1ª DE LA GENERAL
En términos de rigidez, hay tres tipos de flexiones que afectan a toda horquilla de suspensión, todos ellos tomando como punto de referencia el tubo de dirección: flexión torsional, flexión frontal y flexión lateral. Según las pruebas internas de Cannondale (tienes más información de estas pruebas en la página 30), la Lefty Ocho sale como ganadora en el cómputo general. Pero no sólo eso, sino que ha sufrido una rebaja del 17% en rigidez torsional en comparación a la anterior Lefty 2.0, ¿y esto por qué? En algún momento nos habréis leído comentar a través de las pruebas de bicis y material en BIKE que la excesiva rigidez de un cuadro o de unas ruedas puede llegar a hacernos perder la dirección en el sendero, por su violenta respuesta. Los ingenieros de Cannondale han tenido muy en cuenta este hecho y han querido dotar a la Ocho de la plasticidad necesaria para permitir a la rueda amoldarse al desigual terreno, en lugar de simplemente rebotar en cada piedra, buscando una dirección y una respuesta más predecible. Es algo que hemos comprobado en nuestras F-Si de test, tanto en la versión con Lefty Ocho de carbono como en la de aluminio, algo que ya habíamos apuntado en test anteriores de F-Si. Las bicis bajan muy bien, con mucha soltura por zonas “rotas”, con precisión y una gran percepción de la línea que va pisando la rueda, quedando patente el trabajo bien hecho de cara a los rock garden de la Copa del Mundo.
EXQUISITECES
La Lefty Ocho se define por una serie de tecnologías exclusivas. Como ya hemos comentado, su diseño de un brazo y una pletina es único, pero hay más. ¿Cómo es posible que la barra no gire dentro de la botella? El sistema Delta System se encarga. En lugar de los casquillos de fricción habituales en el resto de horquillas, la barra de la Lefty se mueve sobre
rodamientos de agujas. En concreto el Delta System consta de 3 hileras de agujas (4 en anteriores Leftys) de unos 7 cm de largo, enfrentadas formando un triángulo, que corren sobre pistas de acero pulido. La sección de la botella también es triangular, y esto es lo que impide la rotación de una sobre la otra. La ventaja inmediata es la extrema sensibilidad, pues los rodamientos carecen de la fricción estática de los casquillos, y el mantenimiento de esa suavidad incluso en cargas frontales que puedan llegar a deformar la barra, como cuando es sometida a una fuerte frenada: otras horquillas se endurecen, esta no. Puedes ver muchos vídeos demostrativos de este efecto en Youtube. Dando soporte al Delta System hay un casquillo de fricción en el extremo inferior, justo bajo el guardapolvos. La reducción de un 20% de la longitud total de la pata ha obligado a realizar un rediseño total del sistema hidráulico. Ahora el rebote pasa a ubicarse en el extremo inferior (23 clics) y el ajuste de compresión en baja velocidad en la parte alta (7 clics). Incorpora un nuevo pistón flotante que compensa las variaciones de volumen por incremento de temperatura y que ha sido diseñado para “tragar” mejor los impactos fuertes. También se ha cambiado el muelle negativo por una cámara de aire, con el nuevo pistón OppO, que precarga automáticamente la cámara negativa en función de la positiva. Adicionalmente, admite variación del volumen de la cá
mara de aire mediante espaciadores, para una respuesta más lineal o progresiva. Externamente, la Ocho recibe un nuevo sistema para liberar rápidamente la pinza de freno, para permitir extraer la rueda, y también se ha reubicado la válvula de aire, para evitar salpicar de aceite de lubricación (no de hidráulico) el disco durante su manipulación.
ALTA TECNOLOGÍA, ALTO RENDIMIENTO
La mayor limitación de la Lefty Ocho está clara: requiere un buje específico. Una vez superada esta barrera, podremos montar la Ocho en nuestra bici XC y disfrutar de todas sus prestaciones. Es muy suave, pero no es un muelle. No olvidemos que se trata de una horquilla específica XC, y que por tanto su viveza está controlada mediante hidráulico. Una de los aspectos que más nos ha gustado es la mayor capacidad de absorción bruta, en comparación a sus precedentes: si a las anteriores Leftys se les atragantaban los escalones y los golpes fuertes, para estrés de nuestros antebrazos, la nueva Ocho los digiere mejor que un bebé digiere un potito. Su paso hidráulico mejorado no colapsa, absorbiendo en lugar de endurecerse cuando recibe un gran golpe, y eso la convierte en una de las más eficientes en todo tipo de impactos, trazando el terreno con avidez y eficiencia. Y hablando de endurecimientos, tenemos que mencionar que en ocasiones se bloquea “sola” o más bien con nuestra ayuda involuntaria, pues el mando RockShox se activa al más mínimo roce con la rodilla o incluso una rama, un detalle que hay que mejorar. Respecto a su rigidez, poco podemos comentar, pues se comporta como una más. Tal como dice Cannondale, efectivamente es más rígida que las primeras Fox 32 SC, situándose al nivel de las RockShox SID y las nuevas y reforzadas Fox 32 SC. Eso sí, como quien dice, con media horquilla menos.