CON NIÑOS Y A LO LOCO
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Jerome Clementz nos cuenta sus excursiones ciclistas en familia, responsables y divertidas.
Mi nombre es Jerome Clementz, ahora tengo 36 años. Soy mountain biker profesional desde hace más de 15 años. La mayor parte de mi vida la he dedicado a explorar, entrenar y competir por todo el mundo. Por fortuna, mi esposa Pauline pudo acompañarme durante la mayor parte de este viaje, ya que me ayudó a dirigir mi carrera y también es una ciclista diestra y habilidosa. Hace alrededor de 2 años tuvimos un hijo juntos, sin estrés para mí, ya que estaba saliendo lentamente de mi época de carreras, por lo que no me preocupaba tener que invertir energía en las tareas del bebé, despertarme temprano por la mañana y las noches cortas. De hecho, estaba súper emocionado por esta nueva parte de mi vida y listo para afrontar este desafío.
Al contar la noticia a mi familia y amigos, al principio se alegraron por nosotros, pero también expresaron algunas preocupaciones. “Se acabó el juego”, “no vas a montar más”, “ahora estás atrapado en casa”, “fue un placer conocerte, pero ahora no te veremos más”… estos y otros fueron los “amables” comentarios que recibí y esto me hizo darme cuenta de que las cosas iban a ser diferentes.
“̉FALTA DE LI ERTAD AL CONTRARIO, COMPARTIR E5PERIENCIAS CON TU HIJO TE ELEVA A OTRO NIVEL DE LI ERTAD”
Nunca había estado más de 2 meses en casa sin viajar y todos los fines de semana de mi vida los había dedicado a explorar rutas al aire libre con o sin mi bicicleta. Que esto iba a cambiar, sin duda fue una parte difícil de digerir, pero después de todo, me gusta aprender y experimentar cosas nuevas, y pensaba que tal vez todavía podría hacer cosas interesantes con un niño. Dejaremos aparte los detalles del comienzo con un recién nacido, toda la locura de cuidados que implican los primeros meses, pero una vez que empezamos a sentir que nuestro hijo está disfrutando de las cosas, hay muchas oportunidades para vivir una vida emocionante y llevarlo en nuestros viajes.
Por suerte, la bicicleta es probablemente la herramienta que tiene más opciones para compartir momentos juntos. Empezando con el remolque de Thule, en un carril bici y un camino de grava para una buena primera experiencia. Vimos que no había necesidad de quedarse en casa, todavía podíamos pasar nuestro tiempo fuera y descubrir nuevos lugares. Cuando nuestro hijo cumplió 2 años, comenzó a andar correctamente en su bici sin pedales y también pudimos colocarlo en un asiento en la parte delantera de la bicicleta, para compartir aún más nuestro entusiasmo. Creedme que nunca lo presionamos y muy pronto nos pidió que lo lleváramos con nosotros. No tuvo que decírnoslo dos veces y ahora casi a diario lo llevamos a la montaña durante una hora por el bosque combinando un poco de de él en bici y algunos senderos sencillos sentado en su Macride® (el asiento de nuestra bici). Por suerte tenemos una buena bici eléctrica que sin duda nos ayuda a hacer estas rutas más fáciles porque con esos 13 kg adicionales, sería más difícil sin la asistencia.
“EL CONTACTO CON LA NATURALE7A EN PRIMERA PERSONA ES ENRI.UECEDOR” “HASTA AHORA HA ÍA VIAJADO TODOS LOS FINES DE SEMANA DE MI VIDA”
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Un problema resuelto. Todos los días en casa con un niño no es tan malo, pero ¿qué pasa con las vacaciones? Para este año elegimos Val di Fassa en los Dolomitas, un lugar que siempre me fascinó por sus picos únicos, el valle infinito, las impresionantes vistas y el estilo de vida italiano. Comenzamos nuestra estancia en Val di Fassa con un paseo
por el carril bici a lo largo del río Avisio donde Emil, nuestro hijo, podía montar en bicicleta con nosotros, ya sea en la pista, en los parques para bici o en la pista de pump track que pudimos encontrar en el camino, sin olvidar una parada o dos en algún parque infantil. No solo hay bicicleta en nuestra vida...
Siguiendo la recomendación de la oficina de turismo, hicimos una visita al área de Fuchiade con el remolque por un camino fácil. Pudimos visitar algunos lagos y ver cómo es la vida de los agricultores en lugares alejados. Asnos, vacas, cabras y ovejas por todas partes para un día tranquilo con un verdadero sabor a vacaciones.
Más tarde, como el clima era excelente, Val Duron se convirtió en una visita obligada para nosotros. Tiene un acceso más empinado, pero una vez que llegas a la meseta, te pierdes en este valle con una gran formación rocosa alrededor, algunos picos afilados, campos de hierba, unas pocas cabañas de agricultores y una agradable cascada. Para nosotros, nuestra bici es una herramienta para llegar a lugares agradables en armonía con la naturaleza, llegar a descubrir cosas a las que no se puede llegar fácilmente en coche o demasiado lejos para llegar a pie, pero también tiene este aspecto divertido y técnico que nos llena de adrenalina y necesidad de desafío. Esas bicis, y sobre todo ahora la Ebike, nos permiten diseñar aventuras y poder compartirlas de forma segura con nuestro hijo, que ha cambiado nuestra forma de plantear nuestras vacaciones y casi la vida cotidiana como padres. Lo mejor de todo es que ahora pide salir y que lo lleven. Para nosotros, eso es lo mejor que podría pedirnos, y siempre estamos dispuestos a decir que sí. Así pues, cuando nos dijo que ya no quería montar por pistas y que prefería saltos y curvas fue difícil negarse. Buscamos un sendero verde y con flow en el bike park de Val Di Fassa para hacerlo feliz. Qué placer montar con él y verlo reír mientras tú también disfrutas de la ruta de verdad. Desde un punto de vista personal, estas sensaciones son tan buenas como las que tienes cuando superas
“TAM I^N TIENES .UE ENCONTRAR EL MOMENTO PARA HACER TUS “RUTAS PRIVADAS” “E5TRA DE CONTROL, POR.UE SA ES .UE LO MÁS VALIOSO DE TU VIDA VIAJA CONTIGO”
uno de los senderos más técnicos o cuando alcanzas uno de tus objetivos en tu carrera como biker.
Pero no hay que olvidar que un niño de 2 años también necesita descansar, dormir toda la noche y echarse una siesta por la tarde. Lo que nos permitió ir de uno en uno a hacer nuestras “rutas privadas”, para superar los límites y vivir nuestro propio momento en la naturaleza. Hicimos turnos: o bien temprano por la mañana a la salida del el sol o cuando a uno de los dos le toca recargar la batería. La gente puede pensar que estamos locos al montar con nuestro hijo, pero os puedo asegurar que nunca he prestado tanta atención en las consecuencias de cada una de mis decisiones. Caerse no es una opción y siempre tengo en cuenta su seguridad a corto plazo pero también el impacto en su salud futura. No por ver a alguien haciendo algo con
“UN VIAJE DE VACACIONES DIFERENTE, ALCENTRO DE LA VIDA” “.UEREMOS PENSAR .UE ESTA E5PERIENCIA .UEDARÁ GRA ADA EN LA RETINA DE EMIL”
un niño tú tienes que hacer lo mismo. Las personas tienen diferentes niveles de habilidad y los niños tienen diferentes ritmos de evolución. No se trata de una carrera ni de hacer las cosas más locas para impresionar al mundo, sino de crear felicidad compartida en tu zona de confort.
Ahora, pensando en lo que la gente me dijo hace 2 años, probablemente en broma, definitivamente puedo decir que tener hijos no arruina tu vida, y mucho menos tus oportunidades de
montar. Seguro que hay algunos cambios, pero también muchas experiencias nuevas que hacen que la vida sea siempre igual de buena, si no más. Antes hacías las cosas principalmente por ti mismo, pero ahora también tienes este aspecto de enseñanza y aprendizaje que crea otra sensación de logro, y no hablo sólo del entusiasmo que sientes cuando ves a tu hijo sonreír y pedir más... hay muchas oportunidades y cosas buenas para hacer juntos y de esto trata la vida.
“VER DAR SALTOS A PAPÁ TAM I^N MOLA, 6 LUEGO PEDIRÁ HACER LO MISMO ” “EMIL 6A PIDE SIEMPRE SALIR A DISFRUTAR CON SU PROPIA ICI”