FRENOS TRP G-SPEC QUADIEM
>>TRP, o Tektro Racing Products, son los frenos diseñados para competición de la famosa marca Tektro, con modelos como este G-Spec Quadiem que se encargan de frenar a uno de los corredores de DH más veloces del planeta, Aaron Gwin, quien ha colaborado estrechamente en su desarrollo (de ahí su nombre G-Spec). Obviamente son unos frenos para un uso en DH y Enduro, lo que está claro nada más sacarlos de la caja y notar que tanto maneta como pinza son voluminosas y algo pesadas, con una estética además muy motera, ambos fabricados en aluminio forjado y mecanizado CNC. 311 g ha pesado el freno delantero y 340 g el trasero (sin discos, latiguillos sin cortar), un peso a medio camino entre unos Shimano Saint y unos SRAM Code. La robustez es el adjetivo que puede definir todo el conjunto, transmitiendo solidez y rigidez en todas partes. Incluso los tornillos de los purgadores de la pinza, fabricados en acero, son robustos hasta el punto de que a la hora de aflojarlos, la pequeña llave Torx en L que usamos se partió, teniendo que recurrir a otra llave más larga que nos permitiera ejercer más palanca.
Destaca su maneta con perforaciones para aumentar el agarre, muy ancha (mucho más de lo habitual) y también algo larga, una de las más ergonómicas que hemos probado, permitiéndonos ejercer mucha potencia sobre ella con un solo dedo. Lejos de ser unos frenos que “se clavan” desde el inicio, los G-Spec entregan la potencia poco a poco, hasta el punto de parecer que la frenada es escasa al principio, pero cuando empujamos las manetas hacia el puño la frenada aumenta exponencialmente. Si los evaluamos por esta sensación inicial, podemos llegar a pensar que no son especialmente potentes, pero no es así. Incluso tenemos que acostumbrarnos a esa diferencia de mordiente entre el inicio y el final para evitar frenar en exceso (y que el neumático nos patine) al frenar fuerte cuando llegamos a mucha velocidad a un curva, por ejemplo. De serie vienen montados con unas pastillas metálicas, algo ruidosas cuando el disco se calienta, y por cierto, 100% compatibles con las de algunos frenos de Shimano como el Saint, por lo que encontrar recambios será algo más fácil. De los 5 modelos de disco que TRP fabrica, nosotros hemos probado los TRP-29 de una sola pieza, más pesados que las versiones con araña de aluminio pero nuevamente muy robustos y con una frenada estable, con 6 ranuras (pintadas en negro) que ayudan a evacuar el agua y barro cuando nos enfrentamos a estas condiciones.
La pinza es también peculiar, en ella TRP ha desarrollado unos pistones de composite cerámico y acero que disipan mejor el calor que unos pistones únicamente de acero. Además, toda la pinza tiene tallada una forma estriada para favorecer la refrigeración. No hemos experimentado cambios de comportamiento en bajadas prolongadas y en días de mucho calor, más allá del ruido de los discos. De hecho, en jornadas enteras sobre la bici de Enduro, los antebrazos no se nos han agotado prácticamente nada en comparación a otros frenos. Las manetas se pueden ajustar en alcance con una ruleta muy efectiva y un tacto muy nítido (punto por punto), aunque puestos a exigir a un freno de este nivel, una regulación de punto virtual de contacto entre pastillas y discos no hubiera estado nada mal.
Si buscamos la potencia más bruta del mercado, hay otros frenos algo más potentes que estos, aunque por el gran equilibrio de todas sus prestaciones son una compra recomendable, también para nuestra bici eléctrica. No obstante, TRP ha puesto a la venta una versión específica para e-MTB, con una pinza aún más robusta y un disco que pasa de 1.8 mm a 2.3 mm, para aumentar la retención en momentos críticos.