»CANNONDALE FLASH 2010
El punto de in-flexión
En la década del 2000 (incluso antes) vivimos una constante en las bicis rígidas de XC: hacer la caja del pedalier, y el triángulo trasero sobre todo, lo más rígido posible en todas las direcciones, bajo la idea de que era lo mejor en materia de rendimiento y de aprovechamiento de la energía de la pedalada (aún no se hablaba de vatios y potenciómetros). Incluso el modelo previo al Flash de Cannondale, el Taurine, era una bici que destacaba por esa rigidez que todos buscaban. Pero en 2010 llegó esta Flash y con ella la tecnología SAVE (aún vigente en la marca), una de las primeras bicis del mercado que venía a contradecir lo anterior y empezaron a popularizar la idea de que un pequeño margen de flexión vertical en vainas y tirantes gracias al carbono, podría ser un aliado idóneo para etapas de maratón más largas, ganando en comodidad. De hecho, la marca ya sabía bien lo que era convertir la flexión de este material en absorción, algo que ya habían experimentado con las primeras Scalpel. En la Flash era posible gracias al carbono Ballistec y la tecnología de fibras continuas de este material. Además el concepto se extendía a la tija de sillín, aplanada en la zona central para maximizar esta flexión. El modelo tope de gama Team anunciaba un peso de tan solo 7,530 kg, con transmisión de doble plato y ruedas DT Swiss de carbono. De 26” por supuesto. Desde entonces hasta hoy este concepto de absorción no es que sea habitual, es que es prácticamente obligado en todas las marcas (algunas lo consiguen muy bien, otras directamente no lo consiguen aunque lo prometan), ya sea cuadros de montaña como de carretera, y de carbono principalmente pero también en las versiones de aluminio. Por esto la Flash se merece ser nuestra primera influenciadora.