#LEYDEVIDA
Hay debate: que ciclistas multidisciplinares que están en la mirada de toda la prensa y aficionados incluyan en su temporada carreras de MTB, aunque no sea su prioridad, y encima ganen, ¿es bueno o es malo para el
Mountain Bike? Lo primero que habría que decir es que eso debería ser irrelevante, cada uno es libre de hacer con su tiempo, profesión y afición lo que estime oportuno. No obstante hay simpatías y antipatías generadas por el hecho de que Mathieu Van der Poel y ahora Tom Pidcock acudan a la Copa del Mundo y muestren su dominio, y luego continúen su calendario previsto en la carretera, y eso también es un hecho. En un lado del cuadrilátero están los que piensan que en cierto modo dejan en entredicho al circuito habitual de “especialistas”, los que se vuelcan en el MTB, aunque ciertamente aquí nadie juega con ventaja, y más bien al contrario quien es capaz de dar ese salto entre disciplinas tan diferentes, en primer lugar demuestra un talento extremo y una capacidad de transformarse, y en segundo lugar, se podría pensar que esto del MTB les debe de gustar mucho, cuando ni por su economía ni por su prestigio parecen necesitar “bajarse al ruedo”. Y desde luego no podemos acusarles de faltos de técnica, de advenedizos en el Mountain Bike, estamos hablando de portentos físicos pero también de hábiles riders que están, cuanto menos, al nivel elevado de exigencia técnica de los circuitos de hoy en día. El mismo Tom Pidcock declaraba tras su triunfo en Nove Mesto que “he nacido para el MTB”,y el pasado año no perdió oportunidad de “apuntarse a lo que fuera” con sus participaciones (y victorias) en sub23 e incluso en Mundial eMTB, y con el objetivo de los Juegos de Tokio en mente, mientras que no hay más que ver cómo afrontaba Van der Poel los saltos antes de meta en el short track de Nove Mesto como ejemplo de su saber hacer sobre la bici. Así que uno más bien se decanta por pensar que si de repente se mueven las cosas establecidas esto es bueno para que el deporte evolucione, nuevos estímulos para subir el nivel de competición, incluso también una renovación generacional, aunque eso pueda llegar a suponer “jubilar” a nuestros ídolos.
Así funciona el deporte y casi diríamos que la vida. Y también tenemos que hablar de la mayor atención mediática que su presencia trae al MTB. La realidad es que a ese nivel la Copa del Mundo de MTB aún no puede competir con eventos como el Tour de Francia, el Giro o la Vuelta. ¿Y qué nos parecería si de repente a Ineos se le ocurriera establecer un equipo fuerte para MTB? Uy, a ver si voy a abrir un nuevo debate…
“TALENTO EXTREMO Y CAPACIDAD DE TRANSFORMARSE”