NO HAY OTRA IGUAL
HAN PASADO LOS AÑOS, Y LA MOUNTAIN CYCLE SAN ANDREAS SIGUE SIENDO VISUALMENTE ACTUAL Y ATRACTIVA. EN 1992, CUANDO ESTA REVISTA TODAVÍA ANDABA “A GATAS” SE ASOMABA A NUESTRAS PÁGINAS ESTA CREACIÓN ARTESANAL CALIFORNIANA. HOY, 28 AÑOS DESPUÉS, LO HACE DE NU
pENSAR EN LA PRACTICIDAD DE LA SAN ANDREAS NO ES LA MEJOR MANERA DE HACERLE JUSTICIA. ES CIERTO QUE ALGUNOS COMPITIERON SOBRE ESTA BICI, PERO SI HA LLEGADO ENVUELTA EN UN HALO DE EXCLUSIVIDAD HASTA NUESTROS DIAS NO HA SIDO POR SUS RESULTADOS, SINO POR SU DISEÑO ESPECTACULAR. El propietario de esta unidad de San Andreas es Iñigo del Hoyo, descender de los años ´90, que un buen día vio a la venta otra bicicleta clásica, y con su buen olfato para las joyas de dos ruedas intuyó detrás, en la fotografía, lo que parecía una San Andreas... En aquel momento no pudo conseguirla, pero meses más tarde si lo hizo, y comenzó una restauración que le ha llevado a tenerla en la actualidad como se puede observar en este artículo: Perfecta e impoluta. Para llegar aquí, no se han escatimado horas, como nos explicaba el propio Del Hoyo: “Hice todo un proceso de recuperación de información, des
IRREMEDIABLEMENTE ATRACTIVA, LA MOUNTAIN CYCLE SAN ANDREAS HOY SIGUE DESPERTANDO EL INTERÉS CUANDO SALE A LA CALLE GRACIAS A SU DISEÑO.
de la prueba en BIKE, a anuncios en medios de la época, y cualquier tipo de información que me permitiera reconstruirla de la manera más fidedigna posible a como era la bici de serie en 1992”. Iñigo nos enseña con todo detalle imágenes del estado de la bici desde el momento de su adquisición, fase a fase, como la rehabilitación de la horquilla al 100%, el pulido del cuadro, la réplica exacta de los gráficos o los componentes acordes a la bici que la marca anunciaba como su estrella en la publicidad de la época. “Esta bici es un icono del Mountain Bike -comenta Iñigo- y todo el que vivió aquella época sabe que es una pieza exclusiva, seguramente irrepetible, con una construcción artesanal y un proceso de soldadura que roza el arte, como pueda ser la zona del basculante o todo el entramado que sujeta el sillín como en un subchasis de moto”. Lejos de ser una pieza de exposición no utilizable, Iñigo no dudó un momento en ponerse uno de los monos de descenso RM de la época para salir al campo con ella y emular tiempos pasados. Ver rodar la San Andreas con esos apenas 60 mm de recorrido y sus discos de freno flotantes sonando nos transportaron a otra época del Mountain Bike, cuando todavía todo era posible, y los diseños atrevidos y únicos como esta bici llegaron para escribir la Historia del MTB. Sencillamente, un icono.