ENTRE NOSOTROS
Superboost ¿MÁS ESTÁNDARES AÚN?
Aún no podemos hablar de tendencia como tal, pero sí tenemos que empezar a estar preparados al shock emocional que puede suponer oír hablar del Superboost en los próximos meses, otro nuevo estándar, nuevos cuadros, nuevos componentes… ¿Qué es exactamente el Superboost? Pues ni más ni menos que una nueva medida de anchura de eje (solo trasero, por ahora) que aumenta los 148 mm del Boost que ahora todos conocemos y ya está en nuestras vidas queramos o no, a 157 mm. ¿Pero por qué? La pregunta tendríamos que hacérsela a Chris Cocalis, fundador de Pivot Cycles y una de las cabezas pensantes de esta industria. Para Chris, “Si el Boost añade ventajas, pero solo 3 mm en cada lado no es algo muy considerable ¿por qué detenernos en él?” Y así toma los 157 mm como referencia, una medida estandarizada desde hace años y usada habitualmente en bicis de DH y Freeride. Por tanto ya existen bujes para el Superboost, pues no es una nueva medida como tal, y permite fabricar ruedas más sólidas, un 30% más según los datos. El Superboost usa un Q-Factor de 173 ó 177 mm, una medida estándar que podemos encontrar en numerosas bielas del mercado (Race Face la principal), con una línea de cadena de 56 mm (frente a los 52 mm del Boost). Su ventaja es que al tener un buje más ancho logra un ángulo más abierto de los radios y soporta mejor las tensiones muy altas, algo que tiene bastante sentido en las e-MTB especialmente… el tiempo nos dirá si nuestras bicis actuales con eje Boost no se quedan obsoletas (una vez más) en poco tiempo…
Electrónica A PUNTO DE LLEGAR… O NO
Un tema que realmente no es nada nuevo pero que siempre está ahí “acechando” con evolucionar este segmento. Aunque en los últimos años parece haber estado un poco estancado, con las transmisiones electrónicas sin experimentar grandes cambios más allá de ofrecer un grupo más económico (Shimano Deore XT Di2) y algunas mejoras en conectividad, y con suspensiones con controles inteligentes que parecen haber perdido un poco de fuelle (como el E:I Shock de Lapierre). Parecido a éste pero no igual será el sistema Live Valve de Fox, la única promesa de futuro inminente, un sistema que mediante sensores instalados en horquilla y cuadro modificará instantáneamente el comportamiento de las suspensiones según las demandas del terreno, de una forma, prometen, como nunca antes se ha visto. Más allá de ello, muy pocos componentes han dado el paso de incorporar mecanismos electrónicos en sus entrañas, como la tija telescópica de sillín inalámbrica Magura Vyron. Donde sí es tendencia inevitable ver cada día más chips es en el mundo de los accesorios, con “gadgets” como las gafas Uvex que cambian la oscuridad de sus lentes electrónicamente, o las Pace Smart de Oakley que se comunican con nosotros (con reconocimiento de voz, nos informan de velocidad, pulso, ritmo…), bombas inteligentes que nos dicen la presión de nuestros neumáticos en la pantalla de nuestro Smartphone o el radar Vario de Garmin que nos avisa si un coche va a adelantarnos. Y esto solo es el comienzo… suponemos.
Tijas telescópicas IMPARABLES
Esto sí que es una tendencia al alza, las tijas telescópicas. Cierto es que aún hay gente que piensa que son innecesarias (en nuestra encuesta de este mes puedes leer más sobre ello), pero los datos hablan por sí solos. Y no solo son cada día más frecuentes en cualquier tipo de bici de serie, incluidas las de Rally, sino que un gran porcentaje de nosotros ya las usamos incondicionalmente.
Más seguridad, más diversión, más velocidad en los descensos… muchas son sus ventajas, aunque también tienen algunos inconvenientes, como el mayor peso (el gran inconveniente en el caso del Rally), una mayor complejidad y una necesidad extra de mantenimiento y posibles averías, y cómo no, el mayor precio.
Su evolución actual es relativamente lenta, pues parecen haber alcanzado una etapa de “meseta” en la que no hay grandes avances, aunque el futuro promete que veremos nuevas medidas (de diámetros más estrechos, para maximizar su compatibilidad con las bicis de Rally), sistemas más rápidos de accionamiento e incluso automáticos (es decir, que la tija baje sola sin necesidad de posar nuestro peso) y por supuesto, materiales más ligeros.