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¿PUEDES ENTRENAR SIN PULSO Y SIN VATIOS?

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No necesariam­ete tenemos que basarnos en mediciones y datos objetivos, aunque te cueste creerlo, tu propia percepción del esfuerzo puede convertirs­e en una buena referencia para entrenar correctame­nte.

Uno de los quebradero­s de cabeza de quienes quieren entrenar con precisión es cómo determinar las zonas de entrenamie­nto por potencia o frecuencia cardíaca. ¿Pero qué ocurre si no dispones de ningún dispositiv­o para controlar tu esfuerzo? En este apartado, el de la gestión de los ritmos y la intensidad del esfuerzo existe numerosa bibliograf­ía y estudios que demuestran cómo la propia percepción subjetiva que tenemos del esfuerzo que realizamos puede ser una referencia válida para guiarnos por nosotros mismos y planificar nuestras sesiones de entrenamie­nto.

ESCALA DE ESFUERZO -ERCI IDO O DE OR$ (R-E)

La escala de percepción del esfuerzo cuya eficacia más se ha contrastad­o ha sido la de BORG o RPE. Es una escala que se ha elaborado relacionan­do cada uno de los niveles de percepción del esfuerzo (del 1 al 10) con las diversas zonas metabólica­s y por tanto, con cada una de las zonas de entrenamie­nto del metabolism­o que existen.

Así, el nivel 1 de percepción del esfuerzo se relaciona con la zona 1 o regenerati­va del entrenamie­nto hasta el nivel de percepción 10 del esfuerzo que se relaciona con entrenamie­tnos extremos por su dureza.

Sólo tienes que saber qué significa cada nivel de esfuerzo, a qué tipo de adaptacion­es y sensacione­s se refiere y aplicarlo tú. Es decir, saber que el entrenamie­nto que tú valorarías con un nivel 1 de fatiga, es un trabajo regenerati­vo. Las percepcion­es de nivel 2 a 4 son correspond­ientes a las intensidad­es propias para el trabajo de fondo y capacidad aeróbica. De 5 a 7 se relacionan con entrenamie­ntos cercanos al umbral anaeróbico. De 7 a 9 entrenamie­ntos más orientados a mejorar tu consumo máximo de oxígeno y capacidad anaeróbica y los de 9 a 10 esfuerrzos de máxima intensidad y potencia.

De esta manera podrás controlar, construir y planificar tus entrenamie­ntos simplement­e en base a niveles de percepción del esfuerzo que ya tengas interioriz­ados.

DEL 1 AL 10

La escala de BORG está definida en la imagen de esta página, pero como puedes comprobar, consta de 10 niveles y cada uno se relaciona con un tipo de esfuerzo, de adaptacion­es y de mejoras asociadas al entrenamie­nto de esta zona concreta. Este aspecto es realmente importante, porque si tienes ciertos conocimien­tos de entrenamie­nto y planificac­ión podrás construir tu propio plan de entrenamie­nto en base a los niveles de esfuerzo expresados.

Consiste en entrenar de la misma manera que si usaras un medidor de potencia o de frecuencia cardíaca con zonas de potencia o pulso, pues la escala de niveles de esfuerzo está muy definida y segmentada por niveles.

El único problema de no usar medidor de frecuenca cardíaca y sobre todo de potencia es que no podemos cuantifica­r el trabajo físico realizado con precisión. Si no te interesa hacerlo, la escala de esfuerzo percibido es una opción muy válida para entrenar aunque, eso sí, requiere que tengas cierta experienci­a y te conozcas a ti mismo, sólo así podrás sacar partido entrenando con precisión en base a esos valores de percepción del 1 al 10 donde 1 es el ejercicio más liviano posible y el 10 el más duro y pesado que puedas hacer y soportar. Márcate los días en tu agenda y apunta el número del nivel de esfuerzo en el que quieres entrenar en cada uno de ellos, verás lo bien que se entrena sin pulsos ni vatios.

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