EN LA CIUDAD TAMBIÉN SE APRENDE

Sin salir de tu ciudad, en un parque ya puedes tantear la técnica y hacer progresos, que luego aplicarás en tus salidas de montaña. No son ejercicios complicados pero con ellos mejorarás tu equilibrio y coordinación sobre la bicicleta.

1.CON LA TRAYECTORIA BIEN RECTA>

Tan simple como mantener tu trazada lo más recta posible. Cuando domines este ejercicio tendrás más confianza en pasos estrechos y en zonas complicadas en las que sea crucial pasar por un sitio concreto. Un bordillo elevado es ideal pero puedes empezar con una simple línea doble en el suelo marcada con un palo, intentando pasar entre las dos rayas que hayas dibujado.

>Para conservar la trayectoria recta tienes que mover el torso hacia el lado que te desequilibras, así puedes ‘empujar’ la bicicleta sobre la trazada deseada, al lado contrario. Un error común es desplazar el cuerpo al lado contrario, mantendrás el equilibrio pero perderás la trazada recta.

2.EL GIRO QUE SE CIERRA>

Los giros a baja velocidad son un buen ejercicio para ganar control en zonas trialeras. El ejercicio te ayudará a encontrarte más seguro también en la ciudad, cuando te tengas que mover entre coches. Dibuja en el suelo una espiral o varios círculos concéntricos.

>Tienes que pasar sobre la espiral con la rueda delantera, tratando de cerrar cada vez más tu trayectoria. Al principio es fácil, pero según vas girando más acaba por resultar realmente complicado. Avanza con medias pedaladas en vez de hacer giros completos de los pedales.

3.̥MANOS ARRIBA

Si eres capaz de conducir la bicicleta sin manos podrás comerte una barrita energética en marcha o sacar algo de la mochila sin tener que parar, aunque la mayor utilidad de este ejercicio es la mejora de tu equilibrio.

>Para soltar las manos del manillar lo más importante es, yendo sentado sobre el sillín desplazar el peso atrás, colocando el tronco lo más vertical posible, de esta forma mantendrás el control de la trayectoria con la cadera, desde el propio sillín. Suelta las dos manos a la vez y échate atrás sin vacilación. La velocidad favorece las cosas, así que prueba en una ligera cuesta abajo o pedalea en llano, para ganar estabilidad.

4. ‘ESCALONEANDO’ HACIA ARRIBA.

La montaña está llena de piedras, troncos, obstáculos… y antes de ir a ella podemos practicar a superarlos en la ciudad buscando un escalón.

>Franquear un pequeño bordillo es fácil, de hecho una bici moderna con suspensión y ruedas de 29” lo sube rodando sin que hagas nada. Empieza con un escalón bajo, tirando del manillar un instante antes y ve progresando hacia alturas mayores. Para elevar la rueda trasera puedes ayudarte del freno delantero: justo en cuanto la delantera supera la altura desplazas el peso adelante, tocas el freno delantero a la vez que saltas sobre los pedales y empujas el manillar adelante.

5.̥PȓNGAME UN CORTADO

A los escalones de bajada en ángulo recto los llamamos ‘cortados’ y la primera vez que te enfrentas a uno por sorpresa el que se corta sueles ser tú, que frena bruscamente para evitar la posible caída.

>Bajar un escalón requiere casi más de psicología que de técnica, porque solo tienes que desplazar el cuerpo atrás para que la bicicleta salte sin que tú apenas te des cuenta. La velocidad también te ayuda, es más fácil bajar el cortado rápido que despacio, porque así no le das tiempo a la rueda delantera a bajar y no saldrás por delante del manillar.

6.LA ESCALINATA>

En casi todos los parques encontrarás escaleras que te valdrán de sucedáneo para practicar algo similar a una bajada bacheada en la montaña. Una vez más, la clave es la velocidad umbral a la que hay que llegar para que el proceso se facilite. Si vas muy despacio corres el riesgo de atrancarte y perder el equilibrio, basta con sobrepasar una velocidad concreta para que las ruedas pisen solo los vértices de los escalones y te dé la sensación de que la escalera desaparece. La bici en vez de bambolearse vibrará.