Pasión italiana
Cuando Ducati comenzó ofreciendo el “Cucciolo” (cachorro en castellano), un kit de motor de combustión para acoplar a las bicis en los años 40, la marca ya tenía una gran historia detrás.
Ducati había comenzado su andadura en 1926, y cómo no podía ser de otra forma, estando radicados en la ciudad del premio Nobel Guillermo Marconi, sus primeros productos estuvieron relacionados con las tecnología de radiofrecuencia, fabricando aparatos de radio, entre otros productos. Poco conocido es que Ducati fue, junto a Leica, una de las empresas líderes en cámaras de fotografía con objetivos intercambiables, y que hasta fabricó la Ducaconta, una máquina de ayuda a los contables, previa a las calculadoras u ordenadores. Ducati fue durante la Segunda Guerra Mundial, una fábrica al servicio del ejército, y al término de la contienda fue bombardeada por las tropas norteamericanas.
A partir de aquí comenzó una segunda época de Ducati y la llegada del “Cucciolo”, un motor que se podía acoplar a las bicis de la época como un kit. Cuentan que se llegó a hacer tan popular, que cuando alguien llevaba su bici a arreglar al taller, había muchas posibilidades de que saliera de allí con un “Cucciolo” instalado, si su economía de la posguerra se lo permitía. A partir de ahí, Ducati comenzó a fabricar motos de pequeña cilindrada y a crecer, siempre desde Borgo Panigale, donde hoy sigue estando la fábrica que da trabajo a más de 1.500 empleados, y que es el corazón de Ducati, con una producción anual de más de 53.000 motos al año entre sus plantas de producción de Italia, Malasia y Brasil.