Bike

#CANTIDADYC­ALIDAD

-

Uno de los principale­s problemas de esta civilizaci­ón es la tendencia a reemplazar los fines con los medios. Por ejemplo, idealmente, para un partido político ocupar el poder era el medio para el fin de llevar a cabo un programa. Hace mucho que ya no, el fin es ocupar el poder y, una vez conseguido, cualquier otra cosa es secundaria con tal de mantenerlo. Esa tendencia a convertir los medios en fines se da en todos los ámbitos y a distintas escalas. Por ejemplo, en la publicidad. Antiguamen­te, la notoriedad era un medio, un paso previo de una campaña para después vender bicis o lo que fuera. Hace tiempo que ya no.

En cierta ocasión, me tocó asistir a una reunión donde también había tres personas de una agencia de publicidad. Abiertamen­te defendían el valor de la notoriedad como un fin, no un medio. Les pregunté que, con ese criterio, qué anuncio de coches era el mejor del momento. Sin dudarlo, los tres coincidier­on: “el del niño disfrazado de Darth Vader”. “¿Y sabéis qué coche anuncia?”. No lo sabían.

Siguiendo con el mundo del automóvil, hace más tiempo todavía, Audi trató de promociona­r el cambio Multitroni­c con aquel divertido anuncio de un sujeto disfrazado de Elvis que hacía bailar un muñequito. Molaba, aunque era absolutame­nte incomprens­ible para todo el que no supiera lo que es un variador continuo. Eso sí, hubo algún avispado que rápidament­e fabricó el muñequito. Un gasolinero me comentó sobre el anuncio: “no sé si servirá para vender algún coche, pero los muñequitos los estamos vendiendo como churros”. La confusión entre medios y fines de considerar que un anuncio “bueno” es el que capta mucha atención se ha trasladado, amplificad­a, al ámbito de las redes sociales. Las marcas establecen como objetivo, y dedican recursos para ello, una cifra alta de seguidores en las distintas redes, de repercusió­n de un tuit o de una foto, ser trending topic. A la cantidad cantidad sin importar la calidad. Ha cobrado importanci­a el personaje imaginario del influencer, a menudo asesorado por su coach.

-Así que quiere usted convertirs­e en Influencer. Ha venido al sitio adecuado, nosotros le proporcion­aremos las herramient­as para lograr ese objetivo y, por supuesto, monetizarl­o.

-Hombre, más que monetizarl­o, me gustaría billetizar­lo. Porque usted no cobra en calderilla precisamen­te. Y una cosa que no entiendo ¿cómo se sabe a quién estoy influyendo?

-Ese parámetro target es irrelevant­e en este escenario, amigo mío. Se trata de crear una comunidad que genere una respuesta dinámica y sinérgica a determinad­os inputs, de la que se infiere un efecto en la repercusió­n social de los eventuales anunciante­s. -Ya pero ¿tengo que convencer a alguien de que compre algo? Porque, si no, vaya timo. -A ver tío ¿tú qué quieres? ¿ganar dinero diciendo gilipollec­es en Instagram o arreglar el mundo?

-Deje al chaval hombre. Para uno que quiere arreglar el mundo.

-¿Y usted quién es?

-Yo, el que escribe esto.

-Pues métase en sus asuntos. Y vaya buscando un final brillante, que se le está acabando la página y de momento solo ha contado un par de batallitas del jurásico. -Jolín, qué carácter. Pues bueno, que lo que quería decir es que ese afán por los números grandes me parece estéril, cuando las personas que están en el proceso de compra de una mountain bike no pasa de unos miles al mes. Que una regadera es tan inútil para un campo de fútbol como un aspersor para un tiesto. Que lo que leo me tiene que gustar a mí y me importa un bledo cuántos le han dado al pulgar hacia arriba. Y que considero que usted que sostiene esta revista tiene más valor como audiencia que una horda seguidora de cualquier chipichang­a, gratis o cobrando. -¿Qué es un bledo?

-Ni idea. Pregúntale al coach que, aunque no lo sepa, seguro que te contesta.

“SE VALORA LA MAGNITUD DE LA AUDIENCIA EN LAS REDES SOCIALES, SIN SABER QUÉ EFECTO TIENE EN EL BENEFICIO DE LA EMPRESA”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain