SE ME DUERMEN LAS MANOS
El adormecimiento de dedos o incluso de la mano es una molestia más común de lo que puedas pensar en ciclistas. Algo más habitual en ciclistas de carretera, pero también en los de montaña.
LOS MOTIVOS
Siempre puede haber casos en los cuales el motivo sea una circunstancia muy particular, pero un gran porcentaje se produce o bien por una posición en la bicicleta demasiado agresiva o por una restricción del flujo sanguíneo o pinzamiento de conexiones nerviosas a nivel cervical.
En el primer caso, puede ocurrir que un manillar demasiado bajo, unas manetas de freno demasiado paralelas respecto al suelo, unos puños muy duros o la combinación de varias de estas circunstancias, pueda generar mucha presión sobre la palma de la mano y con ello una restricción del flujo sanguíneo, especialmente si llevamos horas sobre la bicicleta y en esa posición que tanta presión produce en nuestro punto de apoyo sobre el manillar. En otros muchos casos, ocurre un pinzamiento nervioso a nivel cervical, zona por la que discurren terminaciones que inervan nuestros brazos y manos. Si esto ocurre, podemos notar adormecimiento de las manos y los dedos, aunque en este caso no es por falta de riego sanguíneo sino por la presión sobre un nervio que nos hace perder sensibilidad.
LA SOLUCIÓN
Revisar la posición de la bicicleta, procurando un avance y altura del manillar que no nos obligue a ir demasiado “volcados” sobre él, además de montar unos puños con cierta absorción y unos guantes cómodos que ayudan a favorecer el riego sanguíneo en la mano. Un buen estudio biomecánico suele ser la solución a estos trastornos derivados de cómo nos colocamos sobre la bici.
Por otro lado, la detección de posibles pinzamientos cervicales y su tratamiento mediante fisioterapia nos pueden ayudar a acabar con esa dichosa molestia de manos dormidas que muchos padecen y que, a veces, tan difícil parece eliminar.