Bike

13 RAZONES PARA USAR MONOPLATO

- Por Sergio Palomar

CAMBIO

Puede que el diseño resulte un tanto aparatoso, obligado por albergar todo el sistema de indexación de los cambios y por la larga patilla de cambio necesaria para poder gestionar tanto rango de casete. El fino latiguillo hidráulico, del mismo grosor que un cable Di2, finaliza en una especie de tensor de cable cuya acción sobre la regulación es idéntica a la de un cambio mecánico convencion­al. Aparte, el cambio esconde un par de interesant­es funciones. Por un lado una indicación de “Push” en la patilla nos permite liberar la parte inferior de la superior, dejando sin tensión la cadena y haciendo más fácil la tarea de sacar la rueda, por lo que el nombre de Quick Extract no podría estar mejor elegido. El otro dispositiv­o es un pequeño botón que automática­mente libera el cambio hasta su posición de piñón pequeño, ideal también para facilitar la extracción de la rueda.

CASETE

Sin duda, una auténtica obra maestra de lo que es posible fabricar mediante un torno CNC. Se elabora en dos bloques, el inferior en acero al ser el que soporta más carga y el superior, donde las fuerzas se reparten entre más dientes, en ligero aluminio. Ambas mitades se unen por la parte trasera mediante pequeños tornillos Torx. Evidenteme­nte, requiere de núcleo y buje específico­s, por lo que en la actualidad la única opción disponible son los bujes Rvolver de la marca, otra maravilla salida de su factoría de Ajalvir con su ingenioso sistema de rueda libre que combina las ventajas de los trinquetes y de las ruedas dentadas. Volviendo al casete, destacar sus trabajadas rampas que nos proporcion­an unos cambios sorprenden­temente suaves. Se encuentra disponible en dentados 10-36, 10-39, 10-46 y 10-52.

MANETAS

Heredan las formas y mantienen la ergonomía del anterior UNO, por lo que siguen resultando un poco voluminosa­s para los estándares actuales, aunque por otro lado se agradezca el gran tamaño del pulsador de cambio, que facilita su accionamie­nto cuando rodamos en terreno bacheado. Por nuestra parte, mejoraríam­os la goma que las recubre, ya que, aunque se mantiene en su lugar y no se desplaza cuando nos ponemos de pie y nos agarramos a los escaladore­s, cuando tocamos las manetas en estático nos da la sensación como si fuera demasiado holgada. En cambio, nos parece muy acertada cómo está diseñada la curva de la leva para accionar el freno, que nos permite conseguir una modulación eficaz de forma sencilla.

FRENOS

Fabricados por la marca alemana Magura, los frenos que acompañan a este 1x13 se muestran contundent­es y sobrados de potencia. Incluso desearíamo­s un pelín más de modulabili­dad estando acostumbra­dos a los de la firma japonesa. Sin embargo, tras un par de días utilizándo­los, la confianza en ellos es plena y agradecemo­s toda la fuerza que son capaces de proporcion­ar a nuestras detencione­s. Al igual que el resto del sistema, emplean aceite mineral, que cuenta con las ventajas conocidas de no atraer la humedad y no degradar ni la pintura -en caso de un despiste cuando se purgan, por ejemplo- ni las juntas de goma del sistema, prolongand­o así la durabilida­d del conjunto.

PLATOS

El plato único es una de las señas de identidad de 1x13. Rotor monta sus afamados QRings sobre unas bielas Aldhu, en nuestra unidad de test contamos con unas 2inPower con medidor de potencia. El trabajado tallado, en el que se alternan dientes gruesos y más estrechos para agarrar firmemente la cadena y evitar salidas, cumple perfectame­nte su función. Aparte, el nuevo anclaje dentado del plato/araña permite una regulación mucho más simple del punto de máxima ovalidad del plato QRing, un ajuste que podemos realizar de forma precisa gracias al mapa de aplicación de par que nos proporcion­a el medidor de potencia a través de la App móvil de Rotor. Para que encuentres la combinació­n adecuada al uso que le des a la bici, Rotor dispone de platos desde el 54 al 38 con intervalos de dos dientes.

MÁXIMA VERSATILID­AD CON LOS 13 PIÑONES DE ROTOR. AUNQUE PUDIERA PENSARSE QUE NOS VA A TRAER MALA SUERTE, CONTAR CON TRECE CORONAS EMPIEZA A SUPONER QUE UN SOLO PLATO PUEDA CUBRIR EL RANGO QUE NECESITAMO­S PARA LOGRAR LA COMBINACIÓ­N ADECUADA, TANTO EN CARRETERA COMO FUERA DE ELLA.

Cuando las grandes ÿrmas es tán dando por iniciada la era de las doce coronas, Rotor ha decidido saltarse todos los convencion­alismos y nos ha sorprendid­o con la evolución de su grupo hidráulico, que se postula como la primera opción plenamente funcional de un solo plato sin tener que plantearse la disyuntiva de optar entre un amplio rango de desarrollo­s o un escalonado de los mismos sin excesivos saltos entre combinacio­nes.

MÁS ES MENOS

El aumento del número de coronas es la única forma de solventar ambos inconvenie­ntes y permitir que el monoplato sea una opción realmente factible. Para implementa­rlo, la marca madrileña ha partido de las líneas generales que creó para su grupo UNO. Evidenteme­nte, ya no existe desviador delantero, el componente con un funcionami­ento más delicado del anterior grupo. El casete se ha rediseñado, pero manteniend­o la estructura del anterior y las manetas conservan sus formas. Es en el cambio trasero donde todo es completame­nte nuevo, desde el aspecto, que mantiene un pequeño aura de prototipo con sus formas anguladas, hasta un funcionami­ento que muy poco tiene que ver con el grupo hidráulico que conocíamos.

EXPRIMIEND­O LOS 13 PIÑONES

Durante las jornadas que hemos disfrutado de la bici que Rotor nos preparó con este nuevo grupo, hemos pasado de una sensación inicial de desesperac­ión hasta integrarlo­s completame­nte en nuestro día a día. Está claro que, acostumbra­dos a utilizar los últimos grupos electrónic­os en los que la precisión y efectivida­d de los cambios es absoluta, el volver a un sistema en el que la fuerza ejercida tiene su in˜ uencia, ya sea un tradiciona­l grupo mecánico o este de accionamie­nto hidráulico, puede parecer un paso atrás aunque, fuera de la carretera, es algo que casi se agradece ya que el sutil accionamie­nto de los grupos electrónic­os, junto con las irregulari­dades del terreno, a veces no nos permiten ser consciente­s de los cambios que realizamos. Aunque no hemos sometido a ninguno de sus grupos a un test de larga duración, desde Rotor nos aseguran que, al tratarse de un sistema cerrado sin depósitos de expansión y en el que el líquido no sufre calentamie­nto, como ocurre con el circuito de frenado, el mantenimie­nto es prácticame­nte nulo. En cualquier caso, el grupo requiere de un pequeño proceso de adaptación para, como se suele decir, cogerle el punto. Al igual que en el anterior, una única palanca gestiona todos los cambios con un funcionami­ento similar al Double Tap de los grupos mecánicos de SRAM. En este 1x13 se ha mejorado en gran medida la suavidad de las transicion­es de un piñón a otro, lo que por un lado facilita su uso. Sin embargo, por otro supone una pequeña fuente de imprecisió­n ya que al principio no queda bien deÿnido el punto en el que sólo bajamos piñones y en el que empezamos a subirlos. Además, una vez que presionamo­s para engranar coronas más pequeñas, también hay que ser preciso para percibir cuántas coronas estamos subiendo. Como os decimos, al principio puede resultar desesperan­te y requiere un pequeño aprendizaj­e que, por otra parte, no es más que cuestión de un par de salidas. Tras este periodo, donde aprendemos a bajar piñones con una pulsación corta y seca, prácticame­nte golpeando la leva con la yema del dedo, y sólo ejercer fuerza cuando deseamos subir dientes es cuando realmente comenzamos a disfrutar del grupo.

DESARROLLO DE SOBRA

En nuestra unidad de test hemos contado con una combinació­n con plato de 42 dientes y casete 10-46. Con este dentado cubrimos un rango similar a 48/32 con un casete 11-36. A su vez, las 13 coronas mantienen un salto muy progresivo salvo en los piñones superiores, donde la diferencia es grande y la pedalada lo puede acusar en algún momento. En nuestras rutas hemos de decir que no se ha echado en falta más desarrollo­s y, una vez que te acostumbra­s, resulta tan fácil limitarse únicamente a subir y bajar piñones sin preocupars­e de aguantar un poco más el plato grande o es el momento de quitarlo. Tanto que resulta un poco traumático regresar a una conÿguraci­ón convencion­al de doble plato. Por último, señalar que la cadena se ha mantenido en su sitio en todo momento, aunque quizás daríamos algo más de tensión al cambio trasero para limitar al máximo el movimiento en zonas bacheadas. La apuesta de Rotor ha sido grande, un trabajo de innovación que segurament­e no se reconozca como merece en un mundillo de la bici, pero que sirve para sentar las bases de lo que es muy posible serán las bicis dentro de no de tantos años. El tiempo nos sacará de dudas.

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