NO SÓLO METRALLA
MIPS EN LOS CASCOS MILITARES
Durante los últimos 15 años se han producido unas 327.000 lesiones cerebrales traumáticas en el ejército estadounidense a causa de sus actividades militares. Por eso el Departamento de Defensa de los Estados Unidos ha revisado sus protocolos de prueba de cascos de combate recientemente (a través de la Junta de Ciencia y Tecnología del Ejército y del Comité de Revisión de Protocolos), y el documento de evaluación redactado identificó el movimiento de rotación como un factor importante que contribuye a las lesiones cerebrales, hemorragias, contusiones de tejidos y desgarros vasculares. Al igual que en los cascos para ciclistas, los protocolos de pruebas de los cascos balísticos se centran en los impactos lineales y de percusión de la metralla, las balas u otros desechos como cascotes. Por eso el Departamento de Defensa de EE.UU. ha recomendado que para las nuevas generaciones de cascos, el alcance de los estudios sea más amplio que el que se realiza actualmente. De esta manera, tener en cuenta la rotación de la cabeza en los milisegundos que siguen a un impacto, tal y como es la propuesta de MIPS en el mundo de las milicias, las nuevas pruebas pueden abordar las fuerzas de cizallamiento que contribuyen a muchas de las lesiones cerebrales que afectan a las fuerzas armadas y al personal de las fuerzas del orden. Por eso MIPS ya está trabajando en el desarrollo de modelos de cascos balísticos (como el S4U-SOF de la marca sueca SAFE4U) con el nuevo sistema MIPS:F2. En esta variación de los MIPS usados en cascos deportivos, la capa de baja fricción se introduce entre la capa externa de protección y la capa de Foam interna, unida mediante unos elastómeros y unos brackets de nylon, con lo que han logrado reducir al menos un 10% las fuerzas rotacionales.