SHIMANO GRX: EL PIONERO
SHIMANO INTRODUJO EN 2018 LA VERSIÓN RX DEL SUPERVENTAS ULTEGRA, QUE AÑADÍA UN EMBRAGUE EN EL CAMBIO TRASERO PARA MANTENERLO EN SU POSICIÓN CUANDO PEDALEAMOS POR SUPERFICIES IRREGULARES. FUE EL GERMEN DEL NUEVO GRX, UN GRUPO ESPECÍFICO PARA GRAVEL QUE LLEGA AL MERCADO EN TRES VERSIONES MECÁNICAS Y LA JOYA DE LA CORONA, EL DI2.
Entre el segmento del mountain bike y el de carretera, existe una zona común a ambas; no es nueva, quien más quien menos ha rodado por pistas demasiado fáciles para su BTT, y quien siguiendo algún camino o pista con su bici de carretera, no ha seguido más allá al pasar a ser zonas más complicadas para ésta; y la mayoría de practicantes de ciclocross, que se dedicaban a entrenar para las carreras con unas bicis bastante bien adaptadas para ese medio, pero más enfocadas al lado competitivo. Así, en las últimas temporadas hemos visto aparecer bicis con geometrías más relajadas que las de ciclocross, pasos de rueda más amplios, incluso con la posibilidad de montar ruedas 650b. Con este panorama, no es descabellado que el mayor fabricante de grupos apueste por uno propio para el cada vez mayor número de adeptos al gravel.
Esta visión del segmento, bastante extendida, es la misma que tiene Shimano, que durante unos dos años ha estado desarrollando el GRX, que se encuentra en la intersección de las dos especialidades hasta ahora existentes en el mundo de los grupos. Han tomado los puntos fuertes de cada uno, los han adaptado, evolucionado y, finalmente, han lanzado el grupo GRX con las veriones RX400, RX600, y RX800, en este último caso con una variante Di2 electrónica. Por situar cada uno en su segmento, diremos que el RX400 equivale a un Tiagra o Deore; el RX600 al 105 o SLX y el RX800 a un Ultegra o XT.
EL CAMBIO IMPORTA
Seguramente el origen del desarrollo del GRX comenzó con la introducción de los cambios RX para carretera, derivados de los sistemas Shadow Plus para BTT, que consiguen que por un lado el cambio se oculte debajo de la vaina y, por otro, un sistema que frena el movimiento de la pata de las roldanas frente a las oscilaciones de tensión de la cadena, evitando que esta golpee la vaina; aunque no es descabellado pensar que una vez que ya tenían el cambio desarrollado para el GRX, apostaran por él para las clásicas de primavera, pensemos por un instante en la Paris-Roubaix y sus adoquines. Efectivamente, el cambio trasero queda más oculto bajo la vaina, con lo que disminuye la posibilidad de enganchones en zonas con vegetación o piedras.
EL CORAZÓN MENOSPRECIADO
Según nos explican desde Shimano, el componente más difícil de diseñar es el desviador, un componente que muchos pensamos que es secundario, pues bien, han diseñado uno para el RX400 que es capaz de gestionar un salto de 16 dientes de plato -de 30 a 46- y otro que es capaz de salvar un salto de 17 dientes -de 31 a 48-en los RX600 y 800, todo ello evitando roces, con un funcionamiento exquisito y separando 2,5 mm más la línea de cadena para poder utilizar ruedas más anchas y alejarla más del cuadro. Durante las pruebas hemos utilizado monoplato y doble plato, y aunque personalmente preferimos el monoplato, hay que reconocer que con la suavidad y rapidez de subida y bajada de los platos, nuestra opinión ha pasado a ser neutra en este sentido, permitiendo apurar el plato grande hasta las coronas más grandes y, como curiosidad, decir que el desviador está abierto en su parte superior delantera. Un último apunte: a pesar de las compatibilidades entre componentes de carretera y MTB de la marca, las bielas y el desviador serán los que no debemos intercambiar si no queremos tener problemas, tanto con la línea de cadena, como con roces.
MEJORAS QUE TE FACILITAN LA VIDA
Las manetas aportan dos grandes ventajas, la primera, ergonómica, sobre todo en la versión Di2, con un reborde que evite que la mano pueda resbalar hacia arriba, que complementado con la textura súperadherente de la goma de los escaladores, mantiene la mano en su lugar impidiendo que resbale. La segunda son las palancas, a las que se les ha dado una forma con la que tenemos un mejor alcance cuando llevamos las manos en los escaladores. La superficie de la leva tiene una textura rugosa para mejorar el agarre, y se ha elevado 18 mm el punto de articulación, con lo que se facilita -otra vez- la frenada con las manos en los escaladores. Otro aporte que hace Shimano cuando llevamos monoplato es poder utilizar la maneta izquierda para controlar una tija telescópica, uno de los accesorios de moda en bicicletas de montaña, pero que tiene un uso más limitado en gravel. Además, las manetas Di2 disponen de botones programables para manejar luces o ciclocomputadores compatibles. Los frenos son precisos, con un tacto excelente, heredando lo mejor de sus hermanos de BTT y carretera. Por un lado, adquieren la tecnología Servo Wave, para lograr un elevado poder de frenada en el primer tramo del recorrido de la maneta, para pasar a ser lineal en el resto de
la misma. Las pinzas adoptan el estándar ˜ at-mount, al igual que en sus grupos de carretera. Finalmente, se pueden montar manetas auxiliares en la zona superior plana del manillar, muy utilizadas en ciclocross. Con tres salidas con lluvia y, por ende, bastante barro, los frenos cumplieron a la perfección de principio a ÿn, incluso sin modiÿcar el punto de contacto
Y PARA REDONDEAR...
No pueden faltar las ruedas. Utilizan llantas de aluminio asimétricas, perÿl bajo y anchura interna de 21,6 mm, muy similar a las enfocadas al MTB, permitiendo un generoso balón de la cubierta al montarla, tolerando el uso de presiones más bajas para obtener mayor agarre y comodidad. Los ejes son de tipo pasante, de 12 mm, son compatibles con el sistema tubeless y los radios, de tiro recto, mejoran la resistencia del conjunto y evitan el punto débil que supone el acodado. Cumplen a la perfección, y durante los tres días de la prueba mantuvieron la presión de las cubiertas. Están disponibles en diámetro 700c y 650b.