CASCO Y BICI: DOMINGO DE RESURRECCIÓN
El uso del casco está regulado por el Ley de Tráfico y Seguridad Vial. A partir de 16 años de edad no es obligatorio utilizar el casco al circular en bicicleta por la ciudad, pero sí estás obligado a utilizarlo cuando circulas fuera de la ciudad. En cambio los niños de hasta 16 años de edad sí están obligados a utilizar el casco siempre, tanto en la ciudad como fuera de ella. Estoy harto y entristecido de ver a muchos niños menores de 16 años a los que sus padres no les enseñan, o en su caso les obligan, a utilizar el casco. En primer lugar porque la ley así los obliga, y en segundo lugar, por su salud e integridad física. Hay que recordar la mayor fragilidad del cráneo hasta esas edades. Hoy, fue mi particular Domingo de Resurrección. Como todos los fines de semana estaba disfrutando de una maravillosa mañana de MTB, me encontraba bien y con fuerzas. No sé si iba demasiado rápido, quizás sí; no sé si iba algo distraído y confiado al ser un camino muy rodador y nada técnico, quizás también. Estaba leyendo un cartel de información que había antes de un pequeño puente sobre el río Guadiamar y quité la vista del camino un segundo, no más, y no vi o no di importancia a una pequeña zona de tierra y arena en la mitad del camino y la rueda delantera se me fue totalmente, quizás ejercía demasiado peso en la delantera. No lo sé y ya no tiene solución. De repente, caí con fuerza al suelo dándome un brusco golpe en la cabeza, además en el trocánter mayor, cóndilo femoral externo, codo y hombro. Rápidamente me di cuenta que no era una caída más, me encontraba algo conmocionado. Me quedé tumbado unos segundos respirando hondo para tratar de relajarme. Nada más levantarme, una primera observación que me tranquilizó, como solemos decir chapa y pintura y culotte roto. ¡Uffff! menos mal. Tras el auxilio de un biker que pasó por allí, muchas gracias de veras, de vuelta a casa dolorido y con muchas ganas de llegar. Ya en casa me di cuenta que mi flamante casco blanco Giro Atmos tenía un fuerte golpe en el lateral y dos importantes fisuras. Se puede decir que de no llevarlo, mi cráneo hubiera soportado el golpe y quién sabe cómo estaría. Gracias a Dios y... al casco, hoy ha sido mi particular Domingo de Resurrección. Moraleja: por favor no salgais en bici sin el casco puesto y abrochado, enseñad a vuestros hijos a usarlo dándoles vuestro ejemplo y siempre estar pendiente del camino por muy conocido que os sea.
Luis A. Gómez Bormujos (Sevilla)