SHAPE SHIFTER
ESPERADA POR MUCHOS AMANTES DEL ENDURO, EL SALTO DE LA STRIVE A LAS 29” NO HA SUPUESTO EL ABANDONO DE SU CONCEPTO “2X1” SHAPESHIFTER, SINO UNA MEJORA DE ÉL APORTANDO NUEVAS CAPACIDADES A ESTA BICICLETA DE LARGO RECORRIDO.
Vuelve la Canyon Strive con más ganas de “cera” que nunca antes.
UNA BICI PARA SENTIRTE UN PRO DEL ENDURO NADA MÁS SACARLA DE LA CAJA
TRAS MUCHOS AÑOS EN EL MERCADO SIENDO UNA DE LAS BICIS DE ENDURO MÁS POPULARES EN NUESTRAS MONTAÑAS, ya había llegado el turno de dar una vuelta de tuerca a la Strive. ¡Y vaya vuelta de tuerca! Mantiene el mismo concepto de bici aunque ahora tiene la vista más clavada aún en el mundo de las carreras, por eso la Strive ha dado ahora el salto a las 29” y únicamente disponible en 29”, asegurando que éste es el diámetro de rueda predilecto para una bici de Enduro que busca arrancar segundos al crono y afianzando así, irreversiblemente, su carácter de bici de competición. De hecho, los modelos CFR
(los dos tope de gama más caros) como este 9.0, montan horquillas de 170 mm, 10 mm más que los cuatro modelos CF que se ponen a la venta, todos de carbono y
con un precio de partida en 2.999€.
FACTORY RACING
No todos los carbonos son iguales como ya sabemos, por eso Canyon, en los dos modelos CFR, ha usado una materia prima distinta, tanto con el tipo de fibras como su orientación, laminado y el tipo de resinas. Todo el cuadro es de este material, tirantes y vainas también y el resultado es un peso inferior al de su hermano CF (también “full carbon”) en 300 g, alcanzando la cifra de 2.400 g (sin amortiguador, en talla M). Por eso, el precio es obviamente mayor, de hecho, el cuadro CFR suelto cuesta lo mismo que la Strive CF más económica del catálogo.
Las nuevas líneas de la Strive no son revolucionarias, no muy distintas a las de su antecesora de 27,5”, aunque los de Koblenz han aprovechado para darle una estética más acorde a la del resto de modelos. Y ahora ya posee las pocas tecnologías de las que carecía hasta ahora y a día de hoy estandarizadas, como el eje Boost trasero o el amortiguador de medida métrica.
DOS PUNTO CERO
El ShapeShifter es el concepto inmutable en la Strive, ahora en su versión 2.0 (explicado en el recuadro de la pág. 37). Al crecer a las 29” ha perdido recorrido, ahora con 150 mm traseros (antes 160 mm), que por motivos de desmultiplicación de las bieletas se quedan en 135 una vez activamos el modo XC y con ello nos permite tener una doble personalidad en la bici, contrarrestando el lastre propio de una Enduro cuando damos pedales cuesta arriba. En este modelo aún más, con un montaje a la altura de la parrilla de las Enduro World Series, con ruedas Mavic Deemax Pro o un grupo SRAM X01 Eagle al completo, tija RS Reverb de 150 mm de recorrido, guiacadenas e*thirteen o periféricos Ergon. Como es habitual en Canyon, si buscas montajes similares en otras marcas, verás como la cuantía asciende notablemente.
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Cuando montamos en la bici y tiene activado el modo XC con la geometría escaladora, llama la atención la posición de pilotaje elevada, más alta de lo habitual de pedalier
y también en el tren delantero, ya que el cuadro tiende a ser grande verticalmente. Con la horquilla de 170 mm y recordamos, ¡ruedas de 29”! da la sensación de que el suelo queda algo lejos cuando miramos hacia abajo. De hecho, el pedalier asciende hasta casi 350 mm en modo XC (336 mm en modo DH), lo que sumado a la posición más adelantada, hace que la distribución de nuestro peso varíe.
Si tu duda es si se nota la diferencia, la respuesta es afirmativa, de entrada se siente algo extraña ya que no esperas encontrarte con esa posición en una bici de Enduro. Pero te acostumbras rápido, y empiezas a adorar esta posición, especialmente, si sueles asceder por senderos técnicos o pedaleas por los típicos caminos ‘alpinos’ llenos de rocas y grandes piedras, ya que la altura de la bici unida a las bielas de solo 165 mm, hacen que podamos pasar pedaleando por casi cualquier sitio sin golpear las bielas o pedales, uno de los males endémicos de las bicis Trail-Enduro actuales, en las que el pedalier suele quedar “a ras” del terreno. La tendencia actual en el mundo del En
EL MODO XC REALMENTE SE NOTA EN LOS ASCENSOS, CON 1,5º MÁS VERTICAL DE ÁNGULOS Y UNA POSICIÓN MÁS ADELANTADA
duro es la de juzgar la geometría de una bici en base a su ángulo de dirección, donde los 65º son algo así como la cifra de corte, motivo por el que algunos aficionados han tildado a la geometría de la Strive de poco radical. Con 65,5º de dirección (66º en las versiones CF), un Reach correcto de 434 en talla M y una distancia entre ejes que roza los 1,2 m, si bien no es la bici más radical que vamos a encontrar, tampoco es un corderito sobre dos ruedas, es una bici de Enduro en toda regla. Sobre el terreno te olvidas de los números y cumple sobradamente con su cometido bajador. Canyon ha instalado horquillas con un Offset reducido (42 mm en esta versión con RockShox Lyrik y 44 mm en las versiones con Fox 36) y una potencia de 40 mm de longitud en todas las tallas, lo que nos lleva a unas sensaciones de pilotaje donde destaca el control, la precisión de trazada y la estabilidad.
No es la bici más “bruta” de Enduro que ha pasado por la redacción –con recorridos traseros que superan los 150 mm de la Strive-, si valoramos únicamente su capacidad en el descenso. Pero es una bici que ofrece mucho más que rendimiento cuesta abajo, con un pilotaje natural sin requerir que seamos auténticos pros como ocurre en otras 29” de Enduro –o nos creamos uno, aunque sí nos podemos sentir como tal nada más sacarla de la caja. Por ello gana puntos como bici para los usuarios reales, los que a veces pasamos algunos tramos técnicos por los pelos o echamos mano de los frenos cuando sentimos que la velocidad de la bici supera nuestra capacidad de reacción.