El Economista - Buen Gobierno y RSC
LA UNIÓN EUROPEA SE JUEGA SUS DERECHOS FUNDAMENTALES
El próximo Ejecutivo europeo tendrá que elaborar la hoja de ruta para los próximos cinco años. En ella se deberían incluir asuntos tan importantes para mantener la construcción de Europa como asuntos de seguridad, de fronteras, de lucha contra el terrorismo, un marco más vigilante del Estado de derecho, el desarrollo de la economía mediante la instauración de un Presupuesto Anticíclico, el desarrollo de la economía digital, un modelo educativo armonizado y la defensa de las reglas de competencia, que tanta importancia tienen ante las grandes superpotencias. Así, coincidieron en señalar, Francisco Fonseca, director de la Representación de la
Comisión Europea en España; el economista y exministro, Josep Piqué, y el abogado del Estado David Vila, en el transcurso de sus intervenciones en la jornada La Europa que viene, perspectiva geoestratégica y jurídica, organizada por la Sección Sexta de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, moderada por su presidenta, la notaria Ana Fernández Tresguerres.
Piqué explicó que “es la primera vez que hay un claro porcentaje de eurófobos y euroescépticos” y argumentó que el problema es que ha cambiado el contexto que se vive en la
UE, desde sus inicios con la guerra fría de fondo a la actualidad en que los Gobiernos de los países del Este, que están descubriendo y disfrutando de su soberanía, lo que genera nacionalismos. Abogó por recuperar el liderazgo del Eje Franco-Alemán para competir con Estados Unidos y China.
Francisco Fonseca alertó de que “esta es la primera ocasión en que populares y socialistas podrían no llegar al 50 por ciento de la Cámara. Nos jugamos tener o no una composición homogénea en el Parlamento, que permita seguir haciendo Europa y no que se devuelvan poderes a los Estados”. Si el 26 de mayo no hay unas mayorías confortables, será necesario establecer coaliciones, pero teniendo en cuenta el baile de escaños que habrá con la salida de los eurodiputados británicos el próximo 1 de octubre, porque para alcanzar el acuerdo de quien va a presidir la Comisión Europea son necesarias mayorías cualificadas.
“El presidente elegido tiene que negociar una Comisión muy complicada, porque no solo es necesario equilibrarlo a nivel político, sino también en cuanto a género y buscar personas de alta cualificación. Después, los comisarios pasarán un proceso de audiciones parlamentarias, en las que habitualmente queda fuera alguno de los aspirantes”, afirmó Fonseca.
El retroceso que se produciría sobre la legislación comunitaria puede ser muy elevado, de obtener una amplia mayoría los nacionalistas y populistas, según el abogado del Estado, David Vilas. Asuntos tan sensibles frente a las grandes potencias económicas, como la protección de datos y colaboración en el orden Penal podrían verse muy afectados.
Las elecciones europeas del día 26 de mayo están en juego, por primera vez en la historia de la Unión Europea, los derechos fundamentales de los que las propias comunidades han ido dotando a los casi 400 millones de ciudadanos que las componen en los diversos Estados.