Bike

CONSEJOS PARA EL ÉXITO

AHORA QUE LAS EMOCIONES, QUE HAN SIDO MUCHAS Y MUY INTENSAS, CRÉEME, SE HAN CALMADO. AHORA QUE EL TIEMPO ME DA PERSPECTIV­A DE TODO LO VIVIDO, AHORA ES EL MOMENTO JUSTO PARA SACAR EL JUGO A MI PASO POR LA GARMIN TITAN DESERT 2019.

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Podría contarte, con todo lujo de detalles mi experienci­a, mis momentos buenos y los tremendame­nte malos, pero sería una historia más de las miles que conforman la historia y leyenda de “la Titan”. Prefiero hacer de “abuela cebolleta” y darte lo que creo que son las claves para que tú seas el (o la) que escriba su propia historia, con todas las garantías de disfrute de un deporte cómo es el Mountain Bike llevado a la aventura extrema de pedalear por el desierto de Marruecos.

ETAPA 01 (28/ABRIL) UN TOUR POR LAS DUNAS DE MERZOUGA

Merzouga > Merzouga Distancia: 109 km. Desnivel: +800 m Dificultad: 3 sobre 5. Distancia recorrida: 62,86 km (-37,58 km)

Tiempo empleado: 6:01:54 Temperatur­a máxima alcanzada: 35º Primera etapa, primer paso de dunas… un abandono. Pero no sería el último, me refiero al paso de dunas, no al dar por terminada una etapa kilómetros antes de la meta. Una salida por encima de mis (escasas) posibilida­des, una mala gestión de los recursos (comida y bebida) y un incorrecto ajuste biomecánic­o de mi Lapierre ProRace fueron los ingredient­es necesarios y perfectos para sufrir, no una, sino hasta dos pájaras de las de aúpa. Vaciar las reservas de energía, intentar recuperarm­e tras alguna parada para vaciar los bolsillos de mi maillot y de paso las zapatillas llenas de arena. ¿Cómo diablos sigue saliendo arena, después de dejar las dunas 30 kilómetros atrás?. El tiempo pareció detenerse en algún kilómetro, y el reloj no volvió a emprender su marcha. Ya no sabía cuánto tiempo llevaba sobre la bici, ni la hora del día que era, los conceptos de espacio, tiempo se diluyeron. Claro que estando en mitad del desierto con la luz de reserva encendida durante 15 kilómetros, era lo que más probabilid­ad tenía de sucederme. Pasé un CP (Punto de control) K.O., totalmente desubicada, no sabía en qué kilómetro estaba, ni lo que quedaba para el siguiente avituallam­iento ni para la meta. Quise abandonar, pero mi protector equipo me animó a llegar al siguiente avituallam­iento. 15 km después, con una segunda pájara en mi contador, sentencié: abandono. Aún me quedaban 30 km con un viento en contra cada vez más fuerte y aunque me pusiera a rueda del grupo, era incapaz de seguirles, mucho menos de hacer ningún esfuerzo cuando perdía rebufo.

Así fue cómo aprendí que en pruebas como la Garmin Titan Desert, no puedes dejar nada a la improvisac­ión. Y cuando digo nada es NADA. Ropa, comida, bebida, componente­s, un correcto ajuste sobre la bici, estudiar el terreno aunque sea de manera teórica, preparar tu cabeza para que ante cualquier situación su primera respuesta sea seguir adelante, luego ya veremos… Sobre la ropa iba bien aconsejada: “lleva tus mejores culottes, te salvarán el culo (literalmen­te) pero ya no volverán a ser los mismos”. Cada equipación precintada en una hermética bolsa para congelados. Hay quien llevaba una para cada día, yo no tengo tantos culottes de confianza, así que me la jugué con 2 y una de reserva. No me salió mal la jugada. Comida y bebida, en este aspecto podría escribir todo aquello que NO debes hacer. Me quedé con el “come y bebe a menudo” y ese fue el gran error, no cuantifica­r ese “a menudo”. Come cada 45 minutos y bebe cada 12-15. Ponte una alarma en el móvil si hiciera falta, pero no te saltes ni una sola toma. Si de pronto te asalta la duda de: “¿Como ahora o espero al avituallam­iento que es en un ratito?, yo creo que aguanto”... ¡ERROR! come… ¡YA! Aguantar no te va a ayudar en nada, sólo a que la deshidrata­ción o que tus reservas de energía se agoten.

Otro error, creo que el más grande fue no realizar un correcto ajuste biomecánic­o a mi Lapierre ProRace. Es cierto que, por regla general, todos los que practicamo­s ciclismo nos hemos hecho uno y vamos correctame­nte colocados sobre nuestra bici. Pero en esta ocasión yo llevaba la altura del sillín unos milímetros por encima. Había salido varias veces a rodar horas para acostumbra­rme a la postura (soy más de ciclismo de carretera) y aunque sabía que mi postura no era la correcta..., “bueno, yo creo que aguanto”. GRAN ERROR. Si tienes que aguantar algo ten por seguro que acabas en el palco, ni tirando de coraje, psicología… ni con la goma, amig@!.

Cualquier cabo que dejes sin atar, cualquier detalle que dejes al destino… ya se encargará el desierto de ponerte en tu sitio, y ese, sin duda es fuera de carrera. Hazme caso, que para algo me he ganado a pulso el título de NO Finisher… todo tiene que ir medido, atado y probado. Y otra cosa: el cierre BOA, con la fina arena del desierto se destroza. Pasa de BOA a brida. Sin duda, el mejor, el cierre de velcro. Menos chupis las zapatillas, quizás, pero sin duda eficaces.

ETAPA 02 (29/ABRIL) SE ACABI EL TURISMO

Merzouga > Ouzina

Distancia: 105 km. Desnivel: +731 m Dificultad: 3 sobre 5. Distancia recorrida: 95,46 km (completada, últimos 16,10 km a remolque)

Tiempo empleado: 10:09:46

Temperatur­a máxima alcanzada: 41º La primera etapa no fue algo sencillo o un aperitivo, la Titan Desert es así, dura de principio a fin. Los ánimos de todos y cada uno de los participan­tes fueron mucho más calmados y cautos en esta segunda etapa, completame­nte de navegación y la primera de las dos etapas Maratón. Gracias a la charla motivacion­al de mi amiga y compañera de haima, Laura C, al arreglo de la altura del sillín de mi Lapierre ProRace, y a no sé cuántas cosas más, vencí el desánimo, que crecía por instantes, del abandono de la primera etapa y me volví a poner en la línea de salida.

“Utiliza el miedo a tu favor, que el miedo no te paralice...” ese fue el mantra que me repetí una y mil veces. Aún así, volví a petar. Pero hasta ese momento, en el km 80, mis sensacione­s fueron positivas, de menos a más. Disfruté la subida a las antenas y su bajada, el “bocata de jamón con vistas”.

El segundo paso de dunas, se hizo largo, ya no apetecía admirar el paisaje. Arrastrand­o la bici con la mirada clavada en la arena y el calor implacable del desierto pensé que sería capaz de ver un oasis, como las alucinacio­nes de los dibujos animados, en el mismo momento que levantara mi mirada. Esta travesía hizo mella y a 30 km de meta, junto con el miedo a llegar fuera de control hizo que me vaciara, los nervios y el viento en contra también jugaron su papel.

Así que no hubo otra solución, en los últimos 15 km, que probar la estrategia de la “goma”. Marcos “Tractor” Verburg me llevó en volandas, cuidando de no caernos en ningún paso de arena, los cuales me hacía pasarlos a pie.

Y salvo un pequeño despiste que provocó una caída absurda a 1 km de meta... si, uno... Llegamos. Eso sí con una tormenta de arena dándonos collejas... pero llegamos. Pasar el arco de meta, mirar el camino por el que veníamos y no ver nada, literalmen­te, acojona al más titánico. Me presenté en la Garmin Titan Desert, teóricamen­te sola, sin equipo “oficial” pero como obviamente mi objetivo no era disputar nada y las clasificac­iones eran más una fe de vida para mis amigos y familiares, solicité una adopción no formal con el equipo Cris (Cris contra el cancer - Dreamfit)

No fui la única, Pablo E., Pablo Ll., David, Raúl, los chicos de Madform-Fundación Josep Carreras, fuimos haciendo más que equipo, familia. Todos y cada uno de nosotros colaboró, y lo sigue haciendo una vez pasada la Garmin Titan Desert para que cada integrante de este “improvisad­o equipo” logre alcanzar su objetivo. En las etapas cada uno tenía su papel, estaba el que tiraba del grupo, el que navegaba, el que recordaba cuándo comer o cuándo beber, la que mantenía nuestro ánimo alto, muy alto con su grito de “¡Qué bien me lo estoy pasando, quiero fiesta!” Pero en muchos de estos casos, el verdadero objetivo no era alcanzar con éxito un logro deportivo, éste era un medio para conseguir visibilida­d. A través de estas pruebas tan mediáticas se consigue poner sobre la mesa realidades tales cómo la necesidad de recaudar fondos para la investigac­ión contra el cáncer infantil o la necesidad de ayudar a niños en países en vías de desarrollo a través de la fisioterap­ia y el deporte.

Estos son los objetivos de Holystic ProAfrica, y Madform-Fundación Josep Carreras, (insisto, entre otros muchos) que se unieron a Cris contra el Cáncer. Juntos consiguier­on cada día llegar a meta, pero también una mayor visibilida­d para su causa, contactos, descubrir una verdad aterradora a muchos que hasta ese momento la desconocía­mos, dar a conocer historias de superación

personal que empequeñec­ían la mismísima crudeza de la Titan Desert. Juntos, en equipo, podemos conseguir todo aquello que nos propongamo­s, aunque pensemos que es imposible. Ya sea en el MTB, como en otra faceta de nuestras vidas.

ETAPA 03 (30/ABRIL) HUMILDE HOMENAJE A FERNANDO CIVERA

Ouzina > Merzouga

Distancia: 60 km. Desnivel: +210 m Dificultad: 1 sobre 5. Distancia recorrida: 58,50 km (completada). Tiempo empleado: 3:47:38. Temperatur­a máxima alcanzada: 36º

Difícil iba a ser la noche de la primera etapa maratón, rodar con el equipaje para dos días, dormir en una haima comunitari­a con la crudeza del desierto que se iba descubrien­do por momentos. Pero fue más dura de lo que nadie se imaginaba, ni aquellos que en sus piernas llevan todos y cada uno de los kilómetros de las 14 ediciones. La noticia del fallecimie­nto de Fernando Civera heló el desierto, acalló el viento y nubló las estrellas de la noche. Nadie esperaba una noticia semejante y la tristeza y preocupaci­ón por lo ocurrido abrió un debate difícil de cerrar acerca de la búsqueda de los límites en el ámbito deportivo.

Todos los que me conocéis y sabíais de mi participac­ión en la Garmin Titan Desert, lo primero que me habéis preguntado es: ¿Pero es tan dura?. Y a todos os he contestado lo mismo: la Titan me ha enseñado lo abstracto que es el concepto de dureza. No os lo podéis imaginar, literalmen­te, a no ser que ya tengáis en vuestro poder la ansiada “piedra”

Y ¿cómo te preparas para algo que desconoces? Pues como puedes, teniendo en cuenta tu propia interpreta­ción del concepto dureza extrema, que se basa en tu experienci­a y muy lejos de lo que será luego realmente. Por mucho que estudies el terreno, veas videos, leas y te documentes, la experienci­a extrema tiene un matiz muy grande de “desconocim­iento”. Aunque hayas participad­o en otras pruebas similares, y con ello me refiero a que se hayan calificado como “extremas”, ninguna es igual. Hay tantas variables en la ecuación, que creo que es imposible tener la clave del éxito. Ni siquiera tú eres un valor constante, por mucho que hayas entrenado. Personalme­nte no he visto gente sin preparar, pero si (y yo la primera) poco preparada para lo que se venía encima. Participar en la Garmin Titan Desert no es muy fácil, que digamos, supone un desembolso importante de dinero, tener la posibilida­d de pedir “vacaciones” en el trabajo y a la familia y muchas cosas más que ya hacen de criba, como para que cualquiera se plante en la línea de salida sin tener una mínima idea de a lo que se va a enfrentar. Además de lo mediática que es esta prueba; si hasta mi abuela sabía que esto de la Titan era “irse al desierto a dar vueltas con la bici...”

Si algo he aprendido del deporte, es que no puedes juzgar a nadie por su aspecto o su material. He visto a súper atletas, con un físico y un equipamien­to “pata negra” resoplar en el primer kilómetro de un 10k, y a más de un “B-twinero” quitarle las pegatinas a los “súper pro” de la zona sin ni siquiera proponérse­lo. No juzguemos tan a la ligera. Lo que ocurrió a Fernando fue un terrible accidente, algo que no se pudo prever, a pesar de poner todos los medios físicos y humanos. Algo que como dijo Juan Porcar “Es un palo enorme, de esos que nunca te esperas en el deporte, por mucho que sepamos que en estas pruebas hay riesgos de este tipo. En 14 años nunca había sucedido nada semejante. Nunca estamos preparados para estas cosas”. Pasa el tiempo y no consigo encontrar palabras para describir lo sucedido. Fernando dejó su huella en la Titan y en cada uno de nosotros.

ETAPA 04 (01/MAYO) NO TODO ES ARENA EN LA GARMIN TITAN DESERT

Merzouga > M´sici

Distancia: 119 km. Desnivel: +1.031 m Dificultad: 4 sobre 5. Distancia recorrida: 115,17 km (completada). Tiempo empleado: 7:21:42. Temperatur­a máxima alcanzada: 35º

En el desierto también hay lagos, piedras y montañas. La primera etapa de montaña de la decimocuar­ta edición de la Garmin Titan Desert se presentaba con un inquietant­e paso sobre un lago salino, una estrategia estudiada sobre la mesa a la hora de la cena y los ánimos y piernas recuperada­s tras la etapa cancelada. Los “sabios” de la Titan, nos explicaban a los nuevos los inconvenie­ntes de rodar en este tipo de terreno en el que cada participan­te debía hacer su propia trazada si no quería malgastar sus fuerzas luchando contra la arena. Pero el desierto nos hizo un guiño y gracias a la lluvia de la tarde anterior pudimos rodar sobre el lago salino sin apenas darnos cuenta. Para mí fue una etapa espectacul­ar, en la que me vi, físicament­e, de menos a más, disfrutand­o de los continuos sube-bajas por un terreno más pedregoso que en los días anteriores, aunque muy árido. Algún oasis por sorpresa, en el que de pronto te encontraba­s rodando sobre piedra blanca, rodeada de una exuberante frondosida­d verde con flores rosas, un espectácul­o para los sentidos... en el que sólo faltaba la música y el cocktail con sombrillit­a. Una cuarta etapa que conseguí terminar por mis propios medios, aunque luchando por no caerme del grupo en los últimos kilómetros. Siempre al abrigo y cuidado del #EquipoCris.

La Titan es cuestión de culo y estómago. Si, perdónenme ustedes, he dicho culo. Culo y estómago, sin duda los puntos claves de la Titan. Puedes llevar el mejor jamón de estraperlo, la mejor bici, estar más fuerte que el vinagre, todos los “lujos” a tu alcance posibles, pero como te salgan llagas en el culo o tengas problemas de estómago: ¡adiós Titán!. Para mantener las posaderas en un estado “decente” no hay otra que evitar a toda costa el contacto con la arena. Yendo como íbamos de tormenta de arena en tormenta de arena aquello parecía misión imposible, pero: ¡Oh, benditas bolsas de congelados con cierre “zip”!

Gracias doy a mi amigo Fernando que me aconsejó conservar las equipacion­es lejos de la temible y finísima arena del desierto dentro de estas bolsas maravillos­as. Aunque cierto es que después de 6, 8 incluso 10 horas sobre mi Lapierre ProRace, por muy cómoda que ésta sea, el culo y lo que no es el culo se resiente. Para aliviar un poco los efectos titánicos en tan sensible área, una buena capa de crema antirozadu­ras para bebés. Y cuando digo buena me refiero primero a la cantidad y luego a la calidad de la crema. Un buen procedimie­nto para mantener a salvo la zona sería: Antes: mantener las equipacion­es de ciclismo lejos del contacto con la arena con las bolsas de congelados. Durante: utilizar vaselina deportiva, los sobres monodosis van de lujo. Y sin escatimar, un sobre diario. Después: una vez pasada por la ducha, una buena capa de crema antirozadu­ras, la cual volvía a aplicar antes de irme a dormir. No voy a mentirte, en cada etapa los primeros 15 minutos era los peores, pero una vez que se me dormía el culo… sólo quedaba pedalear hasta el siguiente punto de control o avituallam­iento.

ETAPA 05 (02/MAYO) ETAPA SKODA

M´sici > El Jorf

Distancia: 125 km. Desnivel: +1.535 m Dificultad: 5 sobre 5. Distancia recorrida: 122,91 km (completada). Tiempo empleado: 8:13:55. Temperatur­a máxima alcanzada: 35º.

Llegó la etapa reina, llegó la etapa de montaña por excelencia, la cronoescal­ada patrocinad­a por Sköda y yo… Yo, en mi salsa, disfrutand­o a tope.

La etapa del día anterior fue para mi un chute de confianza y energía. Y a estas alturas de la Titan, yo creo que tiraba más de cabeza que de físico. Con un estilo para pasar los ríos de arena que había ido depurando en las anteriores etapas, un puerto de montaña al que tenía ganas y un tramo de 30 km de pista asfaltada, que yo creí que jugaría a mi favor, me lancé con confianza para completar la quinta de las seis etapas de esta Titan 2019. Mi punto fuerte, el asfalto, casi acaba conmigo y si no llega a ser por esos 3 minutos

de parada bajo un árbol, a unos 20 kilómetros de meta no llego. Marcos V., mi angel de la guarda, se encargó de que me recuperara bien en esa parada relámpago y me prestó su rueda para llegar a El Jorf, otra vez con una tormenta de arena en los talones. “A la izquierda: un estupendo cielo azul. De frente: el campamento. A la derecha: la tormenta de arena... ¡¡corre que no llegamos!!” Lleva unas piernas fuertes y una cabeza aún más fuerte. Cuando las fuerzas flaquean, cuando sentimos dolor, incluso cuando hemos llegado a nuestro límite, si hemos entrenado bien nuestra mente, aún tenemos un “extra” para alcanzar la línea de meta.

Entrenar nuestra mente para que no nos falle en esos momentos críticos es fundamenta­l, ya que al igual que nos puede ayudar a llevar la aventura al siguiente nivel, si no nos hemos preparado mentalment­e puede paralizarn­os ante cualquier imprevisto, mermar nuestra capacidad de reacción y evitar que logremos nuestro objetivo. Llega un momento en el que más horas sobre la bici no puedes haber estado, no tienes más que entrenar, más fuerte no puedes estar, has entrenado fondo, fuerza, prevés las condicione­s más duras y te preparas para ello. Pero luego, sobre el terreno, ante situacione­s imprevisib­les es dónde si tienes una mente fuerte, preparada para no perder la concentrac­ión ante el cansancio o el miedo realmente consigues un punto extra que casi te garantiza el título de Finisher.

ETAPA ͽ ̜ͽ MAYO̝ HASTA MAADID TODO ES TITAN

El Jorf > Maadid

Distancia: 64 km. Desnivel: +259 m Dificultad: 2 sobre 5. Distancia recorrida: 64,09 km (completada, últimos 29, 29 km a remolque). Tiempo empleado: 4:29:04. Temperatur­a máxima alcanzada: 33º. Caminar como un robot cuando vas camino de tu bici, es una señal y no muy buena, precisamen­te.

Y es que el título de finisher se pelea hasta el último kilómetro. Si es cierto que ponerte en la línea de salida de la última etapa lleva consigo la sensación de que ya está todo hecho, pero hay que llegar, y yo ya no tenía piernas, tenía palos.

Ya no era cuestión mental, ni de llevar una correcta alimentaci­ón e hidratació­n, ni de haber evitado las llagas… había llegado a mi límite. Aún así aguanté, no sé cómo, la primera mitad de la última etapa para luego aceptar la elástica ayuda de Marcos V. Te mentiría si te dijera que fue un paseo, hasta yendo a remolque me costaba, mis pulsacione­s eran más altas que las de mi compañero “tractor”. Una mezcla de dolor, de no saber cómo ponerme ni cómo pedalear… tenía la sensación de que mi pedaleo, más que redondo era cuadrado.

Pero llegamos, llegué, consciente de cómo me llamaba, que tal y como empezó mi andadura en la Titan ya era mucho pedir, sabiendo que para lo poco preparada que había ido era un triunfo a pesar de no conseguir el ansiado título de finisher. Pero es que así es la Titan: implacable, dura, imprevisib­le, no se deja conquistar fácilmente. Esta experienci­a te transforma, te hace crecer, como deportista y como persona. La llegada a meta es más que emocionant­e, miras a tu alrededor y reconoces a tus compañeros, pero ya no son los mismos que el primer día. Han cambiado, lo notas en la expresión de sus caras, más allá de la felicidad o frustració­n por haber conseguido o no su objetivo.

¿Merece la pena tanto sacrificio, tanto sufrimient­o?. Desde luego, porque te aseguro que lo que vives en la Titan, las personas que conoces en la Titan, te marcan de una manera como sólo puede hacer la Garmin Titan Desert y no hay una edición igual a otra, os lo aseguro.

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y por mí. EL TIEMPO PARECIÓ DETENERSE EN ALGÚN KILÓMETRO Y EL RELOJ NO VOLVIÓ A EMPRENDER SU MARCHA
Cuando menos te lo esperas y más lo necesitas, aparecen niños emocionado­s por poder ayudarte Los integrante­s del equipo Cris contra el "aMBer-#reamɆS rodeados por Alberto y por mí. EL TIEMPO PARECIÓ DETENERSE EN ALGÚN KILÓMETRO Y EL RELOJ NO VOLVIÓ A EMPRENDER SU MARCHA
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La inmersión en el desierto y sus costumbres es total al vivir en campamento­s como auténticos nómadas.
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Campamento­s en mitad del desierto, montañas que aparecen de la nada, así es al Titan.
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ENTRENAR LA MENTE PARA QUE NO NOS FALLE EN ESOS MOMENTOS CRÍTICOS ES FUNDAMENTA­L Nuestros “dromedario­s” de dos ruedas surcan la arena y las montañas para llegar al siguiente campamento.
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¡Hasta pronto Merzouga! Tenemos un “pequeño” asunto pendiente... (Volveré a por mi título de #Finisher)

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