LA FÁBRICA DE SAL
SALINAS DE LÉNIZ (GUIPÚZCOA) EN BIKE YA HEMOS ENSEÑADO DOS FORMAS DISTINTAS DE OBTENER ORO BLANCO CON EL CALOR "EL SOL EN LAS SALINAS TRA"ICIONALES DE AÑANA Y EN LAS DE IMÓN EN EL RÍO SALADO, AHORA VAMOS A VISITAR UNA AUTENTICA FÁBRICA, DONDE SE PRODUCÍA LA SAL "E MANERA "I#ERENTE EN LEINT7 UN PE.UE_O PUE LO NACIDO POR LA EXPLOTACIÓN DE UN MANANTIAL DE AGUA SALADA. LA INDUSTRIA QUE SE DESARROLLÓ, ESTÁ ÍNTIMAMENTE LIGADA A LA MADERA OBTENIDA DE LOS EXUBERANTES BOSQUES CIRCUNDANTES.
El propio nombre del pueblo proclama su origen, Leintz-Gatzaga, Salinas de Léniz en castellano. Nació y se unió a la explotación de viejos manantiales a los que los animales acudían para reponer minerales. La villa realenga es fundada por Carta Puebla de Alfonso XI de Castilla en 1.331, para concentrar desde antiguo a los pobladores de caseríos y aldeas pequeñas de los alrededores que estaban bajo la protección del castillo de Aitzorrotz, con el fin de hacerse con la titularidad y gestionar directamente la explotación y el comercio del oro blanco. El devenir histórico hizo que las disputas por su control fueran frecuentes. El manantial tiene su origen en el triásico, entre 200 y 250 millones de años, cuando existía un mar primigenio que se cerró por los movimientos tectónicos. Al evaporarse el agua la sal cristalizó, los sedimentos posteriores compactaron la sal en profundidad; el agua de la actualidad se filtra y discurre por el depósito salino disol
viéndolo y arrastrando la salmuera al exterior. El manantial de Leintz es la unión de varias surgencias, tres traen agua salada, una agua salada con hierro y otra agua salada con azufr. Cada uno aporta componentes que le dan a esta sal sus propiedades de alta calidad, de menor contenido en sodio, pero con otros minerales beneficiosos, fósforo, potasio, manganeso, cloro, hierro, azufre o magnesio, que realza el sabor del alimento. Es tres veces más salada que la del Cantábrico pero muy suave. El sistema de extracción de sal que puede verse en el museo es básicamente el que se implantó en el siglo XIX cuando una gran inundación destruyó el sistema antiguo de distribución directamente por gravedad del manantial hasta las dorlas. Había 8, eran las construcciones donde se situaba el hogar y el recipiente metálico para evaporar el agua y que cristalizara la sal, que también se llama dorla. El trabajo y la gestión de las dorlas era llevado a cabo por mujeres del pueblo, pagaban un alquiler al titular de la salina, en este caso el rey, entre 1.485 y 1.543, fecha en que recuperan la titularidad. Tras el citado desastre de 1.834 se construyó un pozo que recogía el agua de los manantiales, el agua del río mueve una noria de cangilones, que a su vez acciona la bomba que eleva la salmuera para su conducción a las dorlas, se construyeron dos edificios de mayor tamaño con grandes hogares, donde la combustión de la madera era más eficiente, mejorando la rentabilidad de la explotación. La producción de sal aumentó en el S XVI para atender la demanda de los balleneros y bacaladeros que iban a Islandia y Terranova, compraban mucha sal para conservar las capturas, también las sidrerías demandaban mucha sal. La explotación cesó en 1.972 y, tras 20 años de actividad museística, en 2013 se retomó la explotación del manantial, inicialmente con distribución local, luego se hicieron análisis de composición y tras un proceso de cuatro años para obtención de las autorizaciones de explotación comercial, las sanitarias de la moderna fábrica, se comercializa desde hace dos años la sal
LAS DURAS RAMPAS INICIALES SON EL TRIBUTO A PAGAR POR DISFRUTAR DEL ENTORNO
de alta calidad, aumentando la producción y la venta. El sistema de producción implantado en Léniz necesita, además del manantial, la leña para mantener encendidos los fuegos bajo las dorlas y el entorno está sobrado, espectaculares ejemplares de arboles pueblan los montes circundantes, un bosque gigante que lo ocupa todo y que es un imán para pedalear por los caminos, cuestas sí, muchas, pero merece la pena subir para descubrir hayas enormes. La patrona del lugar no podía ser otra que la virgen de Dorleta, dorleta es “lugar de dorlas”, que además es la patrona de los ciclistas. El 28 de Agosto de 1.960 fue proclamada “Patrona de los ciclistas españoles” con la bendición del Papa Juan XXIII, tres ciclistas vascos se fueron en bici a Roma a ver al Santo Padre, una imagen está en la carretera del puerto de Arlaban. La ruta atraviesa la calle principal de Leintz con cuestas que quitan el hipo, el comienzo es duro, con rampas cada vez más pendientes, pero hay que apretar, los sitios por los que se va a pasar merecen la pena. El ascenso continuo se relaja tras el puerto de Gatzaga, el bosque rodea las pistas es un espectáculo, momentáneos respiros en los claros permiten ver kilómetros de arbolado por todas partes. Un descenso rápido por pistas anchas da paso a un sendero dentro de un bosque espectacular, el disfrute no cesa, nuevos tramos de sendero de suaves ondulaciones desembocan en la vía verde, que se toma un tramo. La zona de baño del embalse se visita para continuar ascendiendo por pista, nuevos paisajes llenos de arboles cubiertos de musgo se suceden a medida que se pedalea. Tramos más empinados se alternan con senderos y pistas descansadas, para dar paso a la bajada final por una calleja estrecha, de gran pendiente en algunos puntos y pasos complicados, la parada en el santuario de la patrona solo pospone más bajada, precaución pero a disfrutar, después de esta ruta da pena regresar a la gran ciudad de deslumbrantes luces.
EL MOUNTAIN BIKE NOS GUSTA TANTO POR RUTAS COMO ESTA