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»Paso a paso…

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En esta mecánica te vamos a dar una de las claves para mantener el estado de forma de tus frenos de disco: la limpieza. Si realizas esta sencilla operación 3-4 veces al año, te aseguramos que prolongará­s el momento de la visita al taller para una revisión profunda, aunque ojo, esto no implica que no surjan otros problemas que te obliguen a pedir cita. Se trata de mantener limpios los pistones de freno, las pastillas y los discos. Durante la frenada se desprenden desechos que lo impregnan todo; ahora súmale el polvo y un simple remojón pasando un charco, y ya tienes una mugrienta argamasa lista para incordiar. Se acumula por todas partes, en especial alrededor de los pistones y, con el tiempo, llegan a dificular del movimiento de estos, finalizand­o en un tacto de frenada pésimo e irregular. De forma paralela van apareciend­o burbujas en el interior, que restan espacio al líquido (en este caso aceite) en la maneta. No suelen dar muchos problemas (el sistema está preparado) pero cuando se supera un volumen el aire comienza a introducir­se en el circuito, perjudican­do el tacto y la frenada. Es mejor anticipars­e y no esperar a que los problemas aparezcan y, como es tan sencillo, extraer el aire cada 3 meses, más o menos. Vamos primero con la limpieza.

[1] Para trabajar con más comodidad, quitamos la rueda. [2] Localiza la chaveta que asegura las pastillas y endereza la punta con los alicates para poder extraerlo. [3] Las pastillas quedan libres. Sácalas, por la parte inferior en este caso. [4] Es ideal utilizar alcohol isopropíli­co para deshacer la suciedad. Si no tienes, utiliza un limpiador específico o agua con jabón. [5] Llega la hora de raspar lo más adherido, primero con el cepillo y luego con un trapo o papel. [6] Las pastillas también guardan mucha guarrería, que el alcohol se encarga de eliminar. [7] Los discos de freno siempre parecen reluciente­s, pero sorprende lo que se puede acumular en sus agujeros, suciedad que acaba por infectar las pastillas. A limpiar también. Después ya puedes montar la rueda de nuevo. [8] Vamos a sacar esas burbujas que pueda haber en las manetas. Primero colócala en horizontal y retira el tornillo de purga. [9] Rosca el embudo de Shimano, a mano y sin apretar demasiado. Luego llénalo un poco y retira el tapón central. [10] Bombea, simulando frenadas rápidas y seguidas. Verás cómo la presión ejercida en la maneta empuja algunas burbujitas al exterior. [11] Cuando dejen de salir el proceso ha acabado. Pon el tapón al embudo antes de desenrosca­rlo si no lo quieres poner todo perdido. [12] Cierra la maneta con el tornillo. Revisa la pequeña junta de goma, y si está deformada o presenta algun corte sustitúyel­a para garantizar un buen sellado.

 ??  ?? PASO 11> Muy práctico el tapón del embudo, que nos permite retirarlo sin derrames.
PASO 11> Muy práctico el tapón del embudo, que nos permite retirarlo sin derrames.
 ??  ?? PASO 4> El alcohol isopropíli­co es perfecto: hace desaparece­r el aceite y se evapora rápido.
PASO 4> El alcohol isopropíli­co es perfecto: hace desaparece­r el aceite y se evapora rápido.
 ??  ?? PASO 5> Después de utilizar el cepillo introduce un trapo para acabar de “pulir” el interior de la pinza de freno.
PASO 5> Después de utilizar el cepillo introduce un trapo para acabar de “pulir” el interior de la pinza de freno.
 ??  ?? PASO 10> La acumulació­n de pequeñas burbujas al final provoca la necesidad de un purgado.
PASO 10> La acumulació­n de pequeñas burbujas al final provoca la necesidad de un purgado.
 ??  ?? PASO 6> Rocía también las pastillas. Como ves, acumulan mucha porquería también.
PASO 6> Rocía también las pastillas. Como ves, acumulan mucha porquería también.
 ??  ?? PASO 12> Cierra la maneta y listo. Los frenos suaves y con el tacto del primer día.
PASO 12> Cierra la maneta y listo. Los frenos suaves y con el tacto del primer día.

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