanto las revisiones.

EL RESTO DE LA BICI

Siguiendo con la inspección de la bici, el rodamiento superior de la dirección iba bastante duro, siendo necesaria su sustitució­n (con un engrase, se puede solucionar parcialmen­te, pero es mejor prevenir). De las ruedas se puede decir lo mismo que del cuadro. Siguen suaves y sin ningún descentrad­o, señal de la calidad que imprime la marca suiza DT en sus ruedas.

TRAS 10.000 KM, EL CUADRO SÓLO PRESENTA UN RODAMIENTO CON ALGÚN PUNTO DURO EN EL GIRO. EL RESTO GIRAN PERFECTAME­NTE.

Los frenos, XT M8000, tampoco han dado ningún problema, salvo el desgaste de las pastillas. El único pero que le pondría a la unidad que hemos usado, es que presentaba­n un recorrido un poco más largo del que me gusta. Tampoco me molestó mucho y ni me preocupé de solucionar­lo acercando los pistones en vacío, para tener menos recorrido de maneta.

Y llegamos al elemento que tradiciona­lmente, más desgaste sufre: La transmisió­n. Es una Deore XT M8000 de 11 piñones completa. El auténtico todo terreno de Shimano. Con cambios de cadena regulares y correctame­nte espaciados, se consigue una longevidad sorprenden­te. Tanto platos, como piñones, aunque presentan algo de desgaste, son perfectame­nte utilizable­s otra cadena más (y si tuviera que apostar, posiblemen­te lo haría por una segunda). Pero, lo que más me ha sorprendid­o es ver las roldanas en perfecto estado, tanto de desgaste, como de giro, sin haberlas desmontado ni una sola vez en toda la prueba para enLos grasarlas o hacerles algún mantenimie­nto. El único desgaste que se aprecia en el conjunto, es el roce del dedo en el pulsador del cambio de piñones (el de platos, está nuevo, normal por el poquísimo uso que se hace de él).

En resumen, podríamos decir que los euros invertidos en calidad, nos suelen dar rendimient­os en longevidad y fiabilidad. Ha sido un placer hacer una prueba con tan pocos problemas. Sólo montar, y poco arreglar y gastar, como nos gusta a todos.

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 ??  ?? Desmontaje completo de la Canyon Neuron. Sus “tripas” al descubiert­o.
Desmontaje completo de la Canyon Neuron. Sus “tripas” al descubiert­o.
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FOTOS: Alejandro Cubino/ José Fernández
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