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YA PUEDO IMAGINARME CÓMO ESO DEL %ELI- I(E CON UNA ICI EL^CTRICA 3A A LE3ANTAR ALGUNAS CE'AS PERO NO ME DESPELLE'^IS TODA3ȎA DADME UNA OPORTUNIDAD
En noviembre de 2019 me encontré con dos viejos amigos del hemisferio sur, en Queenstown, Nueva Zelanda, donde vive Henry van Ash. Él es una de las personas que inventó y comercializó el puenting y lo convirtió en algo global y una de las mayores atracciones turísticas de Nueva Zelanda. También es un ciclista de montaña apasionado desde mucho tiempo, con una de las colecciones de bicicletas más impresionantes que he visto, que ha ido reuniendo a lo largo de los años. Recientemente ha fundado una compañía de Heli Bike que transporta a los bikers aventureros a lo más remoto del país.
El miembro del Mountain Bike Hall of Fame Glen Jacobs fue el otro tipo que se unió a mí y a mi esposa Carmen en este viaje. Glen es de Australia y una de las personas más influyentes en el mundo del ciclismo de montaña. Su empresa de diseño de senderos, ‘World Trail’ tiene más de 60 empleados y ha construido y desarrollado algunos de los mejores destinos para mountain bike, incluído Blue Derby y muchos otros.
Para esta ruta los tres estábamos provistos de e-bikes con asistencia de pedaleo, no tanto porque seamos perezosos o viejos, sino por el factor diversión, por las diferentes formas de montar y experimentar la aventura, y por nuevas posibilidades que se abren: podríamos montar durante más tiempo, y en caminos más y más empinados, que serían más difíciles de recorrer con bicicletas normales, o simplemente imposibles.
Y entonces, ¿por qué usar un helicóptero? Bueno, en primer lugar porque nos invitaron y no quisimos dejar pasar la oportunidad, y también para explorar territorios remotos a los que de otra manera sería difícil acceder en bicicletas normales e incluso en e-bikes. Excursiones como esta, normalmente requerirían de varios días, lo que significaría que tendríamos que transportar tiendas de campaña, sacos de dormir, comida, etc. Todos hemos hecho aventuras tradicionales de varios días antes y siempre son muy divertidas, pero el helicóptero permitía que nos dejaran caer en casi cualquier punto y luego pedalear de regreso a casa. Especialmente en altitud, con terreno cubierto de rocas y maleza. La hierba dura en este tipo de terreno rocoso o incluso nevado hace que montar difícilmente fuera soportable o divertido en una bicicleta normal, pero en una e-bike sí que es posible mantener la marcha en un terreno así de accidentado.
No obstante tuvimos que asegurarnos de tener una preparación mínima. A pesar de llevar bicis eléctricas, era prudente conservar la carga de la batería en la ruta, especialmente porque recorreríamos un trayecto que no se había hecho antes y con el riesgo de perdernos y tener que retroceder, lo que podría agotar la valiosa carga de la batería y dejarnos en una situación difícil a medio camino. Las bicicletas de suspensión total eran imprescindibles en un terreno tan técnico y los neumáticos de gran balón permitirían una mejor tracción, no sólo porque tienen una mayor superficie de contacto con el suelo, también se pueden llevar con una presión más baja. Uno de los temas más olvidados en los ajustes de una e-bike es la presión adecuada de los neumáticos, que depende de muchos factores, 1 o 2 psi más o menos pueden marcar la diferencia. Yo recomiendo experimentar con las presiones de los neumáticos para encontrar su punto óptimo, que variará de un terreno a otro y del estilo de conducción. Por ejemplo los trazados y saltos de un bike park a gran
velocidad requieren más presión que las salidas a la montaña lentas y llenas de baches.
EL PARAȎSO
Queenstown es la capital de deportes de aventura de Nueva Zelanda. La ciudad, con sus 42.000 habitantes se encuentra a orillas del lago Wakatipu de la Isla Sur, frente a los espectaculares Alpes del Sur, rodeada de naturaleza pura y montañas salvajes. Muchos turistas vienen aquí cada año, para disfrutar de actividades extremas y de aventura. También tienen un famoso bike park y está cerca de resorts de montaña con senderos para bici reconocidos mundialmente. Hicimos tres salidas diferentes con el helicóptero mientras estuvimos allí. Puedes tener una vista previa de la ruta y seleccionar por dónde vas a ir mientras volamos sobre ella. Exploraríamos el terreno desde el aire, para encontrar los mejores senderos o valles que no condujeran a un callejón sin salida o un río intransitable.
Debo decir que a veces es bueno tener “amigos con privilegios”. Fue increíble tener un helicóptero a tu servicio sin restricciones de tiempo. Por ejemplo hacíamos esta petición: “¿podemos volar primero allí y ver las otras opciones?” o “¿puedes recogernos a mitad de camino en aquella cresta con el almuerzo?” o “¿qué tal un desvío rápido para volar sobre el famoso Milford Sound Fiord?”. Créeme: estas no son cosas habituales en ninguno de mis viajes normales.
Viajar de esta manera abrió las puertas a posibilidades que no había experimentado antes. Mi día favorito fue cuando fuimos acompañados por Alfi, el perro de Henry, que se unió a nosotros y se lo pasó genial, siempre cuidadoso y respetando las bicis. Eso sí, el pobre acabó agotado al final de ese día. Viajando a lo largo de crestas interminables con vistas impresionantes sin apenas signos de civilización a la vista, nos encontramos con algunas antiguas explotaciones mineras y pueblos fantasmas, abandonados desde los días de la fiebre del oro y el cobre. Algunos de los antiguos senderos mineros ahora son excelentes para montar en bici, unos 140 años más tarde.
Otro día nos dejaron en la cima de una montaña alpina sin senderos a la vista, tuvimos que navegar y elegir nuestras trazadas a través de secciones de rocas y campos de vegetación de alta montaña, neveros y crestas sin fin que finalmente se unían a viejas pistas o caminos de tierra.
El tercer día Henri llamó a los operarios en las estaciones de esquí de
Coronet, ya que el bike park y el telesilla aún no habían abierto para la temporada de verano. Conseguimos un permiso para volar a la cima y desde allí estrenar los senderos recién arreglados. Estos recorridos son alucinantes y serpentean por la ladera de la montaña con un peralte y un salto detrás del otro.
Sin duda participar en un viaje tan especial ha sido experiencia muy inusual y también una excelente manera de ponerse al día con algunos viejos amigos.
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