TIJA FSA FLOWTRON
>>En este modelo de tija telescópica, el único de la marca FSA, los italianos han apostado por un sistema de cartucho cerrado en el que se basa su funcionamiento, inclinándose más por el lado de la sencillez y durabilidad por delante de un peso liviano o la posibilidad de personalización. La tija muestra un acabado sólido en prácticamente todas sus piezas, desde los apoyos de los raíles del sillín hasta el mando remoto, precisamente porque FSA ha pretendido priorizar la robustez, algo que se refleja en su peso, con 585 g (más 41 g del mando). En conjunto más de 620 g (125 mm, 31,6 mm), un peso entre 50-100 g por encima de otras tijas. El sistema de accionamiento del cable gira sobre una semipolea excéntrica ubicada en el exterior de la tija, consiguiendo simplificar el mecanismo interno y mejorar el sellado, y por tanto reduciendo la posibilidad de averías con el paso del tiempo. Esta polea se sustenta en un muelle de torsión que hace que el sistema retorne a la posición de reposo cuando soltamos el mando, y que nos permite regular – en 3 posiciones- la tensión del muelle y por tanto la dureza de accionamiento del sistema. Hemos probado las 3 posiciones y en nuestro caso, la más firme de todas nos ha parecido excesivamente dura, de hecho, el mejor comportamiento y suavidad lo hemos observado en la posición de menor tensión, aunque esto es algo que depende del recorrido que haga el cable por el interior del cuadro, más directo o más revirado.
El mando, diseñado específicamente para transmisiones monoplato, es algo tosco en formas, con una superficie estriada y un buen tamaño que nos permite alcanzarlo fácilmente con el pulgar y ejercer mucha presión sobre él, con una abrazadera además que se abre al completo para instalarlo, sin tener que retirar mandos ni puños. Un poco mejorable es su ángulo respecto a la línea del manillar, bastante inclinado, por lo que para alcanzarlo tenemos que mover el pulgar hacia atrás un poco más que en otros mandos, especialmente si tus dedos no son muy largos. Además no permite personalizar esta posición. Su funcionamiento, en líneas generales, nos ha gustado. Su cartucho cerrado tiene una precarga algo elevada en comparación a otras tijas a las que estamos acostumbrados, costando un poco más comprimirla, pero en poco tiempo te acostumbras. Además, en los primeros días de uso (más bien horas) el sistema se extendía con algo de lentitud, lo que poco a poco ha ido desapareciendo con el uso, sin llegar a ser especialmente rápida pero con una velocidad adecuada, lejos del retorno violento de otras tijas. Toda esta firmeza “no cae en saco roto”, sino que se traduce en una gran solidez, sin haber adquirido prácticamente nada de holgura durante todo el tiempo de prueba con ella, gracias a que FSA empela un sistema de tres ejes internos sobre los que pivota. En general, se ha mostrado como una tija para quienes priorizan la robustez y el olvidarse de mantenimientos y holguras a un peso reducido o la posibilidad de personalizar su comportamiento.