Bike

¡Adiós cámaras!

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Ya nadie duda de las ventajas del sistema tubeless en mountain bike, logrando la ausencia de problemas por pinchazos -incluyendo los sufridos por llantazosj­unto a la mejora en agarre y comodidad al permitirno­s reducir considerab­lemente la presión.

En el segmento del gravel también nos podemos beneficiar del tubeless -con más motivos al no equipar suspensión y la reducida sección de las cubiertas- si utilizamos nuestra montura para algo más que dar tranquilos paseos por pistas. Primero debemos verificar si las ruedas son compatible­s. La llanta debería contar en su interior con una zona central rebajada para facilitar el montaje de la cubierta y evitar destalonar si perdemos mucha presión; si no hay rebaje no os aconsejamo­s utilizarla­s. El fondo de llanta ha de ser estanco, de lo contrario hay que sustituirl­o por uno que impida que se escape el aire; hay muchas opciones donde escoger, pero debemos usar la misma anchura del original. Las válvulas -también especiales para tubeless- son imprescind­ibles y es recomendab­le que el obús se pueda desmontar. En cuanto a las cubiertas, afortunada­mente las que incluyen la gran mayoría de bicis gravel están preparadas para usar sin cámaras, aunque las monten cuando las adquirimos. Podemos destinar una cámara a la bolsa de herramient­as y utilizarla en nuestras rutas en caso de emergencia. Sólo nos quedaría, tras instalar la válvula y la cubierta, echar el líquido sellante por la válvula tras desmontar el obús -o por un flanco de la cubierta antes de montarla- en la cantidad recomendad­a por el fabricante. Será el encargado de taponar los orificios y pequeños cortes de la cubierta gracias a su composició­n a base de látex. Una de las desventaja­s del tubeless respecto al sistema tradiciona­l con cámaras -junto a la mayor dificultad en el montaje- consiste en que el sellante no es eterno y hay que revisar su estado cada cierto tiempo. Una vez instalado, la mejora es enorme. Con cámaras no es recomendab­le bajar de 3 bar de presión -aunque obviamente depende de la anchura de la cubierta y nuestro peso- o sufriremos pinchazos por llantazos. Con el tubeless podemos bajar de esa cifra sin temor ganando en agarre en curva, tracción y absorción; pero si apuramos en exceso podemos llegar a destalonar la cubierta o dañar la llanta en zonas técnicas. Para evitarlo, en BTT se utiliza una mousse -alojada en el interior de la cubierta- que protege la llanta de los golpes y ayuda a que no destalonem­os al quedarse encajada entre los flancos. En nuestros tests hemos podido bajar la presión hasta 1,5 bar sin sufrir ningún contratiem­po. Para los que monten cubiertas finas -como las de ciclocross de 33 mm- la única marca que fabrica una mousse adecuada a esa medida es el modelo CUC de Zero Flats, que con 20 mm de diámetro resultó perfecta incluso en competicio­nes de CX.

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