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MASTER CHEF

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TODOS SABEMOS LO IMPORTANTE QUE ES ALIMENTARS­E CORRECTAME­NTE, TANTO PARA LA SALUD GENERAL COMO PARA EL RENDIMIENT­O DEPORTIVO. LA TENDENCIA ACTUAL EN NUTRICIÓN DEPORTIVA SE BASA EN COMER EN FUNCIÓN DE LAS NECESIDADE­S DE CADA MOMENTO. VEAMOS QUÉ SIGNIFICA ESO Y CÓMO APLICARLO EN NUESTRO DÍA A DÍA.

LA +2T/I!IǷ+ E0 2+ TEM !,+T/,VE/TI", -,/.2E - /E!E .2E T,DO EL MUNDO SABE LO QUE HAY QUE COMER. LOS MEDIOS SABEN QUE VENDE Y SE LANZAN A LLAMAR LA ATENCIÓN CON ARTÍCULOS QUE MUCHAS VECES CARECEN DEL MÍNIMO RIGOR, , -E,/ ǻ+ T,T LME+TE - T/,!I+ ",0 -,/ LGUNA DE LAS MUCHAS INDUSTRIAS RELACIONAD­AS CON EL MUNDO DE LA ALIMENTACI­ÓN. El resultado es que todo el mundo ha leído lo que es bueno y lo que es malo, y en base a eso, cualquiera puede escribir un blog o un twit donde, sin evidencia científica alguna, criticar y demonizar unos alimentos y sacralizar otros. Todo este ruido mediático complica mucho nuestras decisiones nutriciona­les.

En nuestro caso concreto, ciclistas que dedicamos un tiempo importante al ejercicio físico, tenemos doble confusión. Por un lado, muchos mensajes de los medios van dirigidos a una población general que practica poco ejercicio. Se busca, a través de la nutrición, la salud o la estética de personas con una actividad física baja. Y sabemos bien que las necesidade­s nutriciona­les son muy diferentes, por lo que esos mensajes pueden no ser los más aptos para nosotros. Por otro lado, tenemos informació­n que si es específica para nosotros, para deportista­s que buscan mejorar su rendimient­o. Pero esta informació­n también debe ser filtrada,

con criterio, en función de nuestra modalidad deportiva, de nuestros objetivos y nivel de entrenamie­nto.

Al final tenemos muchas noticias e informacio­nes (en revistas, redes sociales, televisión y prensa, amigos, compañeros de grupeta…) pero muchas veces poco rigurosas, poco claras, o incluso contradict­orias entre ellas. Por eso queremos intentar aclarar un poco las cosas, contaros lo básico y lo más aceptado en el mundo de la ciencia de la nutrición deportiva a día de hoy. Empezando por dejar claro que no hay milagros ni atajos, que nadie se va a convertir en Nino Schurter o en Coloma por comer brócoli y salmón, o por tomar un suplemento de proteínas o de aminoácido­s ramificado­s.

INDIVIDUAL­IZAR

Hoy en día el primer concepto a considerar en la nutrición es la individual­ización. Al igual que pasa con el entrenamie­nto, nos hemos dado cuenta que también ocurre con la nutrición. Que la variabilid­ad de respuestas entre personas es muy elevada. Dentro de un orden, claro. Esa variabilid­ad no significa que unos puedan rendir solo con grasas y otros no, o que unos no necesiten proteínas y otros necesiten 3g por kilo de peso. La fisiología de base es la misma para todos. Pero a partir de esa fisiología común tenemos respuestas significat­ivamente diferentes ante algunos alimentos. Donde más vamos a notar esa variabilid­ad individual es en la respuesta gastrointe­stinal. También en las intole-

rancias o alergias a ciertos alimentos. En estos casos, obviamente, hay que empezar por descartar esos productos, aunque sepamos que pueden ser muy buenos, nutriciona­lmente hablando.

Un buen ejemplo sería la leche. Los estudios demuestran sus ventajas para hidratarno­s y para recuperarn­os, gracias a su mezcla de hidratos de carbono y proteínas. Pero si sufro de intoleranc­ia a la lactosa o alergia a la proteína de la leche, me sentará mal o muy mal. En ese caso deberemos descartarl­a y buscar otras elecciones nutriciona­les. Porque, afortunada­mente, la realidad es que tenemos diferentes opciones nutriciona­les para lograr los mismos objetivos. Por eso debemos sospechar de todos los que nos dicen que hay que tomar un producto en concreto, sí o sí, para lograr un determinad­o efecto. Raro será que no sea humo lo que nos quieren vender.

Descartar los alimentos que nos sientan mal será el primer paso para individual­izar nuestra dieta. Pero individual­izar no es solo esto. El paso siguiente será estimar el gasto energético, tanto el previsto para el día siguiente, como el realizado durante ese mismo día. Y para finalizar, tener en cuenta los objetivos de entrenamie­nto de ese momento.

En base a todo ello decidiremo­s, por ejemplo, si potenciar más el rellenado de los depósitos de glucógenos, la recuperaci­ón muscular o la pérdida de peso. Y elegiremos los mejores alimentos, de entre aquellos que sabemos que nos sientan bien, para lograr esos objetivos. En este proceso, además de individual­izar, hemos introducid­o otro concepto clave, la periodizac­ión de la nutrición.

PERIODIZAR

Un deportista de fondo va a tener muy diferentes necesidade­s nutriciona­les a lo largo de la temporada. De un día a otro puede ser que la composició­n de su dieta deba ser muy diferente. Aquí nos vamos a referir sobre todo a las necesidade­s energética­s, a los macronutri­entes (hidratos de carbono, proteínas y grasas) con los que cubrir esas necesidade­s, y a cómo jugar con ellos en función de cada momento. No vamos a entrar en los alimentos concretos porque entonces necesitarí­amos la revista entera, nos centraremo­s en esos macronutri­entes y en como variar su ingesta en función de nuestras necesidade­s puntuales.

De todas formas, y a modo de pequeño recordator­io, los hidratos de carbono se encuentran, en mayor cantidad, en cereales, legumbres, tubérculos y frutas. Las proteínas en carnes, pescados, huevos, leche, legumbres y algunos frutos secos. Las grasas pueden estar en múltiples productos, tanto de origen animal como vegetal. Como recomendac­ión general evitar los productos procesados y acudir mejor al producto en bruto.

Para poder periodizar con criterio lo primero es saber cual es el objetivo principal del entrenamie­nto en cada momento. Para simplifica­rlo vamos considerar cuatro situacione­s habituales en el proceso de entrenamie­nto.

PÉRDIDA DE PESO

Dada la gran importanci­a para el rendimient­o en competició­n del peso, nos puede interesar, en algunos momentos de la temporada, centrarnos en la pérdida de peso como objetivo de entrenamie­nto. Para esta pérdida de peso lo

DESCARTAR LOS ALIMENTOS QUE NO NOS SIENTAN BIEN

más importante es lograr el suficiente déficit energético para estimular la pérdida de grasa, pero que no sea tan grande como para provocar una pérdida importante de masa muscular o peor aún, compromete­r la recuperaci­ón física general.

Este déficit calórico debe buscarse por los dos lados, por el gasto de energía (entrenamie­nto) y por la ingesta (nutrición), pero sabiendo que para lograrlo lo más importante es la nutrición. En esta fase debemos saber que no será muy recomendab­le la introducci­ón de entrenos de gran intensidad, por lo menos de forma habitual. Será mejor centrarse en los de baja y media intensidad. En la parte nutriciona­l debemos limitar la ingesta de energía, pero aumentando la parte de proteínas (llegar a 1,5g o incluso 2g por kg de peso) para proteger la masa muscular. También será útil subir la parte de fibra de la dieta, para lograr una mayor saciedad con menos calorías. Entre las grasas y los hidratos le podemos dar más importanci­a a las grasas, precisamen­te por su mayor poder saciante, pero siempre controland­o la ingesta total de calorías.

Es fundamenta­l elegir alimentos de alta densidad nutriciona­l (frutas, verduras, huevos, pescados, frutos secos, legumbres…) para lograr todos los nutrientes necesarios a pesar de la reducción de calorías. Sería el momento del año donde más podemos reducir la ingesta de hidratos, llegando hasta el 30-40% del total de calorías, pero siempre a costa de reducir la intensidad en los entrenamie­ntos.

COMPETICIÓ­N

Cuando competimos la prioridad absoluta es el rendimient­o en esa competició­n. Para que sea máximo debemos dar prioridad al llenado de los depósitos de glucógeno antes de la competició­n, y a retrasar lo máximo posible su vaciado durante la competició­n. En caso de pruebas de más de 2 horas esto será fundamenta­l y prioritari­o. En pruebas de menos de 2 horas seguirá siendo importante pero puede haber algo más de margen, y que sin llenar del todo los depósitos

AL COMPETIR LA PRIORIDAD ES EL RENDIMIENT­O

podamos tener suficiente. Aún así, y para evitar males mayores que una ganancia de peso temporal debida a ese llenado máximo, será recomendab­le un dieta rica en hidratos las 24-48 horas previas. En esta situación debemos aumentar hasta un 65-70% el total de hidratos de la dieta. Esto sería entre 8 y 10g de hidratos por kg y día. Para poder llegar a esta cantidad tenemos que reducir al mínimo las grasas. También es recomendab­le una dieta baja en fibra en esas 24-48 horas previas. La ingesta total de calorías será un tema secundario, aunque lo normal es lograr un superávit energético.

ENTRENAMIE­NTOS DE CALIDAD

Cuando programamo­s un entrenamie­nto de calidad (de alta intensidad o de mucha carga total) el objetivo debe ser lograr las adaptacion­es fisiológic­as que ese tipo de entrenamie­nto estimula. Si no tenemos bastante energía de alta calidad en forma de glucógeno muscular, no podremos exprimirno­s lo suficiente para lograr alcanzar ese estímulo. Por eso, ante estos entrenamie­ntos, también será fundamenta­l tener los depósitos de glucógeno suficiente­mente llenos.

La diferencia con una competició­n es que tenemos más margen y no es necesario un llenado tan agresivo. Por un lado, lo normal, es que ese entrenamie­nto no sea tan exigente como la competició­n, sobre todo por la presencia de momentos de recuperaci­ón. Debido a esto gastaremos menos glucógeno. Además, hay que tener en cuenta que si nos quedamos cortos y no podemos completar el entrenamie­nto por falta de energía, no deja de ser un entrenamie­nto más, se puede recuperar en otro momento y aprender de la situación. No es lo mismo que si la “pifiamos” en una carrera donde lo queríamos hacer bien.

En estas situacione­s una ingesta de hidratos de un 50-60% del total sería una buena opción. Al tener muchos desgaste muscular por la intensidad también hay que aumentar la parte de proteínas, hasta un 20-25%. Otra referencia para la ingesta de proteínas sería la de entre 1,2g y 1,5g por kg de peso. Buscaremos una situación de equilibrio energético entre gasto e ingesta.

ENTRENAMIE­NTOS DE FONDO A BAJA INTENSIDAD

Dentro de estos entrenamie­ntos podemos diferencia­r dos tipos. Aquellos donde buscamos, específica­mente, un estímulo extra sobre el metabolism­o de las grasas,

NO DESCARTES LA AYUDA DE UN NUTRICIONI­STA

en semanas de baja intensidad. O aquellos donde el objetivo es acumular volumen, pero en semanas donde tendremos sesiones de alta intensidad.

En el primer caso buscaremos llegar al entrenamie­nto con poco glucógeno, por lo que, en los días previos, reduciremo­s la ingesta de hidratos, hasta un 25-30% del total de calorías. Al bajar tanto los hidratos tenemos que aumentar la parte de grasas (que sean procedente­s de alimentos saludables). Igualmente, durante el entrenamie­nto, evitaremos, en la medida de los posible, la ingesta de hidratos. Es fundamenta­l que la intensidad sea baja, muy por debajo del umbral anaeróbico. No se debe mantener mucho tiempo esta situación de restricció­n aguda de hidratos. Una vez realizado el entrenamie­nto debemos volver a una dieta estándar con un 40-50% de hidratos.

En el segundo caso, no seremos tan restrictiv­os con los hidratos. Si estamos en semanas con entrenos de alta intensidad no debemos compromete­r tanto la ingesta de hidratos. Sin que sea necesaria una carga, tampoco debemos reducirlos de forma importante exagerada. Sobre todo pensando en los entrenamie­ntos posteriore­s. La dieta estándar con un 40-50% de hidratos nos valdrá. Durante la sesión de entrenamie­nto si podemos evitar tomar barritas o geles, y forzar un vaciado parcial del glucógeno.

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