LOS RESULTADOS
Los resultados no pudieron ser más interesantes. Especialmente y bajo nuestro criterio, los obtenidos en el circuito lineal. Comencemos en todo caso por el circuito de XCO. En este escenario y a la misma potencia, la Epic con sistema Brain se mostró ligeramente más rápida que la versión EVO sin Brain y con más recorrido de suspensiones, aunque tan sólo 48’’ para un total de 80’, que fue lo que empleamos en dar 4 vueltas al circuito. Esto supone para la Epic unos tiempos promedio de paso por vuelta 1,5% más rápido que su hermana EVO. Y es que si bien con la EVO se bajaba más rápido, las bajadas eran demasiado cortas como para obtener diferencias significativas. En los tramos de subida y pedaleo era sin embargo donde la reactividad de la Epic y especialmente el sistema de válvula de inercia Brain saca su potencial a relucir permitiendo mayores aceleraciones, factor determinante en la conducción de un circuito de XC, para al final conseguir una velocidad promedio algo superior. Pero sólo algo superior, recordemos, un 1,5% más rápida. Las aceleraciones y los tramos cortos pero explosivos de pedaleo parecen un entorno más natural y en donde la Epic de 100 mm de recorrido se muestra más efectiva.
Lo más interesante se produjo en el circuito que cronometramos intentando simular unas condiciones más parecidas a las de una ruta convencional. En él e intentando desarrollar una potencia en las subidas de unos 290 W, tardamos en las subidas tan sólo un 1,8% más de tiempo con la Epic EVO de 120 mm y sin Brain. Hablamos de 22’’ de diferencia para una subida de unos 22’.
En el tramo técnico de subida las diferencias fueron las más abultadas de todo el test, a favor de la Epic EVO. Nada menos que un 7,8% menos de tiempo empleamos con la Epic EVO respecto a la Epic tratando de pedalear a la misma potencia por un sendero complicado de piedras y una pendiente del 16%. Un total de 1’19’’ menos para una subida de unos 7’ repartidos en dos vueltas. En este segmento la mayor sensibilidad en la trasera de la Epic EVO permitía dibujar mejor el terreno, ayudándonos a tener mejor tracción y manteniéndonos incluso más tiempo sobre la bici. Con la Epic (con el Brain en posición casi cerrada por completo) tuvimos que poner pie a tierra hasta en 4 ocasiones y sólo una con la EVO. Incluso la potencia promedio resultó ser más elevada, involuntariamente, con la EVO que con la Epic convencional. Al mantenernos durante más tiempo pedalenado, los vatios decayeron menos.
El tramo de bajada técnico volvió a dar como vencedora a la EVO. Sin sorpresas. La geometría con un mayor lanzamiento de la dirección y el mayor recorrido hicieron que con la Epic de 120 mm bajáramos unos 33’’ más rápidos que con la Epic de 100 mm tras dos bajadas y un tiempo acumulado de unos 11’. En definitiva bajamos un 4,7% más rápidos.
El resultado final, según nuestro test en este circuito lineal, otorga más rapidez global a la Epic EVO, cuantificada en un 3,6%, si tenemos en cuenta todos los tiempos parciales. Teniendo en cuenta nuestros test, se podría afirmar que la Epic de 100 mm y Brain es una bici específica para competición, aunque con muy poca diferencia respecto a su hermana mayor EVO. Para un uso de recorridos más lineales en cambio, en donde no es tan determinante la aceleración la EVO es bastante más capaz y rápida en casi todos los terrenos. Algo a tener muy en cuenta para el usuario de XC que sin embargo, nunca se pone o no le apetece ponerse un dorsal.
Unos resultados en todo caso que sacan a relucir la polivalencia del modelo Epic con y sin Brain y que pemiten al usuario, ahora con datos objetivos, elegir la que más se adecúe a su estilo de conducción y necesidades.
LA EPIC CON BRAIN ES ESPECÍIFICA PARA COMPETICIÓN