INS PIR ADO RAS
EL PROGRAMA DE EMBAJADORAS LIV HA APUNTADO DESDE SUS INICIOS A UN OBJETIVO PRINCIPAL: ATRAER CADA DÍA A MÁS CHICAS AL CICLISMO Y AYUDAR A ROMPER BARRERAS QUE AÚN HOY DIFICULTAN A ALGUNAS MUJERES A INTRODUCIRSE EN LA COMUNIDAD BIKER.
La bicicleta ha hecho más por la emancipación de la mujer que nada en el mundo […] le proporciona la sensación de libertad y seguridad en sí misma”. Estas afirmaciones que bien podrían ser de rabiosa actualidad, pertenecen a finales del siglo XIX, en boca de Susan Anthony (EEUU), sufragista y pieza clave en la lucha por los derechos de la mujer. Dejando este contexto histórico y sociopolítico aparte, la industria ciclista deportiva, tradicionalmente, no ha invertido lo necesario en la especialización en la mujer a la hora de fabricar bicis, componentes, prendas y accesorios exclusivos para sus diferencias anatómicas, como tampoco sus preferencias y gustos en otras cuestiones como la estética o los valores que estos productos les puedan transmitir. Pero no cabe duda que en los últimos años el ciclismo femenino ha demostrado que está en plena ebullición, con marcas como LIV que han nacido para romper los esquemas clásicos y crear un entorno ideal para que el ciclismo femenino prolifere, siendo el principal estandarte de este segmento.
De hecho LIV ha creado su propio manifiesto –con motivo de su décimo aniversario- que enlaza perfectamente con la idea que abre este texto: “Aquí están las ciclistas que vinieron antes que nosotros, que siguieron caminos y reglas, que exigieron mejores bicis y ropa para mujeres, que nos enseñaron la alegría y la libertad del ciclismo y nos cambiaron para siempre”. Aquí están las ciclistas que nos seguirán porque nos vieron montando en bici, o nos escucharon animándolas, o sabían que tenían más reglas y records que romper. Y aquí está para nosotras. Aquí. Ahora. Comenzando donde quiera que estemos. Moviéndose rápido y ferozmente o lento y constante, pero moviéndose. Moviendo nuestras bicicletas, nosotros mismos, y entre nosotros. Adelante”. Unas pioneras del S. XXI sobre dos ruedas.
LIV Y EL ESTUDIO DE LA MUJER
La marca “hermana” de Giant, que a día de hoy ya ha conseguido una identidad suficientemente fuerte para brillar con luz propia y dejar de lado su parentesco como signo de identidad, es la única del mundo que crea producto únicamente para mujer, sin cuadros de hombre adaptados, desarrollando su producto desde cero a partir de los datos obtenidos de sus estudios corporales y del feedback recogido de sus atletas profesionales y embajadoras, siendo estas últimas una pieza clave para hacer llegar todo lo que hay detrás de la marca, su tecnología y sus valores. Fruto de este estudio, en el que han contado con la Bases de Datos de Dimensiones Corporales Globales, el Laboratorio de Investigación Médica Aeroespacial e incluso investigaciones de la NASA, ha visto la luz el Diseño 3F de LIV, que se articula en tres pilares básicos:” Fit-Form-Function, (Ajuste-FormaFunción). Éste es precisamente el lema para la creación de la bicis, como la Intrigue, uno de sus últimos modelos y más avanzados, considerando todos y cada uno de los aspectos que hacen distinto el cuerpo de la mujer al del hombre. No solo en medidas y peso, también la biomecánica de la musculatura y los patrones de fuerza. Así, han constatado que a la hora de realizar un gran esfuerzo sobre la bici, por ejemplo, las mujeres emplean los músculos de una forma diferente, mostrando una actividad mayor de los músculos del recto femoral (muslo frontal) que los hombres. Lo mismo sucede con el vasto lateral, intermedio y mediano.
“AQUÍ ESTÁN LAS CICLISTAS QUE NOS SEGUIRÁN PORQUE NOS VIERON MONTANDO EN BICI”
Otro ejemplo: comparando cuerpos de ambos sexos, se han obtenido cifras como un 0.2% de media de longitud de brazos superior de mujeres a hombres, un torso 1.2% más corto o las piernas un 1.4% más largas, y una entrepierna un 1.8% también más larga (todo ello para una estatura de 1,70 m). Datos que permiten optimizar el esfuerzo muscular y que reducen los puntos conflictivos a la hora de provocar dolor. Y todo ello queda plasmado en la bici y sus componentes, donde cada detalle cuenta, principalmente la geometría de la bici, calculada para que la postura sea cómoda pero posicione el cuerpo de manera que pueda generar la mayor producción de vatios en el pedaleo, en el laminado del carbono o los grosores de los tubos de aluminio, que se distribuye de manera diferente, evitando excesos de rigidez en zonas donde perjudican las sensaciones de pilotaje, o consiguiendo ahorrar gramos de peso en zonas sometidas a poco estrés. Resulta que al final, hacer una buena bici de mujer, no es solo bajar el tubo de sillín y cambiar los colores, como LIV ha puesto en relieve.
HACER UNA BUENA BICI DE MUJER NO ES SÓLO BAJAR EL TUBO DE SILLÍN Y CAMBIAR LOS COLORES