¡¡SÁL TATE LO!!
¿Y qué hay que hacer para que la única situación que te ocurra sea la tercera? En esencia, practicar mucho y seguir nuestras pautas o las de cualquier biker que tenga más experiencia que tú en saltos. Aquí van nuestros consejos saltarines.
BAJAS CON TU FLAMANTE MOUNTAIN BIKE POR UN CAMINO PRECIOSO CON UNA BUENA PENDIENTE, ALGUNAS PIEDRAS SUELTAS Y UN PAR DE CURVAS PERALTADAS QUE TE HACEN SENTIR QUE VAS RÁPIDO Y QUE LO CONTROLAS TODO, qué sensaciones más buenas!… hasta que una elevación brusca del terreno hacia arriba te deja descolocado sin saber qué hacer.
SITUACIÓN 1>
En centésimas de segundo piensas: “¿me lanzará hacia el cielo y perderé el control?, ¡qué miedo!, mejor freno a tope y la paso por un lado…” Así que deceleras, evitas el obstáculo y sigues tu camino.
SITUACIÓN 2>
Vas pasado de velocidad y no tienes tiempo de cambiar de trayectoria, solo de pensar en el tortazo que te vas a dar… y efectivamente, eso es lo que ocurre. Saltas tenso, te quedas duro y la rampa te propulsa haciendo que la rueda trasera suba mucho más que la delantera, sales por delante del manillar y te das un buen revolcón. Miras a tu alrededor, no te ha visto nadie así que tu ropa está llena de barro pero tu honor limpio y te levantas muy dignamente.
SITUACIÓN 3>
Vas pasado de velocidad y no tienes tiempo de cambiar de trayectoria, solo de pensar en el tortazo que te vas a dar… pero consigues relajarte, tiras del manillar para mantener el control, permaneces en calma, tus dos ruedas despegan y tienes una agradable sensación de ingravidez en las escasas décimas de segundo que dura tu incursión aérea. ¡Has saltado y te encantado la experiencia!.