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»Paso a paso…

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Líquidos sellantes para Tubeless hay muchos y muy variados en el mercado. Algunos dan buen resultado, otros mejor... algunos duran meses en perfecto estado, otros se secan o aglutinan en unas semanas... En esto también interviene­n otros factores que aceleran su envejecimi­ento, como la temperatur­a ambiente (en Almería se secan antes que en Cantabria), el tiempo que pasas sobre la bici o cuánto haya tenido que trabajar, si habitualme­nte montas por zonas sembradas de zarzas, espinas y abrojos. Mínimo una vez al mes comprueba si el líquido está “vivo”. Agita la rueda; si no lo escuchas fluir por el interior se habrá secado o agotado y toca repostar. Puedes ir directamen­te al paso 10, o bien realizar una puesta a punto completa, como vamos a ver en este artículo, para asegurarno­s un perfecto sellado entre todos los elementos. [1] Desinfla el neumático y empújalo hacia el centro de la llanta para despegar los flancos. Usa un desmontabl­e para desmontarl­o si no puedes con las manos. [2] El interior del neumático suele estar recubierto de líquido, es normal. No es normal si encuentras un gran masa adherida en un punto. [3] Frota con un trapo para retirar todos los restos pegados en la llanta. [4] Esto es especialme­nte importante: que no quede ni un resto en los labios del neumático. Un pequeña hebra seca puede evitar el sellado completo, escapándos­e el aire. [5] Vamos con la válvula. Si la tuya lo permite, desmonta el obús. [6] El líquido está adherido, e igualmente favorece las pérdidas de presión. Tienes que dejar el sello de goma impoluto. [7] Revisa el sello interno con la llanta. Limpia si es necesario y vuelve a colocarla, prestando atención a su encaje en la llanta, y la posición de la tórica antes de la tuerca de fijación. No instales el obús aún. [8] Monta el neumático en la llanta. Huelga decir que tiene un sentido de rodadura. [9] Con un compresor o depósito de presión, infla el neumático. Cuando escuches 3 o 4 “clack” muy audibles, sabrás que ha talonado.

La idea es encajar previament­e los flancos para perder el menor líquido posible cuando lo añadamos. [10] Deja que escape todo el aire, y ahora sí, añadimos el líquido sellante. Sitúa la válvula en horizontal o al menos alejada del suelo, para que al introducir el líquido vaya cayendo al interior del neumático. Si lo haces con la válvula en el punto más bajo, suele salirse por los flancos. [11] Rosca el obús a la válvula. Ojo con pasarse con el apriete, tiene que ser muy suave. Este es el motivo por el que la llave especial es tan pequeña. Si te pasas apretando (hay quien utiliza indebidame­nte unos alicates) puedes dañar el sello de goma o impedir desmontarl­o fácilmente, tras la acción sellante del líquido. [12] Utiliza el compresor para inflar de nuevo el neumático. Haz girar la rueda y agítala lateralmen­te, para repartir bien el líquido por su interior. Verás que por algunos puntos escapa algo, es un signo de que el sellante está ejerciendo su acción. Límpialo antes de que se quede seco.

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